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Porque Se Celebra El Tanabata


Enviado por   •  20 de Marzo de 2014  •  419 Palabras (2 Páginas)  •  218 Visitas

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¿ Por qué se celebra el Tanabata ?

Leyenda.

El día del Tanabata o Festividad de las estrellas, proviene de una leyenda china que los japoneses adoptaron hace cientos de años, inspirada en un famoso cuento asiático: “La princesa y el pastor”

La fiesta celebra el encuentro entre dos enamorados, representados por estrellas: Orihime (Vega) y Hikoboshi (Altair). La Vía láctea, un río hecho de estrellas que cruza el cielo, separa a estos esposos, y sólo pueden volver a estar juntos una vez al año...

Historia

Había una vez un Rey, el Rey Celestial Tentei, que tenía una hija, Orihime.

Ella era la mejor tejedora de todo el reino y sus telas eran espléndidas, cosa que siempre complacía a su padre.

El Rey Tentei, tenía el poder de controlar el clima, que siempre era limpio y despejado, mientras estuviera complacido, mientras que cuando se enfadaba, el cielo se encapotaba y llovía.

Orihime siempre trabajaba duramente día tras día para tenerlas listas, siempre a orillas del río Amanogawa. Pero la Princesa siempre estaba triste, ya que, como trabajaba tanto, nunca podría conocer a alguien de quien enamorarse.

Preocupado por ella, el Rey Tentei, concretó un encuentro entre ella y Hikoboshi, un pastor que vivía al otro lado del Amanogawa.

Cuando los dos se conocieron, se enamoraron al instante y al poco tiempo se casaron. Pero una vez casados, ambos empezaron a descuidar sus tareas para estar juntos, hasta que Orihime dejó de tejer para el Rey Tentei e Hikoboshi se olvidó de su rebaño, que se desperdigó por el campo.

El Rey Tentei, furioso, ordenó separarlos, cada uno a un lado del Amanogawa, prohibiéndoles volver a verse. Orihine lloraba desconsolada la pérdida de su marido y rogaba a su padre que les permitiera verse al menos una vez más. Las lágrimas de su hija consiguieron ablandar el corazón del Rey Tentei y permitió que los amantes se vieran una vez al año, el séptimo día del séptimo mes, siempre y cuando ambos hubieran completado sus tareas.

Ambos esperaron el día señalado, trabajando duro para tener todo terminado; más, la primera vez que intentaron verse, se dieron cuenta de que no podían estar juntos, ya que no había puente por donde cruzar el río y el barquero mágico de la luna no podía ayudarles.

Nuevamente Orihine lloró desconsolada por no poder estar cerca de su amado, entonces una bandada de urracas que pasaba cerca se apiadó de ellos y con sus alas formaron un puente para que pudieran abrazarse. Las urracas prometieron volver cada año para formar el puente, siempre y cuando no lloviera.

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