La masacre de los trabajadores del 15 de noviembre de 1922 en Guayaquil

RESUMEN

La masacre de los trabajadores del 15 de noviembre de 1922 en Guayaquil, es uno de los episodios mas trágicos en la historia de la lucha de los trabajadores ecuatorianos. Este hecho sucedió debido a las desigualdades que vivían día a día, los mínimos salarios que recibían y entre motivos, de igual manera tomaron como impulso la victoria de los trabajadores de la The Guayaquil and Quito Railway Company, estas fueron las principales razones para que aquellas manifestaciones tomaran lugar.

El 10 de noviembre fue el día en el cual varios grupos de trabajadores de la Empresa de Luz y Fuerza Eléctrica y la Empresa de Carros Urbanos, se unieron a las manifestaciones, de igual manera se sumaron artesanos y constructores, declarando de esta manera una huelga general. Para el 14 de noviembre Guayaquil se encontraba paralizada, la manifestación obrera contaba con miles de asistentes, los cuales desfilaron por el centro de la ciudad, recorriendo la Plaza de los Proceres, siguiendo la avenida 9 de octubre y Pedro Carbo, hasta llegar a la Gobernación. Los dirigentes sindicales y los abogados Jose Vicente Trujillo y Carlos Puig, fueron los mediadores principales de los trabajadores, los cuales mediante discursos pidieron el Gobierno de tuno, el cumplimiento de sus peticiones las cuales incluían las reformas laborales, salariales y la llamada ley de incautación de giros.

Entre toda la multitud se destaco Maria Montaño, una mujer de raza negra que mediante un discurso frente a la sede de Gobierno provincial, incito a todos los trabajadores que tomen el poder en sus manos.

Decenas de obreros fueron apresados, pese a las circunstancias el orden y la calma aun se mantenían. Para el 15 de noviembre, los obreros volvieron a las calles exigiendo sus derechos y de igual manera la liberación de sus compañeros se habla que alrededor de 5000 trabajadores participaron ese día, las manifestaciones llegaron hasta la clínica Guayaquil, donde Puig y Trujillo se reunieron con Enrique Pareja, logrando la libertad de los obreros detenidos, prosiguieron hacia el cuartel policial para liberar a sus compañeros. En ese momento un grupo de policías al pensar que quieren tomarse las instalaciones, abren fuego con sus fusiles en contra de los artesanos, ferroviarios, vendedores ambulantes, lavanderas, betuneros, panaderos y otras obreros, aunque la razón principal era la confusión de ese momento, existió un telegrama enviado el 14 de noviembre por el presidente Jose Luis Tamayo al jefe de la Zona militar, Enrique Barriga, el donde se expresaba que para el 15 de noviembre debía volver la tranquilidad a Guayaquil, cueste lo que cueste.

Debido a los disparos, varios manifestantes huyeron del lugar, mientras que otros asaltaron varios locales comerciales como la Casa González, la Casa Rubio, la de Miguel Enrich, Sola & Cia. Y otros locales ubicados en las calles Aguirre y Pichincha, y Aguirre y Malecón, para tratar de buscar armas para poder defenderse. Comenzó la represión por parte de los efectivos militares y policiales tratando de controlar los desmanes-

La marcha ya se encontraba divida, cientos de militares y policías habían comenzando a disparar a quema ropa a los manifestantes, Guayaquil se encontraba envuelta en caos, terror y muerte, para la noche del 15 de noviembre las calles se encontraban llenas de cuerpos. Para el día siguiente, varias de aquellas victimas fueron lanzadas al Rio Guayas antes de poder ser reconocidas por sus familiares.

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