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Simon Bolivar


Enviado por   •  24 de Junio de 2015  •  4.435 Palabras (18 Páginas)  •  204 Visitas

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El Ejército Libertador

Del año de 1813 han celebrado los historiadores venezolanos especialmente la Campaña Admirable, la sucesión de triunfos bélicos que logró Bolívar desde los Andes venezolanos hasta Caracas, en su primera campaña militar iniciada propiamente en el Magdalena, donde obtuvo triunfos sucesivos a la cabeza de un grupo de soldados momposinos.

Libertó a Santa Marta y Pamplona y su llegada a Cúcuta influyó decisivamente en la retirada del español Yáñez, con sus tropas, de la región de Casanare. Bolívar entró en territorio del Táchira el día primero de marzo de 1813. Comenzó allí no sólo una guerra victoriosa sino una acción de todo tipo —“la guerra es la continuación de la política por otros medios”, según el dictamen de Clausewitz— durante la cual no sólo fue conductor principal de los ejércitos sino constructor de los fundamentos de varias nacionalidades, como representante de la clase que guió la guerra de emancipación: la de los criollos o mantuanos. En La ideología alemana escribieron

Marx y Engels:

Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en cada época. Los individuos que toman la clase dominante tienen también, entre otras cosas, la conciencia de ello y piensan a tono con ello; por eso, en cuanto dominan como clase y en cuanto determinan todo el ámbito de una época histórica, se comprende de suyo que lo hagan en toda su extensión y, por tanto, entre otras cosas, también como pensadores, como productores de ideas, que regulen la producción y distribución de las ideas de su tiempo; y que sus ideas sean, por ello mismo, las ideas dominantes de la época.

Bolívar corrió abanderado de la clase en lucha por una totalidad nacional, expresó las ideas de su clase, ya en los hechos, ya en la escritura, a veces en forma contradictoria, como es normal en las sociedades de clases y, además, fue guía en el conocimiento de esas ideas, las cuales propagó y convirtió en realidades en cuanto pudo. Su gran aducción comenzó en 1813, no sólo en la política, sino en el planeamiento de la economía para la pelea, dentro de las condiciones de la producción y de la propiedad existentes, en el inicio de un ejército y en el manejo de incentivos e ideales patrióticos para cuyo logro manejó toda clase de arbitrios, entre ellos el Decreto de Guerra a Muerte. Muchos historiadores han narrado la Campaña Admirable como si se hubiese tratado de triunfos logrados por un ejército maduro, estable, unitario.

Bolívar y los jefes que lo acompañaban supieron, desde las regiones andinas, las dificultades iníciales y previeron otras.

No se trataba aquí de guiar un conjunto de veteranos, con madura preparación.

Blanco Fombona observó en forma comparativa:

San Martín hubiera fracasado por completo desde el comienzo de su empresa patriótica si no se retira a Mendoza, con muy buen acuerdo, a preparar en cuatro años de calma, lejos de la política y de estériles disturbios, el instrumento de su triunfo: el ejército, un ejército disciplinado, a cuyo frente pudiera batirse y vencer en las dos recias batallas que con el paso de los Andes y la invasión del Perú, constituyen su epopeya. Pero eso se pudo hacer en Argentina. En Venezuela no. Eran circunstancias históricas diferentes. Bolívar hubo de forjar la fuerza combatiente en plena pelea. Así creó diversos ejércitos dentro de la concepción general del Ejército Libertador. Otros jefes guerreros, Santiago Mariño en oriente, José Antonio Páez en los Llanos, y Antonio José de Sucre en Ecuador y el Alto Perú, fueron grandes organizadores de fuerzas combatientes. El unificador, el creador de las fuerzas fundamentales de liberación fue Bolívar, quien coordinó fuerzas, planificó estrategias complejas, logró la coordinación de esfuerzos que culminaron en Venezuela en la batalla de Carabobo y en Perú en la de Ayacucho. Paralelamente luchó de modo incesante, adaptando todo a las condiciones económicas de producción y de circulación en los lugares donde se desarrollaban los episodios de la gran contienda anticolonialista49.

Contado en resumen y sólo desde el punto de vista bélico, el año de 1813 resulta una asombrosa epopeya ideal: el 10 de marzo de 1813 llegó Bolívar a Táchira; el 23 de abril libertó en La Grita a la provincia de Mérida, el 15 de junio una rama de su ejército mandada por Ribas, venció en Niquitao. Siguieron Guanare, que significó la posesión de la provincia de Barinas, los Horcones. Llegó a Caracas el 6 de agosto de 1813. Había iniciado su campaña con pocos hombres. Comenzó en el Magdalena con 70. En la frontera de Venezuela contaba con 300. “El ejército patriota —escribe O’Leary— fue engrosado considerablemente con los prisioneros americanos hechos al enemigo y los que desertaban de sus filas, fuera de los voluntarios que de todas partes acudían a sentar plaza”. A veces no había cómo armar a todos los aspirantes. Bolívar decía, ante las limitaciones que le había impuesto el Congreso de Nueva Granada: Ahora más que nunca debemos obrar con celeridad y vigor; volar sobre Barinas y destrozarle su fuerza (…) Observen Uds. que todas las tropas de la Nueva Granada han sufrido más o menos reveses (…) y que sólo el ejército en que tengo la gloria de servir no ha experimentado pérdida alguna desde Barranca… Pero junto al entusiasmo, señalaba los factores concretos:

Debemos marchar a posesionarnos de Mérida y Trujillo, países que apenas podrán suministrar víveres para alimentar a la tropa, permaneciendo en ellas un mes cuando más y por consiguiente nos faltarán los sueldos para el ejército, pues no hay caudales en aquellas provincias, que han aniquilado el terremoto, la guerra y las persecuciones de los enemigos… Pedía al gobierno de la Nueva Granada que se le suministrasen 25.000 pesos mensuales hasta cuando alcanzara la provincia de Caracas, “que es la rica y la que puede subvenir a los gastos del ejército…” Ya no tenía recursos “ni aun para suministrar el socorro diario a los soldados…” y preveía que en Mérida le reclamarían los sueldos completos y pensarían que la falta del prest era resultado de la estancia en el suelo venezolano. Así, la celeridad de la Campaña Admirable no sólo se debió a la impetuosidad combatiente de Bolívar y de sus soldados. La necesidad económica empujaba inexorablemente al ejército hacia donde se encontraban los recursos. La idea de una pronta cooperación animó, además, a Bolívar y a sus oficiales cuando supieron los combates de oriente donde Mariño, Sucre, Piar y otros habían obtenido triunfos sobre los españoles en la costa de Güiria50. La llegada de

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