A Miguel Hidalgo en su natalicio

A Miguel Hidalgo en su natalicio

¿Quién no conoce su nombre?

Quien no mira en el cura de carácter recio al defensor de la patria

Cualquier mexicano conoce la importancia de Don Miguel Hidalgo y Costilla en la historia nacional

Los epítetos, cura de dolores, liberador de México y padre de la patria son tan inconfundibles y familiares que no hay mexicano, hombre o mujer que necesite de mayores referencias para identificar con esto a la figura principal de la independencia de México, a su decisión en horas cruciales de convocar al pueblo a levantare en armas en contra de la autoridad virreinal, a la opresión y la esclavitud.

Recordar a Hidalgo es rememorar al defensor de los indios a quien les devolvió las tierras, es tener presente a quien lucho y abolió la esclavitud y que hoy más allá de su muerte y con su muerte misma sigue representando los más altos ideales nacionalistas de un pueblo.

Estas y más son razones esenciales para que su nombre corone la lista de nuestros héroes patrios.

Decir Miguel Hidalgo es decir independencia, evocar la sotana, la calva característica,  el cabello canisimo y crecido, la mano sosteniendo un estandarte de la virgen de Guadalupe y los pies calzando botas de campaña, es darle rostro y personalidad al momento que marcó el inicio de la nación, ese septiembre de 1810, cuando hizo repicar las campanas de la iglesia de Dolores, el momento justo marcado por la historia y que desembocaría en la nación libre y soberana que amamos.

Por eso hoy 8 de mayo del 2017 nos reunimos en un merecido homenaje a quien por propia naturaleza es símbolo del crisol de las aspiraciones colectivas, inspiración de los libertadores de quienes anhelan un México más justo.

De miguel hidalgo no solo quedo el nombre, es mucho más que eso, es recordar el significado de su empresa, es la relación de la sociedad con su héroe, es mantener viva la conciencia, los ideales del libertador, así como la motivaciones del hombre tan necesarias hoy cuando a la nación le hace falta recuperar la confianza en sí misma, volver a respetarse, saber que las verdaderas razones para luchar por un México mejor no está en la lealtad a un color político o en la observancia y justificación de un culto determinado, sino en las cosas inmediatas y domésticas, los pequeños y elementales bienes que como pueblo tenemos el derecho de ganar disfrutar y aprender.

Miguel Hidalgo es por mucho la figura más importante en la historia de México y lo es porque hay plena justicia en ello.

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