Rene Descartes

Rene Descartes

En la lectura el genio maligno del que tanto clama Descartes se le aparece para hacerlo dudar, dudar aún más de lo que ya duda, no solo de lo que el ya se había cuestionado que es de lo que percibe con los sentidos y de su memoria que para el está llena de mentiras, también dudar si puede dar por certeza su propia existencia por el simple hecho de pensar.

Al principio Descartes lo reconoce como un engaño de sus sentidos, pero este lo intenta confundir diciendo que que pasaría si él fuera la ficción suya, a lo que responde diciendo que aun así mientras lo piense existe en su pensamiento por lo que es.

Luego lo reta a dudar de la duda misma, a lo que él responde que agregar duda a la duda no la suprime.

Más tarde el genio lo argumenta diciendo que su argumento es un simple silogismo, que para decir el pienso tuvo que haber dado por existente el “yo”, ya que está conjugando el verbo en primera persona, después de reflexionar, astutamente le da la razón de que no se sabe nada, pero el decir no se sabe solo tiene sentido cuando un positivo recae sobre él, en este caso se sabe, y esta realidad aparente para Descartes es la unidad del “yo mismo”.

Finalmente lo hace dudar más allá de la existencia de las cosas, lo hace dudar del tiempo y del espacio. Cuanto tiempo tenía? que en el tiempo que dejara de pensar dejara de existir, Descartes no supo que contestar ya que no había logrado probar la inmortalidad del alma, por fin respondió “Sin el mundo, nada quedaría, sería la nada, si tal absurdo pudiera pensarse siquiera”

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