Contexto De La Segunda Guerra Mundial
cruz199313 de Septiembre de 2014
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1) Mijail Gorbachov
(Mijail Sergueievich Gorbachov; Privolnoje, Stavropol, 1931) Último dirigente de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Procedente de una familia campesina rusa de la región del norte del Cáucaso, estudió Derecho en la Universidad de Moscú (1950-55). Allí se casó con Raisha Maximovna Titorenko y se afilió al Partido Comunista. De regreso a su región de origen, realizó una rápida carrera política, ascendiendo a cargos de responsabilidad regional en las juventudes comunistas y en el partido. Completó su formación con estudios de Agronomía en los años sesenta, lo cual le permitió obtener su primer gran éxito político al afrontar la catastrófica sequía de 1968.
Fue entonces cuando saltó a la política nacional, resultando elegido miembro del Sóviet Supremo (1970), del Comité Central del Partido (1971; secretario de Agricultura en 1978) y del Politburó (1980). Esta rápida ascensión culminó con su elección como secretario general del Partido Comunista de la URSS tras la muerte de Chernenko (1985), por un estrecho margen de votos; obtenía así el máximo poder de la declinante potencia soviética, que se completaría con su nombramiento como presidente del Sóviet Supremo y jefe del Estado (1988).
La llegada de Gorbachov al poder suponía no sólo una renovación generacional, sino también una esperanza de renovación política: Gorbachov encarnaba la corriente reformista que proponía una apertura liberalizadora para sacar a la URSS del estancamiento económico, político y cultural en el que había quedado sumida desde la época de Brezhnev. Gorbachov no defraudó esas expectativas, pues desde 1990 puso en marcha un programa político extremadamente audaz que no sólo acabaría con la dictadura comunista en la URSS, sino con la propia existencia de aquel Estado, transformando así profundamente el escenario internacional.
Dicho programa, sin embargo, era obra de un comunista convencido, deseoso de reforzar y perfeccionar el régimen socialista mediante la trasparencia (glasnost) y la reestructuración (perestroika). La glasnost se produjo primero y con más facilidad: Gorbachov implantó una mayor trasparencia informativa, acabó con la represión hacia los disidentes, desmontó el Estado policial y la censura de prensa, restauró cierta libertad de expresión y reconoció públicamente los crímenes y los errores cometidos en el pasado por el partido y por el Estado soviético. Con todo ello se ganó el apoyo de los gobiernos y de la opinión pública occidental.
Esta acogida no es de extrañar, dado que Gorbachov practicó una política exterior pacifista, llevando de hecho a la URSS a renunciar a su papel de gran potencia mundial, con tal de reducir así los pesados gastos militares que apenas podía soportar la debilitada economía del país (tratado de desarme pactado con los Estados Unidos de Reagan en 1987; retirada de Afganistán en 1989). La retirada del ejército soviético condujo a procesos más o menos revolucionarios que acabaron con los regímenes comunistas en Europa central y oriental, abriendo el camino para la reunificación de Alemania (1990).
La reconstrucción económica, sin embargo, sería uno de los principales fracasos de Gorbachov: la perestroika suponía sacar a la economía soviética del caos y el anquilosamiento en el que estaba sumida, introduciendo mayor libertad de empresa y dejando actuar al mercado para corregir los defectos de la planificación. Sin embargo, estas reformas no tuvieron resultados positivos inmediatos, pues desorganizaron aún más el sistema productivo existente y ahondaron el empobrecimiento de la mayor parte de la población. Todo ello creó tensiones sociales, agravadas por los intereses político-económicos que se veían afectados.
En el aspecto político, se inició una apertura que debía conducir gradualmente a una democracia pluripartidista; pero los avances en ese camino, considerados excesivos por la «vieja guardia» comunista, fueron considerados demasiado lentos por la creciente oposición ajena al partido: Gorbachov y su equipo avanzaban despacio por las resistencias existentes dentro del régimen y por el temor a perder el control del proceso. El efecto principal de la apertura fue la eclosión de los sentimientos nacionalistas, que cuajaron en movimientos independentistas en las diversas repúblicas que formaban la URSS.
En 1991 se produjo un intento de golpe de Estado militar de tendencia involucionista, que fue detenido por la fuerza del movimiento democrático radical, encabezado por Boris Yeltsin; éste se hizo dueño del poder en Rusia, apartando a Gorbachov y pactando con los dirigentes de las otras repúblicas el desmantelamiento de la URSS. Gorbachov se retiró de la política en aquel mismo año; aunque se presentó a las elecciones presidenciales de Rusia en 1996, obtuvo un resultado pésimo, reflejo de la impopularidad que se ganó en su propio país
2) Tratado
El tratado de Versalles fue un tratado de paz firmado al final de la Primera Guerra Mundial que oficialmente puso fin al estado de guerra entre Alemania y los Países Aliados. Fue firmado el 28 de junio de 1919 en el Salón de los Espejos del Palacio de Versalles, exactamente cinco años después del asesinato del archiduque Francisco Fernando, uno de los principales acontecimientos que habían desencadenado la guerra. A pesar de que el armisticio fue firmado meses antes (11 de noviembre de 1918) para poner fin a los combates en el campo de batalla, se necesitaron seis meses de negociaciones en la Conferencia de Paz de París para concluir el tratado de paz. El Tratado de Versalles entró en vigor el 10 de enero de 1920.
De las muchas disposiciones del tratado, una de las más importantes y controvertidas estipulaba que Alemania y sus aliados aceptasen toda la responsabilidad moral y material de haber causado la guerra y, bajo los términos de los artículos 231-248,1 deberían desarmarse, realizar importantes concesiones territoriales a los vencedores y pagar exorbitantes indemnizaciones económicas a los Estados victoriosos. El Tratado de Versalles fue socavado tempranamente por acontecimientos posteriores a partir de 1922 y fue ampliamente violado en Alemania en los años treinta con la llegada al poder de Adolf Hitler.
Alemania liquidó el pago de las reparaciones de guerra en 1983, pero todavía quedaba pendiente el abono de los intereses generados desde la aprobación del tratado, que ascendían a 125 millones de euros (cambio de 2010). Dichos intereses no podían ser abonados hasta que Alemania no estuviese reunificada, dándosele para ello 20 años a partir de ese momento. Por aquellos días se creía que nunca iban a ser abonados, pero, tras procederse a la reunificación del país, se fijó el 3 de octubre como fecha de inicio de esos 20 años. Finalmente, Alemania liquidó totalmente las reparaciones de guerra el 3 de octubre de 2010.2 3
Firma del Tratado en la Sala de los Espejos del Palacio de Versalles el 28 de junio de 1919
Al finalizar la Primera Guerra Mundial y declararse el armisticio, los Aliados (Francia, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda y Estados Unidos, así como representantes de sus aliados durante la guerra) se reunieron en la Conferencia de Paz de París para acordar los términos de la paz con Alemania, el desaparecido Imperio austrohúngaro (entonces ya dividido en la República de Austria, el Reino de Hungría y Checoslovaquia, así como perdidas territoriales a favor del Reino de Rumanía, Reino de Italia, y las nuevas Polonia y el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos), el decadente Imperio otomano y el Reino de Bulgaria. Los Aliados redactaron y firmaron tratados por cada una de las potencias vencidas; el Tratado de Versalles fue el que se le impuso al Imperio Alemán.
Las discusiones de los términos de la paz empezaron el 18 de enero de 1919, y fue presentado ante Alemania en mayo siguiente como única alternativa; su rechazo habría implicado la reanudación de las hostilidades. El día después de la aceptación del Tratado, el 23 de junio de 1919, fue día de luto en Alemania, considerado como la primera gran derrota del parlamentarismo y el "pecado original" de la recién formada República de Weimar.
Tanto la delegación alemana como el gobierno alemán consideraron el Tratado de Versalles como un dictado (Diktat) impuesto a la fuerza sin un mecanismo de consulta o participación. De hecho, el conde Ulrich Brockdorff von Rantzau (quien dirigió la delegación alemana) vio imposibilidad de negociación en la conferencia. Particularmente molesto fue el precepto, incorporado en el Tratado, de la culpa y responsabilidad de Alemania en la iniciación de la guerra. Esto se convirtió en un elemento de tensión en la política interna en Alemania entre la derecha y los grupos nacionalistas —que rechazaban de plano todo el Tratado, siendo partidarios de su revocación—, y el centro liberal y los socialdemócratas —que trataban de suavizar las cláusulas más perjudiciales contra Alemania y otros países.
El tratado estableció la creación de la Sociedad de Naciones (SDN), por iniciativa del presidente de los Estados Unidos Woodrow Wilson. La Sociedad de Naciones pretendía arbitrar en las disputas internacionales y evitar futuras guerras; sin embargo, se vetó el ingreso a Alemania. El presidente francés Georges Clemenceau fue el más vehemente en cuanto a las represalias contra Alemania, ya que gran parte de la guerra había transcurrido en suelo francés.
Lettieri, Alberto (2008). «cap 13». La civilización en debate (en español). Prometeoeditorial. pp. 186 – 187. «Los acuerdos que se firmaron en Versalles no respetaron el espíritu de las negociaciones secretas realizadas entre Rusia
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