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Biografía de Jaime Guzmán Sáenz

73475371Biografía5 de Agosto de 2013

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BIOGRAFIA:

JAIME SAENZ

Jaime Sáenz Guzmán (La Paz, 1921- La Paz, 1986) fue periodista y docente, más conocido por su obra como narrador y poeta boliviano.

La ciudad de La Paz fue su espacio vital y el permanente trasfondo de su obra. Reconocido como uno de los autores más importantes de laliteratura boliviana, tanto su vida como su obra marcaron profundamente el espacio cultural boliviano del siglo XX.

La fascinación por la muerte fue algo vivencial para Sáenz. Como él mismo relata en su libro más autobiográfico, La piedra imán (1989), visitar la morgue para contemplar los muertos fue una de las extravagantes actividades de su juventud. Pero en este acto se debe ver no sólo una necrofilia, sino una obsesión por comprender vida y muerte como una unidad que será lo que él llamó, con mayúsculas, la Verdadera Vida.

Precisamente, en la oscuridad, en un cuerpo que está dejando de ser cuerpo, en un alma que se ve inseparable de su cadáver, Sáenz afirma haber llegado a la Verdadera Vida, lo que es, al mismo tiempo, acceso al conocimiento trascendental al que aspira: “Mientras viva, el hombre no podrá comprender el mundo; el hombre ignora que mientras no deje de vivir no será sabio”. [...] “Qué tendrá que ver el vivir con la vida; una cosa es el vivir, y la vida es otra cosa./ Vida y muerte son una y misma cosa.” (Obra poética, 1975: 259-60)

El impacto del alcohol está ampliamente explorado en dos libros: el poema La noche (1984), y la novela Felipe Delgado (1979). Sáenz negó muchas veces que esta novela fuera de inspiración autobiográfica, pero no se puede dejar de ver en ella algunos aspectos de su vida personal, especialmente los referidos a su época de alcohólico.

Aunque es difícil precisar fechas, la etapa alcohólica de Sáenz dura desde su adolescencia hasta su madurez, unos 15 años más o menos (c. 1945-1960), habiendo sufrido en ese tiempo dos crisis de delirium tremens. En La piedra imán, Sáenz nos entrega por boca de varios personajes una vívida imagen de sus años de alcoholismo. Por ejemplo, su tía (la mujer que acompaña y cuida a Sáenz toda su vida) dice: “Ya pareces un degenerado bebiendo día y noche en esa bodega, metido ahí, con los matones y los rateros. Tus gritos se oyen hasta la Plaza y no trabajas ni haces nada, y tu vida es beber y beber...” (: 71). En otro lugar, uno de sus amigos le transmite la opinión que se tiene de él: “Caramba; qué se hará con este don Jaime. Persona tan decente, y el pobre joven anda botando piojos. Un aparapita es un lujo al lado de él. ... Pero es su culpa... Es demasiado irresponsable y hasta abusivo, y a veces ya parece uno de esos energúmenos y malentretenidos sin Dios ni ley. Insulta a todo el mundo y pelea con todos, anda vociferando y desafiando, mete escándalos por aquí y por allá, ... y de repente baja a la morgue a profanar los cadáveres, ... y se hace ultrajar y pisotear, y finalmente entra a la botica, rompe los vidrios y lo llevan a la policía, y todavía se burla del comisario y le habla en no se qué idioma, que nadie entiende, y que seguramente él ha inventado. Y así don Jaime se hace odiar”.

En esta últimas líneas, se puede ver la confluencia de los temas mayores de su vida y su obra: el alcohol, la muerte y el lenguaje. Confluencia que más adelante será oposición, enfrentamiento y elección, porque Sáenz, en un momento de su vida, se dio cuenta de que beber y escribir eran incompatibles. Comprendió que había que elegir una de las dos opciones de forma radical y definitiva. La renuncia al alcohol fue un gesto ético y poético, pues Sáenz eligió la entrega a su obra como forma de vida, como el principio que, en adelante, regira sus actos.

A la vez, esa entrega significó la creación de un universo poético, cuya clave está en esa misma elección y en la transformación “alquímica” de la experiencia alcohólica en escritura.

Esta renuncia voluntaria al alcohol ocurrida aproximadamente en la década de los sesenta fue uno de los mayores triunfos en su vida. Salvo esporádicas recaídas, Sáenz no volvió a beber hasta poco antes de su muerte en 1986. En estos años, alejado del alcohol, escribió la mayor parte de su obra. En 1980, una de sus recaídas lo llevó al borde de la muerte y de ese trance nació su texto La noche (1984), un poemario que puede ser calificado de aterrador, pues da la visión de la experiencia del alcohol y la muerte desde el interior de esa misma experiencia.

Su vida de alcohólico creó asombro y rechazo en la sociedad paceña de los años cincuenta. Rechazo y marginamiento que se mantendrá en los círculos literarios y sociales más conservadores por el resto de su vida. Pero su personalidad y su literatura atrajeron y sedujeron a un grupo grande e importante de jóvenes artistas, escritores e intelectuales. Como pocas veces en la historia de la literatura boliviana, este escritor pudo, si no crear escuela, por lo menos establecer un grupo de seguidores a su ética y a su poética.

Muere en La Paz el 16 de agosto de 1986, cerca de sus más allegados amigos y colegas, y es enterrado al día siguiente en el Cementerio General

IV.ANALISIS DE LA NOVELA

4.1.Resumen global.-

Felipe Delgado, ante la muerte de su padre y a instancias de su tía, sale en busca del sacerdote que se encargaría de darle la extremaunción. En medio de la noche lluviosa recuerda su infancia, momentos junto a su padre y a su tía Lía; su madre, Ramona, había muerto el mismo día del nacimiento de Felipe. En el trayecto se había detenido a beber en una chingana, Como el padre de Felipe Delgado era un hombre con fortuna, con su fallecimiento los familiares no se pusieron de acuerdo en su disposición. La tía Lía decidió donar dinero a las monjas y asilarse en el monasterio. Apolinar Borda, tío de Felipe Delgado, intentó persuadirla de su intención pero no lo consiguió.

También Nicolas Estefanic, amigo de la familia, está preocupado por su situación: es deudor de una importante suma de dinero y en ausencia de Virgilio decide acudir a Felipe Delgado, a quien la herencia le interesó poco y nada. Ambos beben en el cuarto de Felipe y allí Estefanic decide pedirle un préstamo con la promesa de devolvérselo a su retorno de Antofagasta, Chile, donde iría a trabajar temporalmente.

Apolinar Borda, viendo incierto su futuro, decide proponer a Delgado un negocio en el que también participaría su brujo: Juan de la Cruz Oblitas. Oblitas y Borda querían comercializar diversos productos desde el altiplano y además establecer una fábrica de fuegos artificiales. En una reunión concertada con Delgado, éste conoce a Oblitas a quien saluda con exceso confianza ("¡gordo mañudo!") provocándole una indignación pasajera, atenuada conforme siguió la charla en la que Delgado se disculpa, aunque manteniendo el tono festivo con que la había iniciado.

Finalmente, y luego de que le expusieran el proyecto, Delgado acepta participar en la sociedad dejando a su tío como socio capitalista.

La tía Lía se refugia en un monasterio, Estéfanic parte a Chile, Apolinar Borda y Oblitas se dedican a iniciar su negocio.

Con la casa vendida Felipe busca un lugar donde vivir, una vez que lo encuentra lo acondiciona a su gusto sin reparar en gastos. En procura de encontar un relojero da, casualmente, con la habitación de Titina Castellanos, con la que estaba relacionado anteriormente; conversan brevemente y queda en regresar.

Una noche en la que Delgado buscaba un lugar donde tomar un trago, encuentra una bodega en el callejón Pucarani, "El Purgatorio", allí se velaba el cadáver de la nieta del bodeguero. Luego de presentarse y entrar en confianza invita bebidas finas y comida que hace traer desde la calle. La bodega, que visita con asiduidad desde aquél descubrimiento, se va conviertiendo en lo mas importante de su vida, más aún que su relación íntima con Titina Castellanos. Precisamente por causa de la bodega y sus contínuas borracheras es que rompe con Titina y, luego de una discusión en la que ella revelaba estar embarazada y hablaba de su muñeca compañera y bruja; ella decide marcharse dejando una carta para Delgado en la que desmiente su embarazo y le deja saludos de parte de su muñeca.

La bodega y quienes la concurren se constituyen en el ambiente natural de Delgado: Indalecio Beltrán, Román Peña y Lillo, el Delicado, el bodeguero Corsino Ordóñez, Amézaga, el benemérito de la guerra del pacífico y los aparapitas.

Un día, sin preverlo, entra en conversación con aquella mujer en la puerta de la catedral y, con una naturalidad inesperada, quedan en verse otro día con motivo de que ella le preste un libro de asuntos mágicos que le prometió durante su charla. El día fijado Delgado sufre un accidente en la avenida Pando al ser arrollado por un auto como consecuencia de la reaparición, fétida e irónica, del personaje grotesco que ya había visto la noche de la muerte de su padre, el cual lo sigue atormentando. Delgado termina hospitalizado, Peña y Lillo se ofrece a ir a la catedral para avisar a "la Dama del Circo", Ramona Escalera, el porqué de la inasistencia de Delgado; va y luego ambos, Peña, Lillo y Ramona Escalera, van al Hospital para que ella pueda encontrarse con él; entonces queda establecido el inicio de la relación Felipe Delgado con Ramona Escalera.

Sus posteriores encuentros se ven facilitados por las acciones del gobierno de Hernando Siles ante una probable conspiración de la cual Prudencio es sospechoso y debe ocuparse de su propia seguridad. Ramona Escalera es esposa de José Luis

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