De Bello Punico

“De bello punico”

Sobre la guerra púnica y el conquistador de África, Publio Cornelio Escipión.

Conjunto de enfrentamientos que tienen lugar, geográficamente hablando, en la cuenca del mar mediterráneo occidental (incluyendo territorios continentales como la península ibérica, la península itálica y el norte de África); temporalmente hablando, del año 218 a.C. (fecha de declaración de guerra por parte de Roma a causa de la destrucción de Sagunto) hasta el año 201 a.C. cuando Aníbal y Escipión acuerdan las condiciones de rendición de Cartago.

En el trabajo presente se pretende abordar el marco de acciones bélicas durante la llamada segunda guerra púnica, envuelto esto en antecedentes de la anterior guerra en contra de la ciudad de Cartago y con un marco de información acerca de las circunstancias (tanto romanas como púnicas) alrededor de esta guerra; finalizando esto con una breve reseña de lo que será la tercer guerra púnica (mas un exterminio por parte de los romanos y una desesperada defensa por parte de los cartagineses que una guerra en sí), y una opinión general en forma de conclusión al trabajo; dando breves comentarios sobre los diversos sucesos a lo largo del trabajo.

Primer guerra púnica: comienzo y consecuencias.

A pesar de haber unido fuerzas en contra del rey Pirro durante las guerras pírricas, los tratados de amistad entre Cartago y Roma llevarían a estas dos potencias a difícil pregunta: ¿quién posee la superioridad?

El casus belli de esta contienda entre Cartago y Roma fue la derrota de los mamertinos (nombre que proviene de una forma osca de referencia a Marte, dejando en claro su naturaleza belica) en su guerra contra el tirano Hierón de Siracusa. Siendo derrotados en el río Longanus y acorralados en Mesina por las fuerzas siracusanas, se deciden a pedir ayuda a alguna de las dos potencias del mediterráneo occidental de aquel momento: Roma y Cartago.

La solución que Cartago da es una paz entre los mamertinos y Siracusa con la aceptación de una avanzadilla siracusana en Mesina. La solución que da Roma es una más bélica: el apoyo militar entrando en guerra con Cartago.

Una comparación en la organización del las dos diferentes repúblicas que debe hacerse antes de ver sus diferentes conflictos es que Cartago era una potencia económica, sus habitantes (en su mayoría latifundistas) contrataban ejércitos de mercenarios para las guerras pues los ingresos de las colonias cartaginesas podían solventar ese tipo de gastos; mientras que los ingresos al estado romano eran menores al no contar con colonias marítimas, sus pobladores eran campesinos que se convertían también en soldados al verse en una guerra por un alto nivel de patriotismo. Estos detalles en la organización se verán reflejados en las diferentes fortalezas de la guerra: Cartago como potencia naval y Roma con un ejército terrestre capaz.

Al igual que la guerra contra los Etruscos fue llevada a cabo casi como una guerra privada por parte de los Fabios, la primer guerra púnica será la guerra de los Atilios, originarios de la Campania.

En el 263 a.C. Hierón cambia de bando, jurando fidelidad a Roma y abasteciéndolos el resto del conflicto.

El principio de la guerra se centra en encuentros terrestres en territorio Siracusano con clara ventaja romana en contra del ejercito de mercenarios púnico. Esto, sin embargo, no resultaría una victoria total pues el mar era prácticamente dominado por los cartagineses, teniendo los romanos que recurrir como fuente más confiable de aprovisionamiento a Siracusa.

La estrategia en las batallas navales de Cartago marcará, primero, su clara ventaja en comparación a Roma (Cartago al ser un imperio marítimo tenía más conocimiento que la república romana de aquellos tiempos, la cual era meramente agrícola y no poseía colonias marítimas). La estrategia era el uso del espolón en contra de los costados de las naves romanas (técnica de combate naval llamada periplous) o pasar al lado de la nave enemiga tratando de destruir los remos, dar vuelta y atacar la parte trasera con el mismo espolón (diekplous).

Al verse, en principio, desfavorecidos en la batalla naval y con una guerra terrestre lenta los romanos optarán por la que es, para ellos, una salida rápida a la lenta guerra: un ataque a la misma África. Es en África donde tendrán las peores derrotas de esta primer guerra púnica, tanto en mar como en tierra. El cónsul Marco Atilio Regulo será el que dirija la campaña con algunas victorias después del desembarco, pero será otro recién contratado mercenario el que pondrá fin a la expedición punitiva romana: Jantipo de Esparta. Es en la batalla de los llanos de Bragadas donde el mismo cónsul Regulo caerá prisionero e incluso una segunda flota romana (enviada para rescatar a los supervivientes) se perderá en su mayoría por una tormenta.

Después de estos desastres Roma vuelve a la estrategia primera: capturar la totalidad de Siracura poco a poco. Aunque la batalla terrestre tenga la balanza inclinada a la superioridad romana (más aún cuando Jantipo se ve obligado a huir de Cartago) tienen que derrotar también en el mar a Cartago, ahí es donde entrará el uso del corvus (las guerras se ganan principalmente por la tecnología de los contrincantes). El corvus será un intento de hacer valer la superioridad terrestre de las tropas romanas en el mar, siendo un puente que se enganchaba a las naves enemigas permitiendo el paso de tropas y, al no dejar escapar al barco atacado por un gancho en el extremo, inutilizando las técnicas de combate con el espolón cartaginés.

Será el general cartaginés Amílcar Barca el que, a pesar de algunas victorias utilizando la guerra de guerrillas, negociará la paz con Roma después de la perdida de gran parte de la flota cartaginesa en la batalla de las islas Egadas por parte de una flota de quinquerremes romana.

Un dato que no debe tomarse como mínimo es la fuente de recursos para la construcción de esta

...