Andres Bello
jessicaindriago18 de Enero de 2013
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1. Presentación
Don Andrés Bello, notable humanista destacó en la educación americana con sus principios e ideas innovadoras. Representa en América la ilustración más viva y su acción educativa infatigable, fue una verdadero avance en pro de la liberación, el desarrollo y la transformación educativa y cultural de nuestros pueblos. Con su obra y acción se establecen los cimientos culturales del continente.
Este trabajo dedicado a este personaje ilustre se divide en cuatro capítulos: El primer capítulo trata del contexto histórico y su biografía en cual se cuenta y analiza de la vida de Don Andrés Bello desde diverso ángulos. El segundo capítulo trata de su pensamiento filosófico en el cual se analiza, su forma de interpretar el mundo, las diferentes corrientes filosóficas que influyeron en él. El tercer capítulo trata de los postulados de su teoría educativa en la cual se va a dar a conocer su método, pensamiento y pedagogía. Finalmente en el cuarto capítulo, se analiza la obra de Don Andrés Bello resaltando su pensamiento y aporte pedagógico y su aplicación a la realidad peruana.
2. Contexto histórico - biografía
"Su posición geográfica la acercaba a Europa, ello le favorecía la rapidez de las comunicaciones.
Antes que otras ciudades del continente, recibía las primeras noticias del Viejo Mundo así como también el contrabando y el ingreso de libros y escritos prohibidos.
El interés del comercio la había sacudido sin dejar de lado la agricultura; la curiosidad científica, tan desarrollada en la época había movilizado a sus habitantes. Toda esta agitación no había podido romper con la vida de una sociedad fuertemente jerarquizada."
Se aprecia también que en la historia de América habían dos luchas importantes pero diferentes:
Revolución de independencia
Guerra de independencia
La Revolución no se reduce a provocar el desprendimiento político de España que busca reaccionar contra un sistema de filosofía caduco, abomina de una escolástica que juzga insuficiente, tiene la ambición de precipitar a las nuevas generaciones de América en la corriente vertiginosa de las ciencias contemporáneas, se enamora de las matemáticas, en las ciencias naturales, opone el contacto social de Rousseou al derecho divino de los reyes, implica una revisión de todos los conceptos tradicionales.
Con la Revolución Francesa y con el triunfo de los enciclopedistas el hemisferio occidental se quemó en la propia hoguera de su pasión purificadora."
Y aquí en América cuando por primera vez se entrevén estos actos, cuando los jóvenes se encuentran ante el desarrollo de las ciencias se desata un movimiento revolucionario.
Para el revolucionario, la conquista del poder no constituye sino un aspecto de la cuestión; para el guerrero lo constituye todo.
"La revolución estaba en marcha desde la segunda mitad del siglo XVIII, surgió de los libros que llegaban de contrabando a las colonias y al recuerdo de los gritos de la gente que se sublevó contra la autoridad española en la guerra de los comuneros. La guerra era un accidente necesario en el desarrollo de ésta, pero triunfar en la guerra no implica sino independencia política."
Por una circunstancia feliz para la ciudad de Caracas nacieron allí y casi por los mismos años tres figuras del mayor relieve: uno para la historia de la revolución de América y los otros para la de la guerra: Andrés Bello, Simón Bolívar y Francisco Miranda.
En su juventud se les vio juntos muchas veces: Bello y Bolívar. Una misma ambición les puso a los dos sobre la pista de libertar a las colonias españolas
La vida les va separando porque cada cual escoge su camino. Pero lo esencial para situar al uno y al otro dentro de la escena histórica es ver cómo aparecen en la hora crucial cuando el tema que apasiona a las nuevas generaciones es el de la emancipación americana.
Aquello fue para nosotros como el renacimiento. Lo que parecía un continente pasivo y silencioso, descubrió las potencias sumergidas de su capacidad creadora y recreadora.
" De Bolívar se ha dicho que no fue hijo de patria alguna sino que muchas patrias fueron hijas de él"; y lo mismo fueron los sabios. O digamos los humanistas, porque hay mucha semejanza entre la obra que hicieron en Europa los humanistas del siglo XVI y la que en América emprendieron, en el siglo XIX, hombre como Bello.
La historia de Andrés Bello y su significación dentro de la vida americana es la historia de una pasión, pasión no sólo la suya, sino de la época; de dos generaciones nada más, que empujadas por un estímulo extraordinario se lanzaron a la más desmesurada empresa.
Como antecedentes, para nosotros, los del nuevo mundo, no existe sino uno: el de las dos generaciones que hicieron también
lo que se ha llamado el descubrimiento la conquista de América.
También al final del siglo XVIII los americanos se encontraron como delante de un nuevo mundo y se dieron al tarea de penetrarlo, de hacerlo suyo, de dominarlo, de exhibirlo ante el mundo antiguo como algo inesperado y sorprendente.
Los naturalistas surgidos inesperadamente de los claustros en donde se está muriendo las escolástica. "A Andrés Bello hay que situarlo dentro de este momento de alborozo americano para comprender su obra, y para explicarse cómo sus capacidades físicas se multiplicaron hasta permitirle realizar una labor que en tiempos normales dejaría arruinado tempranamente al más vigoroso organismo."
El espasmo de la lucha, el contagio de la ambición era parejo entonces en Europa y América. Para apreciar el panorama universal que se presentó a los ojos de los espectadores de aquel drama, hay que ver cómo contemporáneos Goethe, Beethoven, Napoleón, Miranda, Víctor Hugo.
"Vieron surgir la burguesía, rodar la más rutilante corona de monarca, emanciparse todo un continente, renovase todos los comportamientos de la ciencia, huracanarse la literatura."
Es en este momento en Caracas, Venezuela, donde nace "en el año de 1780 el 30 de noviembre, en su casa - Don Andrés Bello y López." Otros autores manifiestan "que nació en 1781 y sus nombre completos fueron: Andrés de Jesús María y José Bello López."
Su padre, Bartolomé Bello fue abogado y tuvo gusto por la comprensión musical. Su madre, doña Antonia López se dedicó a su casa, quiso mucho a Andrés y los hijos de él. Andrés era afectuoso a pesar de su apariencia fría y reservada.
Fue el primogénito de su familia, tuvo 3 hermanos: Carlos, Florencio y Don Eusebio; 4 hermanas: doña Dolores, Rosario y Doña María de los Santos (monja). Don Andrés fue muy amante de sus hermanos.
Su primer maestro fue un tío paterno, religioso del convento: Fray Cristóbal de Quesada. Le enseño latín.
"La composición, los vicios en que pueden incurrir los escritores, el lenguaje, las ideas sus lecciones se extendían a la 7gramática y a la literatura, a la letra y al espíritu. Le enseñaban a pensar, le obligaba a reflexionar en vez de enseñarle retener lo que oía si entenderle a repetir"
Bello a su turno se inicia en el estudio de las lenguas por circunstancias casi accidentales. Su primer maestro fue un tío paterno, religioso del convento: Fray Cristóbal de Quesada que le enseñó latín "la composición, los vicios en que suelen incurrir los escritores, el lenguaje, las ideas, sus lecciones se extendían a la gramática y a la literatura, a la letra y al espíritu."
Bello se encontraba con fuerzas para estudiar filosofía junto con el latín, pero el padre Quesada se opuso. Le enseñaba a pensar, le obligaba a reflexionar en vez de enseñarle a retener lo que oía sin entenderlo y a repetir.
Aprendió en el convento de la Merced de Caracas no sólo el latín sino también el castellano, recorría uno por uno los libros sobre materias literarias, leyó a Don Quijote de Cervantes.
Bello era entonces un niño; traduce los pasajes más difíciles, a los 11 años destinaba casi todo su dinero a comprar comedias de Calderón, tenía pasión por los dramas Lope de Vega, la lectura era una de sus distracciones predilectas.
"Un caballero se entusiasma por ver su pasión por el estudio y le regala una gramática francesa, Bello la devora y consultando a un francés sobre la pronunciación, pronto está en la capacidad de hablar este idioma y traducirlo"
"Cuenta Amunátegui en su vida de Bello que el presbítero Montenegro sorprende a Bello leyendo a Racine y le dice: "Es mucha lástima, amigo mío, que usted haya aprendido el francés"
Enseguida y por el mismo procedimiento aprendió el inglés, adquirió la gramática, en este caso no encontró quien le diera
claves de la pronunciación aunque traducía con exactitud.
A medida que explora los idiomas, su curiosidad le llevó a estudiar su historia y su estructura. Hace las más prolijas investigaciones sobre los orígenes de la lengua castellana "y el resultado último de sus estudios y de su deseo de imponer un nuevo orden en el mundo de las letras le conduce a escribir la gramática castellana, para uso de los americanos, sobre este plan era eminentemente revolucionario desprender la gramática castellana de la gramática latina; el punto de vista de Bello en el estudio científico y comparado de las lenguas y sus opiniones fueron tan decisivas que la gramática escrita por él sobre un nuevo plan se adoptó casi enseguida por la Academia Española."
"Como estudiante, él mismo emprendió las carreras de abogado y médico simultáneamente
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