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ESCENARIO DEL PBL

En 2008 se presentó una crisis económica mundial que tuvo sus inicios en la crisis hipotecaria en Estados Unidos. La burbuja hipotecaria explotó y muchos bancos estadounidenses se vieron en situación de bancarrota. Primeramente, la cartera vencida del sector “sub-prime” se vio incrementada, seguida de incrementos en la cartera vencida generalizada. Las dificultades financieras se extendieron rápidamente a otros mercados y a otros países.

Ante la crisis, que amenazaba en convertirse en una gran depresión global, muchos países implementaron medidas de estímulo monetario y fiscal; no obstante lo cual, la tasa de crecimiento del PIB global pasó de un 5.2% en 2007 a 3.2% en 2008. La caída en la actividad económica se dio principalmente en economías avanzadas. En Estados Unidos, por ejemplo, la economía entró en recesión y después de salir de ella el crecimiento económico en ese país ha sido muy bajo. En la Unión Europea, por su parte, Grecia, Irlanda, Italia, España y Portugal presentan serios problemas de endeudamiento, de forma tal que en Europa se ha gestado una nueva crisis, que amenaza con ser global. Grecia podría, incluso, salir de la zona euro, lo que sentaría el precedente para que otros países en problemas económicos también salgan de la eurozona, poniendo en riesgo la existencia de este bloque económico.

Los efectos de la crisis económica internacional se sintieron en México sobre las principales variables macroeconómicas: la inflación aumentó considerablemente por arriba de la meta fijada, el peso perdió un 40% de su valor frente al dólar en los meses siguientes a la crisis y la tasa de crecimiento de la economía mexicana se vio seriamente afectada a la baja. Por su parte, los flujos de capital a las economías emergentes se contrajeron de manera pronunciada, afectando los tipos de cambio y los mercados accionarios. En cuanto a la entrada de divisas por concepto de remesas, ésta se redujo sustancialmente, así como las correspondientes al turismo y al petróleo. Las remesas se redujeron hasta en un 36% al inicio de la crisis. También, ante las perspectivas de una recesión mundial, el precio internacional del petróleo se redujo considerablemente, pasando de 145 dólares a 45 dólares el barril de crudo. Igualmente, como efecto de la caída en actividad productiva, la entrada de la inversión extranjera directa se vio reducida sustancialmente. Estos rubros, junto con el turismo, constituyen los flujos de entrada más importantes de divisas a México.

En cuanto a las variables macroeconómicas en México, la inflación terminó 2008 con una tasa del 6.53%, sustancialmente por arriba de la tasa inflacionaria del 3.76% registrada el año anterior. Durante 2008, se registraron importantes aumentos en los precios de los alimentos, granos principalmente; así como en las materias primas. Ello no obstante que la meta inflacionaria del Banco de México ha sido por varios años del 3%. En 2012, México terminó el año con una inflación del 3.57%. La inflación anualizada registrada en abril de

2013 es del 4.65%, muy por arriba de la meta fijada.

Por su parte, el peso, después de haberse mantenido estable por varios años, pasó de una cotización que oscilaba en los 10 pesos a una cotización de hasta 14 pesos por dólar,

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