Un hombre arrodillado por el dolor se preguntaba cuanto más podía soportar

Un hombre arrodillado por el dolor se preguntaba cuanto más podía soportar, a que obstáculo tenía que hacerle frente, si parecía que a problema superado, aprecian dos en lugar del anterior, que era lo que necesitaba hacer para poder vivir tranquilo. El nunca deseo fortuna, jamás ambiciono nada material, ya que el vivía en carne propia la miseria de lo que el mas añoraba, la salud que se le había escapado. ¿Cuánto más?, se preguntaba, vale la pena salir adelante, continuar sin saber lo que me espera detrás, pareciera que la respuesta le había sido negada, el cielo no contestaba, un día mientras dormía, soñaba que caminaba hasta que llego a un jardín el cual estaba cubierto de nieve y en el centro del mismo se encontraba un quiosco con muebles de jardín y una figura con una túnica sentada como si estuviera esperando, de pronto se escuchó una voz profunda, -¿Cuánto más has de sufrir?, para esa pregunta ¡jamás tendrás una respuesta concretas!, nadie sabe por qué el mundo o la vida es así. Por qué solo unos pocos somos los portadores de los males del mundo, ¿será que estamos lavando culpas? El ser humano está lleno de defectos y de preguntas sin sentido, tal vez tú nunca sabrás porque tienes que soportar todo el dolor que has soportado, tal como yo jamás seré mensajero de buenas noticias, pero te invito a quedarte en el jardín y conversar-, el hombre acepto y siguieron conversando…

En la eternidad de mi vida,

la soledad de mis momentos

el colapso de mis sueños

y la ruina de mis sentimientos

ahí se encuentra

el misterio detrás del suicidio del amor…

Oh tu diosa del amor

Entrégame el deseo de ver por ella

Alguna vez tendría que suceder

Y el amor por fin toco

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