ÚSLAR PIETRI
beatriz16 de Marzo de 2014
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LA EDUCACIÓN COMO
TESTIMONIO DE UN PAÍS EN CRISIS
Gustave Flaubert , citado por Erwin Laaths (1987), escribía a George Sand, en 1854 ...El
hombre no es nada, la obra lo es todo. Esta frase memorable parece servir de marco
adecuado para intentar ahora una aproximación a la obra ensayística de Arturo Úslar Pietri,
ejemplo vigoroso y prolífico de la diversificación del escritor venezolano.
En efecto, nos encontramos frente a un hombre que ha afirmado su existencia por
diferentes caminos expresivos y temáticos. Un hombre prestado a la vida, pero que es
escritor por encima de todo. Un hombre para quien su destino vital no tomó en cuenta sino
la explicación del deseo de vivir. Un escritor que es poeta, pero también, y sobre todo,
cuentista, novelista, ensayista... Este fenómeno de la diversificación creativa constituye
una de las manifestaciones más altas de la inteligencia venezolana. Úslar Pietri, Andrés
Eloy Blanco, Manuel Díaz Rodríguez, José Rafael Pocaterra, Ramón Díaz Sánchez,
Mariano Picón Salas, Miguel Otero Silva, José Balza, Gabriel Jiménez Emán, Orlando
Araujo, son grandes cuentistas y novelistas y, al mismo tiempo, brillantes ensayistas.
Esta diversificación también expresa el mestizaje cultural. Todas las novelas de
Gallegos o de Balza no son iguales. Todos los cuentos, novelas o ensayos de Úslar no son
iguales. El escribió a menudo sobre literatura, pero al mismo tiempo lo hizo sobre petróleo,
educación, folklore, historia, política o sobre cualquier otro aspecto de la vida venezolana.
En Úslar, el estilo es un proceso dinámico. Por eso su obra ensayística es múltiple y
variada, como lo observamos en esta incompleta y caprichosa enumeración, que se extiende
desde Esquema de la historia monetaria venezolana (de 1937); Las visiones del camino (de
1941); Letras y hombres de Venezuela (de 1948); La ciudad de nadie y De una a otra
Venezuela (de 1950) ; Apuntes para retratos y Las Nubes (de 1952); El otoño en Europa y
Tierra venezolana (de 1954); Breve historia de la novela hispanoamericana (de 1955);
Valores Humanos (de 1958); Del hacer y deshacer de Venezuela (de 1962); Oraciones
para despertar (de 1967); En busca del nuevo mundo (de 1969); La vuelta al mundo en
diez trancos (de 1971); La otra América (de 1974); El Globo de Colores y Viva voz (de
1975); Fantasmas de dos mundos (de 1979); Fachas, Fechas y Fichas (de 1982);
Venezuela en el petróleo (de 1984); La empresa fundamental de Venezuela (1986),
incluyendo el llamado INFORME USLAR, informe de la Comisión Presidencial para el
Estudio del Proyecto Educativo Nacional, trabajo en el cual participaron, además: Orlando
Albornoz, Germán Carrera Damas, Edmundo Chirinos, Luis Beltrán Prieto Figueroa, Pedro
Rincón Gutiérrez y otros notables educadores venezolanos. Las reflexiones finales y las
conclusiones de este INFORME...fueron publicadas, en 1986, por el Fondo Editorial
IPASME, bajo el título Educación en Venezuela: Problemas y Soluciones (reflexiones y
conclusiones las cuales, por cierto, fueron desdeñadas y engavetadas, ocurriendo una
historia reiterativa en nuestro país).
El Informe Úslar
En este Informe... (y en otros ensayos sobre el tema) se evidencia que Úslar no vio la
educación exclusivamente como un educador. Por el contrario, la acometió como todo lo
que era y desde todo lo que pensaba. Reflexionó sobre ella con todo lo que sentía y a partir
de todo lo que aspiraba. La entendió como un acontecimiento relacionado con el origen de
todo, como una expresión vinculada con la naturaleza de todo y como referencia asociada
con el destino de todo. Y no le faltaba razón, pues, en última instancia, en su dimensión
sociopolítica, la educación es una especie de causa y derivación omnipresente. En cierto
sentido, el ejercicio reflexivo y actuante de Úslar como educador, nos hace pensar que no
se puede ser un buen educador siendo solamente educador. Leamos un fragmento:
...La economía venezolana ha tenido un carácter eminentemente rentista, que ha
permitido el desarrollo de un importante parque industrial, y la hipertrofia del sector
de servicios. Esta economía, además, ha alcanzado niveles avanzados en ciertas
actividades productivas. / Esta sociedad estableció, entre sus fines educativos, la
consolidación de la democracia y la formación de los recursos humanos para el
desarrollo económico y social del país. La expansión acelerada de los servicios
educativos fue la respuesta obvia a esos fines, lo que permitió redecir la alta tasa de
analfabetos, y atender la demanda generada por el explosivo crecimiento
demográfico./ Esta política educativa, compartida a escala mundial con otros países,
ocasionó un descenso en la calidad de la educación, porque no se tomaron a tiempo
las medidas para conservar o promover la excelencia./ Venezuela no ha logrado,
como país, el desarrollo social que correspondía a sus cuantiosos recursos humanos y
materiales, y a sus ideales democráticos. Y ha avanzado en su desarrollo político sin
conciencia nacional. / La educación no está exenta de ese comportamiento. Por ello,
la crisis de la educación es el reflejo de la crisis social.
Pizarrón
Es necesario recordar también la presencia permanente de Úslar en la prensa nacional e
internacional: su columna Pizarrón (publicada cada Domingo en el diario EL NACIONAL y
en más de treinta diarios de circulación mundial), constituye un trabajo intelectual de más
de tres décadas (desde el 10 de junio de 1948 hasta el 4 de enero de 1988) al servicio de las
mejores causas venezolanas, y es la expresión ininterrumpida de su pasión por el hombre,
por el país y por el orbe, hazaña ésta en la cual lo acompañaron, en su tiempo, venezolanos
de excepción como Luis Beltrán Prieto Figueroa, Ibsen Martínez, Earle Herrera, José
Ignacio Cabrujas y Alfredo Tarre Murzi, entre otros. En su columna inicial (10/6/48), La
falsificación de la realidad, Úslar definiría su objetivo...me siento obligado a decir lo que
creo la verdad, a escribir con gruesa letra y tiza blanca en este pizarrón las cosas que no
debo callar.
La cultura pendular del autor no se queda mucho tiempo en un asunto determinado.
Va con el tiempo y, simultáneamente, escapa a él y adquiere un valor de permanencia.
Impresiona que en una obra ensayística tan vasta y prolongada, no haya concesión visible
ni a lo periodístico ni a lo circunstancial. Los temas abordados por el autor son múltiples y
variados, aunque su preocupación, su pasión fundamental fue la educación5, como lo
atestiguan los diversos libros y ensayos dedicados a ella. Estos temas constituyen
reflexiones necesariamente interrelacionadas, como lo es nuestro acontecer. Y aun
determinado tema que pudiera ser monográfico-digamos: Venezuela-, en rigor no lo es, por
cuanto la nación es producto de un complejo proceso social hasta ahora interminable. Úslar
lo advierte y, refiriéndose a Venezuela, describe, informa, analiza la Conquista; se detiene
en los rasgos coloniales, los hechos de la Independencia y sus derivaciones, hasta llegar a la
época que atestiguamos, en la que no entendieron (o ignoraron) su llamado.
Sembrar el petróleo
Este llamado de Úslar fue proclamado muy oportunamente el martes 14 de Julio de 1936,
en un editorial del diario caraqueño Ahora (otro artículo, con el mismo nombre, fue
publicado en el diario EL NACIONAL, el 1º. De Julio de 1951). Leamos un fragmento:
...la única política – económica, sabia y valedera que debemos practicar-, es la de
transformar la renta minera en crédito agrícola, estimular la agricultura científica y
moderna, importar sementales y pastos, repoblar los bosques, construir todas las
represas y canalizaciones necesarias para regularizar la irrigación y el defectuoso
régimen de las aguas, mecanizar e industrializar el campo, crear cooperativas para
ciertos cultivos y pequeños propietarios para otros./ Si hubiéramos de proponer una
divisa para nuestra política económica lanzaríamos la siguiente, que nos parece
resumir dramáticamente esa necesidad de invertir la riqueza producida por el sistema
destructivo de la mina, en crear riqueza agrícola reproductiva y progresiva: sembrar
el petróleo.
Letras
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