JUAREZ

Empezó por los cargos más modestos, hasta llegar a ser presidente; lucha incansable de las causas justas, la libertad y la democracia. Jamás fue indiferente al dolor ajeno, tampoco al crimen, supo así condenar al malvado y enaltecer al virtuoso.

Hace casi un siglo que murió Don Benito Juárez y su ejemplo perdura; recordar su vida, su obra y las leyes de reforma es mantener en la conciencia la fuerza de vivir con libertad, dignidad e integridad moral.

Juárez no es solo un héroe de México sino de éste continente; por eso se le llama el Benemérito de las Américas.

Hay hombres que con sus actos van escribiendo páginas de la historia; pues dejan en su trayectoria el más notable e imborrable testimonio de servicio y amor a la patria.

Nace de padres indígenas, en apartada región del sur de México un 21 de marzo de 1806, no conoció comodidades ni holgura, pero estudio venciendo inmensas dificultades y con tenacidad trabajo para ganarse el pan de cada día.

No fue a la vida pública impulsado por deseos de fama o poder; fue a ella porque sintió que debía servir al pueblo.

Empezó por los cargos más modestos, hasta llegar a ser presidente; lucha incansable de las causas justas, la libertad y la democracia. Jamás fue indiferente al dolor ajeno, tampoco al crimen, supo así condenar al malvado y enaltecer al virtuoso.

Hace casi un siglo que murió Don Benito Juárez y su ejemplo perdura; recordar su vida, su obra y las leyes de reforma es mantener en la

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