Evolucion Del Hombre

Evolución del hombre y selección natural

Darwin había leído a Lamarck pero no le habían convencido sus conclusiones. El transformismo lamarckista postulaba un perfeccionamiento progresivo de las especies no justificado, como si la naturaleza por sí misma conociera hacia dónde y cómo deben modificarse los órganos y conductas. Desde esta perspectiva, dada una especie animal que habita en un medio dado es posible predecir cómo irá modificándose dicha especie a partir de la ley del uso y desuso de órganos que rige para los individuos. Sin embargo, cuando esta hipótesis incontrastable es llevada a la experiencia concreta y particular del laboratorio para su confirmación, tampoco produce resultados satisfactorios.

Que las formas vivas actuales sean más perfectas que las desaparecidas era pues una suposición ilegítima sobre un proceso natural. Pareciera como si Lamarck hubiera extrapolado la selección artificial que se realiza en los establos por los ganaderos para obtener mejores razas, al ámbito de la naturaleza…

Darwin estudiará detenidamente cómo trabajaban criadores y seleccionadores y se preguntará quién es en la naturaleza el que hace el papel de criador, de seleccionador; por qué y cómo unas especies se perpetúan, otras evolucionan y otras se extinguen… En 1838 lee a Malthus, que le da la clave para contestar a esta pregunta. La selección se produce en la lucha por la vida; es el mecanismo mediante el cual algunos individuos de una misma especie logran llegar a la edad núbil y transmitir sus características a los descendientes seleccionándose con respecto de aquéllos que murieron en el camino. Esa selección es natural, ciega y azarosa: no es artificial, no tiende a la perfección porque no sigue un plan prefijado por nadie.Aquellos individuos de una especie que portan características morfológicas que en el curso adaptativo de sus vidas se demuestre que son ventajosas (y se demuestra porque llegan a la edad núbil y procrean), transmitirán tales características a sus descendientes –se seleccionarán-, y en esa medida irá perpetuándose la especie. Como vemos, para Darwin son los rasgos morfológicos con los que nacen los individuos lo que se transmite a la descendencia; no se transmite aquello que aprendemos, adquirimos o perdemos durante nuestras vidas como pretendía Lamarck. Y ahí reside su error, en suponer que las “buenas conductas” se perpetúan y sobreponen a las “malas” y que eso implica una evolución progresiva –de “progreso”- de las especies que cada vez van siendo más y más perfectas...Pero, ¿cómo se pasa entonces -desde la perspectiva darwinista- de una especie a otra? Por acumulación de una multiplicidad de variaciones en las características que portan los individuos que, superando la selección, van transmitiéndose de generación en generación (Darwin no conoció los trabajos

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