Guerra

las trifulcas fueron demasiado graves terminando con la muerte del primo de Primo de Rivera y el intento de linchamiento del teniente Sáez de Tejada por parte de una muchedumbre. Más tarde, éste resultaría asesinado también y el hecho desencadenaría en el secuestro y muerte de José Calvo Sotelo. Todo esto convenció de la necesidad de dar el Golpe de Estado a los militares, indecisos todavía. El golpe estaba preparado por Mola y contaba con el apoyo de la Falange y movimientos tanto conservadores como católicos.

Núcleo:

En julio de 1936 el coronel Yagüe (jefe militar de la legión) se alzó en armas contra la República. Esta sublevación se extendió al resto del protectorado marroquí y la mayoría de guarniciones militares españolas junto con a sectores civiles de falangistas y carlistas se unieron al golpe de Estado. El general Franco se dirigió a la Península desde Canarias al frente del ejército de África (doc.1 “La situación en España cada día es más crítica […] ¿Es que podemos abandonar a España a los enemigos de la patria con proceder cobarde y traidor, entregándola sin luchar y sin resistencia? ¡Eso no! Que lo hagan los traidores, pero no quienes juramos defenderla”). En dos días, los sublevados ya eran fuertes en partes muy importantes de España. El jefe de gobierno (Martínez de Barrio) fue sustituido y José Giral llegó al poder y decidió entregar armas a las milicias de los sindicatos y de los partido del Frente Popular (comúnmente llamados rojos). El levantamiento fue prácticamente imparable ya que además se unió fiel al gobierno el ejército y las fuerzas de seguridad del estado. La sublevación triunfó y fracasó dependiendo de las condiciones sociales y políticas particulares de cada región del país triunfando los militares en zonas donde fueron más votadas las candidaturas de derechas en las elecciones de febrero de 1936, y fracasando donde la victoria electoral correspondió al Frente Popular. Dado que la situación de golpe de Estado se alargó, el país se dividió en dos bandos: los sublevados (posicionados en contra de las reformas de la República, apoyados por los fascistas) y los leales a la República (defensores de la legitimidad republicana).

El apoyo tanto a un bando como a otro no tardó en llegar por parte de diversos países aún con la presencia del Comité de No Intervención (cuya creación fue propuesta por Francia). La ayuda ofrecida por parte de Alemania e Italia al bando sublevado fue muy importante tanto numérica como tácticamente; también combatieron junto a ellos contingentes de voluntarios portugueses, irlandeses y de otras nacionalidades, afines todos ellos al fascismo o a la ideología católico-conservadora. Al bando republicano la ayuda fue menos favorable de manera que hubo que comprar armas y productos energéticos a la Unión Soviética; las Brigadas Internacionales prestaron una gran

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