Andres

Había una vez una joven que trabajaba de reponedora en un negocio que quedaba ubicado en Viña del Mar, ella se llamaba Carolina de tan solo 20 años. Carolina se quedaba en la casa de su hermano llamado Martín ya que ella vivía en Valparaíso y le quedaba un poco lejos viajar todos los días, Martín vivía con su esposa llamada Maite y su hogar es bastante grande.

Un día Maite reunió a su esposo Martín y a Carolina para avisarles de que su hermano Andrés se quedaría por un tiempo en su hogar ya que tiene que estudiar en la Universidad que se encuentra en Viña del Mar y así a Andrés le queda más fácil ir a la Universidad ya que le queda a pasos del hogar de su hermana, Martín le dijo que ningún problema que viniera Andrés a su hogar. A la mañana siguiente Andrés llegó lo recibieron muy bien y Maite le presentó la habitación de Andrés, pasaban los días y Andrés y Carolina se llevaban muy bien, hasta que un día Carolina notó algo raro en Andrés como que de repente hablaba solo, Carolina pensaba que podría estar hablando con espíritus.

Entonces pasaron los meses y Andrés y Carolina se volvieron amigos y un día Martín y Maite salieron a cenar y así quedándose solos Carolina y Andrés. Cuando se fueron, Carolina se fue a su habitación y Andrés a la de él, pasaron las horas y a Carolina le dieron ganas de bajar a la cocina a buscar un vaso de agua ya que le dio mucha sed, pero cuando iba a bajar se percató que la puerta de la habitación de Andrés estaba abierta, entonces Carolina se quedó observando y se dio cuenta que Andrés estaba haciendo un ritual para llamar a los espíritus y conectarse al más allá. Carolina quedó muy sorprendida ya que ella en algún momento sospechaba algo en la actitud de Andrés.

Pasaron los meses y Carolina nunca dijo nada sobre lo que había observado pero si había cambiado su actitud con Andrés. Ellos platicaban y Carolina siempre quería sacarle un poco de información para averiguar un poco más del tema, pero Andrés nunca hablaba de algo extraño era muy normal. Hasta que un día tuvieron la siguiente conversación:

-Carolina: Sabes Andrés hace meses atrás te encontré haciendo un ritual ¿para qué era?

-Andrés: Eh un ritual, de que estás hablando Carolina.

-Carolina: Pues no te hagas, si sabes muy bien de lo que te habló.

-Andrés: Bueno como digas, pero para la próxima no seas tan metiche y no te interesa lo que yo estaba haciendo en mi habitación.

-Carolina: Solo fue de casualidad que pase a verte y que pesado estás hoy.

-Andrés: Tú me pusiste pesado ya que no me gusta que me espíen.

Una vez que Andrés dijo eso Carolina se dio la vuelta molesta al igual que Andrés. A la semana

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