Comoendio De Arte Historico

El autor comienza la primera parte del libro con una breve explicación sobre los comienzos de la vida humana específicamente en el continente americano y a lo largo de cuantos años se distribuyó el indio americano a lo largo de las regiones, y como durante muchos milenios el ser humano llevo una vida nómada; sin embargo podemos darnos cuenta que durante este largo periodo de tiempo no existió algo que pudiera destacarse como relevante. Posteriormente nos redacta de que manera el cambio climático y otros factores en consecuencia de esto comenzaron a dar paso a un cambio de vida obligándolos a buscar distintos medios para sustentarse, de esta manera comienzan a sentarse las bases de la agricultura,( aproximadamente en los años 5000 y 2000 a.C.), de ahí el surgimiento de plantas que se convertirían en un alimento primordial en las culturas mesoamericanas tales como el frijol, calabaza, chile, tomate etc. Incluso algunas acreedoras de culto como el maíz.

Podemos ver que el hombre mesoamericano aprende a llevar un modo de vida sedentario en gran medida dependiente a la agricultura. Posteriormente notamos que hacia el año 3000 a.C el hombre comienza a crear las primeras estatuillas de arcilla, pero no sería sino hasta los años 2200 a.C que comenzara a notarse una producción formal de estos artículos de cerámica en algunas regiones de Mesoamérica, de tal manera que en pleno periodo preclásico (1500 – 1200 a.C) encontramos ya un número significativo en la producción de piezas en cerámica no solo con fines utilarios sino también religiosos y rituales. Gendrop explica que durante este mismos periodo de tiempo muchas de estas aldeas sedentarias comienzan a tomar forma en grandes villas y logran mantener un orden social bien organizado, ya que la producción agrícola y demás actividades, además de esto se consolidan actividades como el intercambio de materias primas que fue tomando valor entre las regiones y ayuda a las regiones a abastecerse de productos manufacturados destinados a diversos fines, pero a pesar de esto el autor nos muestra que el verdadero salto cultural de esta época no era la consolidación de la agricultura y el intercambio de estas aldeas y villas si no que lo dieron los olmecas entre los años 1200 y 600 a.C como lo explica en el siguiente capítulo.

El capítulo que Gendrop dedica a al impacto cultural de los olmecas comienza por describir en donde se encontraban situados y algo que me pareció muy interesante es como describe la manera en la que los olmecas gustaban por utilizar grandes campos al aire libre para fines militares, cívicos o simplemente para colocar un tianguis en determinado día de la semana, aparentemente estos sitios lucen vacíos en la actualidad y es difícil imaginar que eran utilizados especialmente para estas actividades, razón por la cual esto llamo mucho mi atención.

Otro hecho que me parece importante de resaltar es la manera en la que los olmecas lograban construir sus espacios aun careciendo de materia prima, acarreando materiales desde largas distancias y sin contar con lo más mínimo de tecnología, así también la manera en la que en esta región surge la primera gran tradición escultórica de Mesoamérica, algo importante es que a pesar de ser los olmecas el primer pueblo en realizar grandes esculturas sobre piedras estas ya eran esculpidas con relieve y llevaban un tratamiento posterior para lograr un mejor acabado. Tomando en cuenta que a pesar de que Mesoamérica nunca lograría alcanzar un nivel alto en cuanto a tecnología se refiere si logro estar a un nivel considerable y resaltar en actividades como la arquitectura, las artes y la escritura.

Continuando con el capítulo encontramos descripciones acerca de las famosas cabezas colosales escupidas por los olmecas así como la manera en que estos gustaban de representar casi obsesivamente al jaguar y a sus guerreros, los olmecas no solo se dedicaron a la producción de esculturas colosales sino también a la realización de productos como estatuillas y piezas de cerámica pequeñas, nos explica la manera en que transportaban e intercambiaban sus materias primas tañes como la jadeíta y la serpentina por medio de ríos de países como Guatemala y estados como Guerrero para la realización de dichos productos, esto tuvo como consecuencia que los olmecas lograran dejar una gran influencia a lo largo de Mesoamérica ya fuera directa o indirectamente, así como pasaron los siglos y los olmecas lograron desarrollar también las bases que lo que seria un sistema de numeración y escritura que posteriormente seria perfeccionado por los mayas del periodo clásico. Asi es como termina este capítulo describiendo el final de la etapa preclásica en la que se siguió creando un entorno cultural tanto diverso como complejo ya que si bien por una parte se continuaba con una producción de arte colosal y una arquitectura mas duradera también aumentaba la producción de cerámica por parte de las regiones agrícolas situadas al Occidente de México, arte a la que el autor dedicara el siguiente capitulo para su mejor comprensión.

Así comienza el capítulo titulado “El arte cerámico de los pueblos agrícola” que tiene como punto de partida la región de Tlalilco localizada al noroeste del Valle de Mexico en la cual comienza una gran producción de cerámica que destaca por piezas como las “pretty ladies” cuyos detalles en la estética y significado de estas figuras son de resaltar, ya que, como lo apunta el autor la exageración era para los escultores una forma de representación hacia un culto o una adoración, en este caso a la fertilidad femenina debido a las notables caderas ensanchadas de estas figuras, es asi como en Talilco y otras villas pertenecientes al periodo preclásico surge todo un mundo de representaciones en arcilla tan diversas que contienen desde danzantes hasta grupos familiares, pasando por músicos, guerreros, jugadores de pelota, acróbatas y shamanes.

Así es como se da paso a que las regiones del occidente de Mexico específicamente el los estados de Jalisco, Colima, Nayarit destaquen por su baste producción de arte agrícola con la creación de estatuillas que representaban muy diversas imágenes de la vida cotidiana que si bien sus personajes estas reducidos a sus componetnets mas elementales estos no dejan de estar llenos de vida. Pero aun mas que esto lo que coloca al Occidente de México en un ligar bastante alto dentro de la producción artística de mesoamerica son sus estatuillas huecas que contaban con dimensiones muy variadas que iban desde lso 15 a hasta los 80 cm de altura principalmente concebidas cono vasijas y que podían sr representaciones fitomorfas, zoomorfas o antropomorfas que solían ser de barro bruñido en uno o varios colores, siendo la región de Colima la que más destacaba pro la elaboración de dichas vasijas que variaban en

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