CRITICA SOBRE LA REVOLUCIÓN LIBERAL ECUATORIANA

CRITICA SOBRE LA REVOLUCIÓN LIBERAL ECUATORIANA

La Revolución liberal, también conocida como Guerra civil ecuatoriana fue un movimiento revolucionario en contra de los gobiernos de carácter conservador e impulsado por varias facciones insurgentes lideradas por Eloy Alfaro.

En otros términos una batalla por el poder del país, que se da orígenes con el ascenso del poder Ignacio de Veintenilla y sus posteriores intenciones en volverse dictador que causo gran revuelo en los diferentes sectores del país y así provocando que formaran movimientos revolucionarios en contra del gobierno. Causando con lo siguiente su derroca a manos de Eloy Alfaro junto con sus tropas alfaristas dando comienzo su mandato de poder y el comienzo de la revolución liberal.

Una lucha claramente entre liberales y conservadores que consiguiente continuo aun con Eloy Alfaro en el poder, en 1897 fue sucedido su puesto a manos de Leónidas Plaza, aunque sus diferencias luego causaron conflictos entre ellos. Tiempo después Alfaro vuelve a la lucha mano armada en el Gobierno de Lizardo García a quien derrota, y asume el poder nuevamente hasta 1911 y posteriormente el siguiente año termina con su asesinato a manos de conservadores.

La revolución es uno de los capítulos más importantes de la historia ecuatoriana, debido a su impacto en la política y en la sociedad.

Por su fase radical, entre 1895-1912, impuso importantes transformaciones en los campos político e ideológico: se consolidaron los derechos individuales en las Constituciones de 1897 y 1906, destacándose la absoluta libertad de opinión, de conciencia y de expresión; fue separada la Iglesia católica del Estado; se implantó la educación laica y gratuita; fue secularizada la cultura; y se incorporó a las mujeres, por primera vez, al trabajo público.

En materia económica, el liberalismo radical, pese a su orientación modernizadora, no logró los avances que se podía esperar. Cierto es que se construyó el ferrocarril, se dictaron leyes para regular el trabajo servil y reemplazarlo por el asalariado, se trató de promocionar la industria nacional y se fomentó al comercio y los bancos (“capitalismo”); pero el sistema oligárquico terrateniente no fue derrumbado.

También se destaca en esta revolución momentos de gran barbaría en el país por las batallas del poder por del Gobierno del país a manos armadas de liberales y conservadores.

Eloy Alfaro, por su parte, fue un consecuente internacionalista liberal, tuvo una clara visión latinoamericanista y consideraba al liberalismo heredero de la proeza independentista de Simón Bolívar; además, fue más que todo un activo promotor capitalista y con visión social, que a la época era una posición revolucionaria frente a un país al que los mismos liberales denominaban como ‘feudal’. Con su asesinato y el de otros

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