Carrera Politica De Porfirio Diaz
F.G.A17 de Noviembre de 2014
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CARRERA MILITAR DEL GENERAL PORFIRIO DIAZ
La carrera militar de Porfirio Díaz es más conocido por su servicio en la Guerra de Reforma de México y la lucha contra los franceses Segunda Intervención Francesa en México. En el momento de la Batalla de Puebla 5 de mayo de 1862, en el contexto de la guerra contra los franceses, el general Porfirio Díaz se había convertido en el general de brigada a cargo de una brigada de infantería.
Durante la Batalla de Puebla, su brigada se colocó en el centro entre los fuertes de Loreto y Guadalupe. Desde allí, repelió un ataque de infantería francesa que fue enviado como una diversión para distraer la atención de los comandantes mexicanos de las fortificaciones que fueron el principal objetivo del ejército francés. En violación de las órdenes del general Ignacio Zaragoza, el General Porfirio Díaz y sus unidades lucharon contra una fuerza francesa más grande, pudieron hacerlas retroceder y luego las persiguieron. A pesar de no haber cumplido las órdenes, Porfirio Díaz, seria elogiado por el general Zaragoza durante la batalla como "valiente y notable".
El Plan de Ayutla fue proclamado por Florencio Villareal con ayuda de Juan N. Álvarez e Ignacio Comonfort el día 1 de marzo de 1854 en Ayutla de los libres el ahora Estado de Guerrero y este fue creado con el propósito de darle fin a la dictadura de Antonio López de Santa Anna quien ya llevaba 11 años en la presidencia de México y esto conllevo a la Revolución de Ayutla la cual fue un movimiento insurgente que comenzó en guerrero en 1854 el motivo fue que ya no estaban de acuerdo con el gobierno de Santa Anna que diría a la nación bajo el titulo de Su Alteza Serenísima y más que nada por la corrupción de su gobierno y tampoco existía una claridad en el manejo de los fondos, las garantías individuales no existían y las oposiciones que pudieran surgir eran totalmente aplastadas, a este personaje no solo era aborrecido por el pueblo sino también por la burguesía literal. Esta revolución la planeo marcos Pérez que cuando los miembros de la policía secreta del gobierno descubrieron unas cartas donde conspiraba Marcos Pérez y sus compañeros contra Santa Anna fueron encarcelados en el convento de Santo Domingo. Mientras tanto en nueva Orleans se encontraba el ex gobernador Benito Juárez el cual estaba exiliado esto a consecuencia de una pelea personal con santa Anna.
Porfirio Díaz intento visitar a Pérez, pero su familia no lo dejaba le decía que “los muros de Santo Domingo no se pueden escalar” pero esto a Díaz no lo detuvo ya que logro escalar este muro con la ayuda de su hermano esto fue la noche del 23 de noviembre. El gobernador Martínez Pinillos unas semanas después decidió declarar inocentes a todos los presos y Díaz fue quien se los comunico y al mes siguiente el mismo gobernador exilio a Pérez y ordeno que se capturara a Díaz porque voto públicamente en contra de Santa Anna y a favor de Álvarez, al cual le llamo “su excelencia el Señor general Don Juan Álvarez”
En 1860, salió por primera vez de Oaxaca. Es entonces cuando Brasseur lo describe como “Alto, bien hecho, de una notable distinción, su rostro de gran nobleza, agradablemente bronceado, me parecía revelar los rasgos más perfectos de la antigua aristocracia mexicana, sería de desear que todas las provincias de México fueran administradas por gente de su carácter. Porfirio Díaz es, sin dudarlo un momento, el hombre de Oaxaca”
Al estallar la Guerra de Reforma, Díaz peleó en varias batallas, como en la acción militar de Calpulalpan, bajo las órdenes de José María Díaz Ordaz e Ignacio Mejía. En tres años le fueron conferidos los cargos de mayor, coronel y teniente general. Tras el triunfo liberal, ocurrido el 11 de enero de 1861, Díaz fue postulado a diputado federal, logrando obtener una curul por Oaxaca en el Congreso de la Unión. Y al ser ejecutados Melchor Ocampo, Leandro Valle y Santos Degollado, por las fuerzas conservadoras en el transcurso del año, Díaz solicitó permiso para ausentarse e ir a pelear. El permiso le fue concedido y en su lugar quedó su suplente, Justo Benítez.
El 31 de octubre, se celebró en Londres, una convención entre los representantes de España, Francia e Inglaterra, con el propósito de definir la política a seguir con las deudas de México, ya que el 24 de julio, Juárez suspendió los pagos debido a la bancarrota de la hacienda nacional. A principios de diciembre, las fuerzas francesas, españolas e inglesas llegaron a Veracruz, Córdoba y Orizaba, comandadas por Dubois de Saligny, Juan Prim y John Russell. Gracias a la intervención del Ministro de Relaciones Exteriores del gobierno mexicano, Manuel Doblado, España e Inglaterra retiraron sus tropas, como lo establecía el punto número cuatro de los Tratados de La Soledad. Sin embargo, Francia se negó a abandonar el territorio mexicano y en marzo de 1862 avanzó al interior con un poco más de 5,000 soldados, bajo el mando de Charles Ferdinand Latrille, Conde de Lorencez. A fines de abril de ese mismo año, se fortificaron en Las Flores, un pequeño poblado del Estado de Veracruz. Benito Juárez ordenó a Ignacio Zaragoza, general mexicano que participó del lado liberal en la Guerra de Reforma, hacer frente a las fuerzas francesas en Puebla.
El 5 de mayo, Díaz y otros militares intervinieron en la Batalla de Puebla, donde lograron derrotar a los franceses y hacerlos retroceder hasta Orizaba. Díaz defendió el ala izquierda de la ciudad, y rebatió en dos ocasiones el ataque francés. Una vez que huyeron, González Ortega y Porfirio Díaz se dieron a la tarea de perseguirlos, hasta que Zaragoza se los impidió. Ese mismo día, Juárez recibió una carta de Zaragoza mencionándole los detalles de la batalla, y recalcándole "el empeño y bizarría del ciudadano general don Porfirio Díaz". El 8 de septiembre, Zaragoza murió en Puebla. A principios de 1863, el emperador Napoleón III envió treinta mil soldados a tierra mexicana, ya que su intención era imponer un imperio en América para frenar el avance de los Estados Unidos. Federico Forey era el comandante de las fuerzas galas, quienes pusieron sitio a Puebla el 3 de abril de 1863. Jesús González Ortega fue el encargado de defender la plaza, con ayuda de otros militares como Miguel Negrete, Felipe Berriozábal y Díaz.
Tras más de un mes de acciones militares fallidas por parte de ambos bandos, la ciudad cayó en manos de los franceses la noche del 17 de mayo. Díaz ordenó destruir todo el armamento y las municiones del ejército mexicano, para que no cayeran en manos de los franceses. Una vez que las tropas invasoras entraron a la fortificación mexicana, los militares republicanos fueron hechos prisioneros.
Díaz, junto con todos los demás militares, fue capturado y detenido en el Convento de Santa Inés, en Puebla, los prisioneros fueron llevados a Veracruz, donde se les conduciría a Martinica. Dos días antes de ser embarcados, Díaz y Berriozábal escaparon rumbo a la Ciudad de México. En esta ciudad Juárez y sus ministros se preparaban para escapar, puesto que las tropas de Juan Nepomuceno Almonte iban a tomar la capital con ayuda de los refuerzos franceses. Díaz habló con Juárez la mañana del 31 de mayo, en que el presidente le preguntó qué estaba dispuesto a hacer por la causa liberal. Díaz respondió que necesitaba organizar un ejército para combatir a las fuerzas conservadoras y francesas. Juárez, por consejo de Sebastián Lerdo de Tejada, le asignó 30.000 a su división militar, con la que Díaz marchó a Oaxaca con el cargo de gobernador interino. Hacia mediados de junio, logró llegar a Oaxaca acompañado de su hermano Felipe y del coronel Manuel González, quien se había escapado de las fuerzas conservadoras en Celaya, cuando el ex presidente Comonfort fue derrotado y asesinado.
Durante todo el año de 1864, Díaz y González desarrollaron unas guerrillas en Oaxaca, y los franceses nunca pudieron penetrar al estado. Sin embargo, los triunfos de los conservadores aumentaban y Juárez se vio obligado a salir de Monterrey rumbo a Paso del Norte. Un grupo de militares y clérigos conservadores se dirigieron hacia Viena, Austria, en octubre de 1863 a ofrecer la corona del Imperio Mexicano al archiduque Maximiliano de Habsburgo y su esposa Carlota de Bélgica. Tras una pequeña encuesta realizada entre los altos círculos políticos y sociales del país, Maximiliano aceptó la propuesta y se convirtió en emperador el 10 de junio de 1864, instaurando así el Segundo Imperio Mexicano.
Hacia principios de febrero de 1865, Díaz empezó la fortificación de Oaxaca, puesto que las fuerzas de Aquiles Bazaine estaban a punto de tomar la vieja Antequera. El 19 de febrero Bazaine comenzó el Sitio de Oaxaca, y tras varios meses de hostigamiento, Díaz se rindió el 22 de junio. Bazaine ordenó fusilarlo, pero la intervención de Justo Benítez le salvó la vida. Fue confinado a prisión perpetua en el Convento de las Carmelitas, en Puebla, por el delito de sedición. Sin embargo, en la prisión, entabló amistad con el barón húngaro Louis de Salignac, quien era el encargado de la cárcel. En una ocasión, cuando el comandante militar de la plaza salió de la ciudad, Díaz intentó escapar a base de un cuchillo y una cuerda. El barón lo descubrió, pero en lugar de delatarlo, lo dejó ir. Esa misma tarde organizó a un centenar de hombres para salir al combate y escribió una carta a Juárez el 20 de septiembre de 1865.
Tras más de un año reclutando hombres y municiones. Díaz regresó al sur del país, donde fue apoyado por el viejo cacique liberal Juan Álvarez. Reorganizó el Ejército de Oriente y con sus tropas triunfó el 3 de octubre de 1866 en la Batalla de Miahuatlán
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