9 DE OCTUBRE DE 1820

9 de octubre de 1820

Empieza a avizorarse un nuevo horizonte, a romper las cadenas de opresión y tiranía, que se consolidaría con la independencia y libertad del 9 de Octubre de 1820, hombres, mujeres y niños, con la dulce compañía de esos primeros albores de la mañana recorren las calles prorrumpiendo e grito de ¡Viva la Patria! ¡Viva la Libertad!. Se enarbola en todos los balcones de la ciudad un precioso pabellón de armoniosa concepción; cinco francas horizontales: tres azules y dos blancas; en el centro azul, tres estrellas que representaban a los tres departamentos del Ecuador, en que se hallaba dividido en ese entonces.

En síntesis, la jornada del 9 de Octubre de 1820, se cumplió así: "El acto de Independencia se produjo al amanecer del nueve de Octubre de este año. El Teniente Coronel Escobedo sublevó a su batallón peruano Ganaderos de la Reserva; los dos oficiales ... dados de baja, Letamendi y Febres Cordero (venezolano) se tomaron los otros cuarteles. Guayaquil tenía 1500 hombres. Asumió actitud brillante a otro venezolano, Luis Urdaneta, quien mató con su pistola al Comandante de Caballería Joaquín Magallar. El Gobernador de la plaza, Vivero, el jefe de las lanchas cañoneras, Villalba, fueron apresados. La acción bien calculada, alcanzó cabal culminación.

Como recuerdo de esta gesta victoriosa lleva su nombre una de las mejores venidas de la ciudad. La "Avenida Nueve de Octubre", arteria principal de Guayaquil., caracterizada por sus majestuosos y bellos edificios; por su comercio intenso y por un movimiento extraordinario. La adornan naturalmente los mejores almacenes de diversa naturaleza y con sus magníficas y atrayentes vitrinas y artísticos rótulos luminosos. La avenida 9 de Octubre es el corazón de la ciudad de Guayaquil, cuantas veces ha servido de escenario a partir de esta fecha que conmemoramos hoy, para vibrar en heroico patriotismo y justa rebeldía, en procura de reclamar sus derechos, hacer respetar lo que le corresponde. Cuantas veces algunos Mandatarios de la Nación con sus selectas comitivas, han recibido el homenaje de los guayaquileños; han sido testigos del civismo manifestado a través de los desfiles en honor de los héroes del 9 de Octubre de 1820; y desde la tribuna de la II Zona Militar, se han improvisado discursos: ¿se ha cumplido lo que se ha ofrecido en ellos?. Entonces, el sacrificio de los hombres del 9 de Octubre no ha servido de aliciente, para liberar a Guayaquil y al resto del país, de sus problemas socio-económicos. Que este día, que nos recuerda la jornada trascendental de la libertad y el progreso, sirva para dar un nuevo empuje de compromiso serio a esta Metrópoli hermosa de América.

El movimiento heroico de Guayaquil fue uno de los más firmes basamentos para la conquista

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