Independencia

Toda narración de la experiencia, vivida y recreada, nos es ajena a la distancia, finalmente es construida por otros, interpretada por aquellos que logran observarla.

Ésta introducción a su libro de ensayos, nos hace reflexionar sobre esas experiencias literarias o textuales que recuerdan a una identidad, una idea de verdad, que sin embargo, son meras especulaciones, situaciones ficticias; recreadas en la mente de los autores, en su interpretación y a la vez, en estas posibilidades maravillosas de verdad ante las emociones comunes y los sentimientos siempre cambiantes que evocan.

Generalmente creemos lo que sentimos, y no son demasiados los textos que nos hacen sentir ese “algo” verdadero.

En cada caso, leer un libro ambientado en la posguerra, nos ofrece cierta idea del movimiento, pero haber estado ahí y sentir la tensión de la ocupación soviética, así te sientes cuando el autor sabe llevarte de la mano a alguna inversiva historia. La hermosa Praga a inicios de su conocida primavera, soldados rusos por doquier, si, imaginas como si hubieses vivido, pero, quizá, gran parte de lo que has leído es o ficción, o distorsión histórica. Finalmente son las mentiras mejor contadas o las mejores interpretaciones las que nos hacen soñar, reír, llorar o amar. En cualquier forma de expresión literaria, visual, sonora, audiovisual y aun virtual; éstas recrean una situación particular que puede ser, o no, haya sucedido en un tiempo y en un espacio determinado de la realidad física.

Lo que llega a nuestra conciencia es un recuerdo, una memoria fragmentada por una visión mínima. Para saber qué significó en verdad la conquista, la revolución, la segunda guerra mundial, el atentado de las torres gemelas; primero habría que haber estado allí como testigo presencial del suceso, haberse involucrado de manera directa con estos acontecimientos; lo demás son o fueron versiones que pretenden involucrar una interpretación determinada de los hechos.

Sin embargo, las historias que nos remiten mundos alternos, que con sus anécdotas, analogías y moralejas, nos moldean. Aprendemos lecciones a base de una serie de historias ficticias. Una mentira que se hace verdad.

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