Amistad

LA AMISTAD.

Obra en Ensayo escrita por Luis Gerardo Palacios Alvarado

No podría ni pensarlo en empapelar de ninguna manera un sentimiento, siquiera el hombre con el corazón mas blando, siquiera el poeta mas instruido, con los mayores conocimientos permitidos al hombre.

La amistad, como cualquier vínculo humano, es una relación que solo se puede dar a base de intereses comunes, como en toda organización, solo que es más fuerte en esta que en otras, ejemplificando: el noviazgo se basa en algunos intereses comunes, unos básicos, que bastan para llevar una buena relación, en cambio la amistad auténtica esta estrictamente ligada a interés particulares mutuos, que en caso de no tenerse, seria difícil llevarla.

Otra de las propiedades de la amistad es que es un nexo de dar y recibir, sin el cual no es posible mantener el vínculo.

¿Pero? ¿De donde surge la amistad? ¿Acaso la exigencia de una creciente primitiva sociedad demando la creación de nuevas formas de organización social? Dice Aristóteles en su discurso de la independencia en su obra LA GRAN MORAL, libro segundo, capitulo XII: “De aquí nace la cuestión que se acaba de promover: el que tiene todos los bienes en abundancia y se basta a sí mismo completamente, ¿tiene necesidad de un amigo? ¿O más bien es entonces cuando se deben tener amigos? ¿A quién hará sino bien? ¿Con quién vivirá, puesto que en verdad no ha de vivir completamente solo? Pero si hay necesidad de estas afecciones, y si no son posibles sin la amistad, el hombre independiente, aun bastándose a sí mismo, tiene todavía necesidad de amar.” Entonces traducimos que la amistad más que nada es una necesidad espiritual que busca el alma del humano para satisfacer sus necesidades afectivas, sea dando o recibiendo.

A si viendo, grandes amistades, que exaltan el orgullo humano al saberse poseedora de los mas grandes sentimientos, ya sea David y Jonathan de la BIBLIA, o sea la amistad profunda que glorifica Goethe en su Wherter, ha de saberse que la amistad es un tesoro incomparable que debemos saber apreciar sobre todo.

Haciendo mis investigaciones en la red, me he tropezado con una cuestión sobrada atractiva, indica la cuestión ¿Puede existir una verdadera amistad entre un hombre y una mujer? A lo que interesantes argumentos se les comprendió.

¿Que piensas o crees tú? ¿Es posible que en una relación de amistad una de las dos personas se enamore y que esta sea correspondida? ¿Esta destinada al fracaso esa relación en caso que se de? ¿Existe la amistad o es solo un simple juego de placer? Al principio parecerá una cuestión necia, pero cavilando encontraremos ciertos puntos a favor y negativa que nos inquietan.

-Cuando la amistad es sincera, es algo que se comparte con alguien con gusto.

-Si la amistad se comprende en motives comunes, como responder a las oposiciones de intereses entre un hombre y una mujer, sea por ejemplo las preocupaciones que solo le conciernen a un sexo.

-Puede haberse, pero en el fondo y respetuosamente, podría haber una química de seducción.

-Hay una amistad entre un genero y otro que no se puede dar, entre uno.

A lo que concluimos (si tendrá paciencia el lector), que si existe, pero hay una diferencia de la relación entre la otra.

La amistad es lo mas grande que los humanos tenemos en nuestra alma, sin ella, que ya es necesaria desde la primitiva sociedad, no seriamos humanos, porque eso es lo que nos identifica. ¡Animo! ¡Considerad la amistad que glorifica y embellece la historia humana!

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La Amistad

A veces es difícil pensar en la necesidad que tenemos de una amiga o amigo que nos entienda, elegido por convicciones y porque nos emociona saber de él, de ella. Aquellos cuya presencia incomoda por la manera frontal de contarnos las cosas que perciben, en nosotros y en el resto. Tal vez tenemos en este momento en la mente una de estas personitas que dejamos secar en el olvido, y podemos sentir quizás, tan solo en lapsos de segundos, que nos equivocamos en no mantener el lazo, y la duda si eso hubiera marcado una diferencia.

Tememos perder libertad. La amistad acarrea cierta responsabilidad por la otra/el otro, y esto muchas veces no es tolerable con la independencia. Somos controladores de nuestros minutos, de nuestras vidas. Es indeseable que alguien venga a molestarnos con sus puntos de vista. Y sin embargo la amistad debiera ser alguien que no adula, y por lo pronto cuando ve errores los resalta, pues la sinceridad es un valor requerido casi como el amor en la relación, así como la confianza necesita de esa sinceridad. ¿Cómo ser amigo de alguien falso o porque ser falso con tal de ser amigo de alguien?

Pienso que la amistad involucra muchas veces requisitos y exigencias muy similares a otras -filiales, fraternales o matrimoniales- en donde se pretende fidelidad, diálogo, comprensión y contención. Mantener en el tiempo la amistad es casi un tesoro, algo valioso bajo la custodia de las partes.

Es casi angustiante pensar que tengo que responder por todo lo mencionado…porque en el fondo, muy en el fondo brota la duda, si estar solo o acompañado, si tener muchos o pocos amigos. ¿Es la soledad a la larga una buena amiga de la locura? ¿Puede ésta a la larga tomarse de la mano con la muerte? ¿Quiero estar sólo cuando envejezca? ¿Quiero que alguien siempre desconocido y lejano sea mi diario íntimo o prefiero que con el tiempo me conozca y me quiera por lo que soy? ¿Es importante tener gente que me ama por opción, o no?

La mente humana tiene tantos laberintos…y cuando menos esperamos se cortan los cables… ¿Quién querrá cuidarnos si caemos enfermos? Temor. Y si nos deprimimos, ¿saldremos siempre airosos luchando en solitario como antes? Pues sí, mencioné la amistad por opción, lo dije bien, porque se decide ser amiga o amigo tanto de miembros de la familia como de compañeras/os del colegio, de la facultad, colegas, compañeras/os de trabajo... de alguien que coincide con gustos musicales, escritores o entretenimientos, deportes, en ideas; pero pocas o pocos mantenemos en el tiempo el deseo y por ende la responsabilidad que acarrean tales lazos personales.

Caemos en el mismo lugar en donde afirmamos los pies y nos levantamos. Cuánto más grato es cuando afuera del pozo, estirada con esfuerzo hay una mano amiga, que nos ama con locura y admiración, que disfruta de la soledad compartida.

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