Defensa Adecuada

El derecho a la defensa es el derecho de una persona, física o jurídica, o de algún colectivo a defenderse ante un tribunal de justicia de los cargos que se imputan con plenas garantías de igualdad e independencia. Se trata de un derecho que se da todos los órdenes jurisdiccionales, y se aplica en cualquiera de las fases del procedimiento penal (sumario, intermedia y juicio oral) y civil (alegaciones, prueba y conclusiones). Así mismo, se impone a los tribunales de justicia el deber de evitar desequilibrios en la posición procesal de ambas partes e impedir que las limitaciones de alguna de las partes puedan desembocar en una situación de indefensión.

La Suprema Corte en distintas sentencias a fijado un criterio para hacer efectivo el derecho a una defensa adecuada, las personas que estén sujetas a un procedimiento penal deben de ser asistidas por un abogado, de oficio o particular, desde el momento que son presentadas al MP y durante todo el desarrollo del juicio.

Cuando se haya trasgredido este derecho, esto no se puede traducir en la libertad del inculpado ni la reposición del procedimiento, sino solamente en la anulación de las diligencias en las que no haya sido asesorado.

El derecho a contar con asesoría de un abogado es fundamental para poder hacer frente a la acción punitiva del Estado. Al abogado le corresponde hacer valer nuestros derechos, si las personas no cuentan con un abogado que las defienda durante el procedimiento difícilmente podrán señalar alguna violación a sus derechos, empezando por el de contar con una asistencia legal debida.

Además, este derecho garantiza que la sanción más severa que puede imponer un Estado, como la privación de la libertad, sea el resultado de un debido proceso.

La defensa adecuada, implica que el defensor debe contar con tiempo y con los medios suficientes y necesarios para la preparación de su estrategia de defensa sea ésta pasiva o activa; dependiendo del caso, también debe contar con una argumentación jurídica que vía alegato y en base al contradictorio, solicite sus pretensiones ante los jueces y en base a la estrategia de defensa ofrecer o hacer suyas las pruebas que se desahoguen en la audiencia de juicio oral. En conclusión, la participación efectiva del defensor es un componente indispensable para considerar el derecho a la defensa.

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