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Analisis Comparativo Del Poema "El Enemigo" Y "Sino"


Enviado por   •  5 de Febrero de 2015  •  1.711 Palabras (7 Páginas)  •  937 Visitas

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“Entre Baudelaire y Scaffo”

Desde que se configura y se comienza a edificar la personalidad, como personas, nos identificamos con ciertos parámetros culturales que nos representan a modo de estandarte, como fiel paradigma de lo que somos y a dónde aspiramos llegar. Un claro ejemplo de tal concepto, es el empleo del nombre “Carlos Scaffo”…nombre que se ha vuelto una especie de “eslogan” en la vida cotidiana del pueblo duraznense. Cierto es, manejamos un nombre, pero, sin embargo, no conocemos al hombre que hay detrás, su producción artística, su aporte como ciudadano ilustre, hijo de estas tierras que él tanto amó. Al hablar del Profesor C. Scaffo se está haciendo referencia a una mente brillante, con perspectiva futurista, un hombre que amalgamaba en su intelecto una sabiduría que se derramaba en pensamiento y acción, noción que estampará en el escudo de Durazno “En pensamiento me centro y me descentro en labor”. Justamente aquí está la clave para comprender su filosofía, pues, Scaffo centra su visón en el ser humano, como núcleo y eje de su obra tanto literaria como ensayística.

Es deber y obligación reestructurar los programas curriculares de educación y repensar la actividad literaria y filosófica de este célebre creador, para fraguar nuestra identidad como nación y sobre todo como pueblo; pueblo que se traduce en gente, tierra y río inherentes al entrañable profesor. Scaffo logró romper los esquemas tradicionales, y así trascender fronteras, téngase en cuenta que ingresó a los círculos de literatos más importantes de su época, provocando admiración en sus semejantes; basta con decir que su obra incluso fue prestigiada por la crítica española, en una época en que los medios de comunicación eran bastante precarios o incipientes.

Este trabajo no pretende ser un estudio biográfico ni un profundo ensayo sobre estos dos genios de la literatura, sin embargo, lo que se intenta es crear conciencia y proyectarnos al pasado hacia aquellos años de la generación del centenario, tiempo de clamor cultural, donde escritores de alto rango como Francisco Espínola, Juan José Morosoli, Líber Falco entre otros, dieron a conocer su majestuoso labor. Primeramente se debe concebir a nuestro coterráneo dentro de esta generación por dos aspectos fundamentales; en primera instancia, pues en 1929 publicó su primer poemario “El astro de los vientos” y en 1935 “El ser”, hecho cronológico que ubica sus primeras producciones dentro de este margen y en segundo plano, es decir, su obra posee magistratura de grandes cualidades literarias y presenta una dimensión poética, en donde fondo y forma están excepcionalmente cuidados.

En este sentido, la idea es lograr un primer acercamiento a la poesía de Scaffo y contemplar su arte también desde su postura como lector. Aquí radica el núcleo de este trabajo, puesto que, es evidente que don Carlos “devoró” la poesía baudelaireana, ya que se evidencian notables influencias del genio francés en éste. Considérese, que, Charles Baudelaire es un artista que ha sido complejamente difícil de encuadrar dentro de un grupo en particular, es decir, se refieren a él como “poeta maldito” , “romántico indescifrable” y la interpretación de su obra ha dado a innumerables ensayos y análisis. En fin, más allá de todas estas intrincadas cuestiones, Scaffo publica con tan solo veinte años de edad “El astro de los vientos”, mostrando así profunda capacidad analítica e interpretativa de la obra baudelaireana, pues, hay entre ambos poetas y salvando las distancias, una óptica muy similar sobre un tema en particular: “tempus fugit” (la fugacidad del tiempo). Una poesía de hondo carácter reflexivo sobre la vida en sí misma que estará anunciando de cierta manera el futuro tinte metafísico que caracterizará las posteriores obras filosóficas del profesor. De este modo, a continuación se presentan dos poemas, cada uno correspondientes a ambos autores a efectos de entablar un estudio comparativo, así lograr ejemplificar con mayor eficacia, lo expresado anteriormente.

“EL ENEMIGO”

“Mi juventud no fue sino una tenebrosa tormenta.

Atravesada aquí y allá por destellantes soles,

el trueno y la lluvia han provocado tales estragos

que en mi jardín si apenas quedan bermejos frutos.”

Ahí yo he alcanzado el otoño de las ideas,

y debo emplear la pala y los rastrillos

para reunir de nuevo las tierras anegadas,

donde el agua cava fosas tan grandes como tumbas.

¿Y quién sabe si las flores nuevas con las que yo sueño,

encontrarán en este suelo lavado como arena,

el místico alimento que les dará su vigor?

¡Oh dolor, ¡Oh, dolor! El tiempo se devora la vida

y el oscuro enemigo que nos roe el corazón,

al beberse nuestra sangre crece y se fortalece.

Charles Baudelaire, (“Las flores del mal”)

“SINO”

La vida es triste y no vale

la pena de ser vivida…

¡Cantar de un alma que llora

frente a la noche perdida!

Amor es fuego y amamos

mujeres que nos olvidan…

El sediento va a buscar

agua donde nadie habita.

En el polvo, el peregrino

...

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