Moral.

Este es un texto moral, acogido a la idea de orden, es decir: es un texto filosófico de la vida entendida como la manifestación de movimientos complejos, sistemáticos y de carácter complementario. Cada cuerpo es un sistema compuesto de partes y cada cuerpo es una parte de un sistema menor o mayor según sea su magnitud de participación, así mismo, cada sistema, mayor o menor hace parte de otro más complejo acogiendo gran multiplicidad de divergencias y convergencias que sólo su forma y movimiento justifican; así es como tiene lugar en un mismo sistema la enemistad de dos cuerpos como el del hombre y el del alacrán, por convocación de poderes mayores: ambos cohabitan sobre el mismo suelo y la misma gota de lluvia refresca sus tejidos vitales, en el alacrán el hombre, el perro, el gato, y otros animales, reconocen la enemistad natural, reconocen que deben cuidarse de él, el hombre reconoce maldad en él. Todos los cuerpos, dados al lenguaje y a la comunicación íntima de sus movimientos anímicos, comprometidas sus partes en la búsqueda de movimientos de plenitud, conciben la intuición de lo bueno en lo que conviene a esta plenitud, lo bello, lo oportuno, lo amado; es este sentimiento venido de la intuición lo que se llaman los hombres amistad. Y, dado que toda comunicación es el encuentro de varios cuerpos del que resulta una afectación y, por consiguiente, una reordenación de las partes comprometidas , del mismo modo en que esto sucede en un ámbito extrínseco, sucede en ámbito intrínseco ya que en ningún momento deja de afectarse el ánimo: pueden suceder encuentros menores , tan menores como el ánimo o la disposición del principio lo dispongan, de los que no resulte más que un débil recuerdo cuya perdurabilidad no sea más que de unos momento. Pero si el caso es que sucede un impacto de gran conmoción el ánimo tendrá que recibir, bajo la norma de sus propios movimientos, aquellos que distorsionan su propia voz. Un ánimo fuerte concibe valoraciones intuitivas que le bastan para discernir y reconocer lo suyo entre lo ajeno con facilidad dejando ir lo que no le es natural a su amistad. De no ser así, el ánimo, por la gracia de su sentido de amistad, se convierte en voluntad y entonces erige valores mas, de lo que debe cuidarse este hombre débil, es de no olvidar su sentido de amistad, de no olvidar su propio amor, porque si lo hace no será su voluntad sino su capricho el que sostenga sus deseo y entonces creará veneno en su sangre que dañará el ánimo de otros. Es posible, si se crea en un esfuerzo magnánimo, impulsar y dar alas al ánimo de otros, o fortalecer y revitalizar la voluntad de otros, pero también, por un capricho desmedido, crear veneno difíciles de digerir.

El bien y el mal son sentencias caprichosas, pero lo bueno y lo malo son enfoques y referencias de los movimientos anímicos de un cuerpo. La diferencia es, esencialmente, que el bien y el mal se entrega como prejuicio o voz ajena

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