Un matrimonio entre el escepticismo y el asombro.

Capítulo 17.

Un matrimonio entre el escepticismo y el asombro.

La ciencia nos da un conocimiento objetivo y coherente, el cual nos lleva a deslindarnos de muchas ideas públicas que poco a poco han sido aceptadas. Carl Sagan explica que el poder explicativo de la ciencia es tan grande, que una que vez que nos adentramos en el comenzamos a ver las cosas de diferente modo, sin embargo cuando buscamos más y más, llegamos a una encrucijada con las ideas que nos dan consuelo ante los terrores de todo tipo en el mundo. A lo largo de los años la ciencia ha buscado encontrar respuesta a las preguntas que se plantea el ser humano, encontrándolas, pero creando otra variedad de preguntas.

Es por eso que mucha gente ha decidido no seguir la ciencia, pues se dice que en una vida tan corta y tan incierta, es inhumano privar a la gente de la fe, cuando la ciencia no puede remediar sus dolores. Sagan menciona que aquellos que no pueden soportar la ciencia son libres de no escucharla. Todos debemos ser en parte escépticos, pues si uno es completamente escéptico dejara de creer hasta en la ciencia misma, perdiéndose de los descubrimientos más grandes en el universo, y al igual que aquel que no es nada escéptico, entorpecerá el desarrollo y progreso del ser humano.

Capítulo 18. El viento levanta polvo.

Muchas cuestiones rodean a la ciencia, entre ellos el escepticismo y la superstición. Para intentar lograr una ciencia un poco más clara, en necesario liberarse de la superstición, pues no nos deja ver con más profundidad, un ejemplo es cuando los avances científicos eran “malos” solo porque un Dios supero no lo permitía. Hay que comenzar a interrogar todo, ya que con las preguntas más sencillas se han desencadenado grandes hallazgos y dudas científicas.

Carl Sagan menciona que a lo largo de la historia la ciencia ha sido más y más difícil de enseñar, lo cual él niega que sean por razones culturales o porque la gente se niega, ha sido porque sin darnos cuenta hemos alejado a los niños de la ciencia.

Capítulo 19. No hay preguntas estúpidas.

Carl Sagan explica como la ciencia se encuentra en una mente y cuerpo tan pequeño, esos son los niños, pues son los científicos natos, ya que suelen preguntar y curiosear sobre todo lo que ven, pues no conocen lo que es “pregunta estúpida”, desgraciadamente por la falta de conciencia de los adultos, los niños científicos se han perdido, pues al cuestionar algo que un adulto no sabe, ellos simplemente se molestan dando a entender al niño que sus preguntas son malas. Carl Sagan menciona: “Hay preguntas ingenuas, preguntas tediosas, preguntas mal formuladas, preguntas planteadas con una inadecuada autocrítica. Pero toda pregunta es un clamor por entender el mundo. No hay preguntas estúpidas.”

Los niños al ser los primeros científicos sufren un cambio radical desde el primer curso hasta la adolescencia, pues son pocos los que quedan con la capacidad de asombro e intereses por descubrir, ya que los intereses sociales han cambiado, un ejemplo es en estados unidos, pues se gasta más presupuesto en la milicia que en la educación.

Carl Sagan propone que para atraer a más gente al desarrollo científico, se dé a conocer las maravillas que la ciencia ha logrado al paso de los años, “es más fácil reflejar el destino que el viaje”, mostrar las maravillas descubiertas sin decir cómo, dando al espectador la oportunidad de hacerse su propia conclusión.

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