Transforma tu guerra en una cruzada

7 TRANSFORMA TU GUERRA EN UNA CRUZADA: (Transforma tu guerra en una cruzada).

El secreto para motivar a la gente y mantener alta su moral es lograr que piense menos en sí misma y más en el grupo. En un grupo realmente unido, el ánimo y las emociones son tan contagiosos que resulta fácil programar entusiasmos entre tus tropas. Un ejército motivado puede obrar maravillas, compensando toda falta de recursos materiales.

Cromwell aprendió las artes militares en la práctica, era un visionario: imaginó un nuevo tipo de guerra encabezada por una caballería más móvil y veloz, demostrando ser un jefe valiente y eficaz. Opto por ser selectivo a la hora de seleccionar su tropa debido a una mala experiencia con sus anteriores soldados que se comportaron como mercenarios. Por lo que recluto soldados de cierta clase; hombres que compartían sus visiones y su fé. Cuidaba de ellos en forma inusual, cerciorándose que no les faltara alimentación ni vestido y que fueran bien remunerados.

Su éxito radicaba en la moral y disciplina de su caballería. Con cada nueva victoria, se comprometían más con él y eran más unidos. El podía pedirles lo máximo y ellos cumplían y aceptaban su disciplina.

Para poder aplicar una buena estrategia presta atención sobre todo a tu personal, a quienes reclutas para tu causa. Muchos fingirán compartir tus creencias, pero tu primera batalla demostrará que todo lo que querían era un empleo; si es así apártalos porque no te llevarán a ninguna parte.

Lyndon Johnson era un joven sumamente ambicioso. No tenía dinero ni conexiones, pero si algo más valioso: conocimientos de la psicología humana. Para tener una influencia en el mundo, tú necesitas una base de poder, y en esto los seres humanos son más valiosos que el dinero. Harán por ti cosas que el dinero no puede comprar. Ese ejercito es el mas difícil de formar. Por eso un verdadero líder trabaja con mas ahínco que cualquiera, sus colaboradores lo observan y tratan de imitarlo, de esta forma inculca en sus colaboradores el instinto competitivo. Sacrificas tu tiempo y ganas su respeto entre los tuyos. No olvides la moral es contagiosa, y tú, como líder, das la pauta. Pide sacrificios que tu no harás y tus colaboradores se volverán letárgicos y rencorosos; por otro lado si muestras demasiada preocupación por su bienestar crearas niños mimados, que se quejan a la menor presión; sin embargo si enseñas con el ejemplo personal darás la pauta mas apropiada para elevar su moral, se preocuparan mas por complacerte.

El general Aníbal era un maestro de la motivación. El decía que un líder debía arrebatar el corazón de los hombres, hacerles hervir la sangre, entrar en su mente, alterar su ánimo. El llegaba indirectamente a sus soldados, relajándolos, colmándolos, abstrayéndolos de sus problemas y haciéndolos unirse. Las emociones son contagiosas; unen a las personas y

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