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Anhelo De Vivir


Enviado por   •  11 de Febrero de 2013  •  2.157 Palabras (9 Páginas)  •  800 Visitas

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ANHELO DE VIVIR

Irving Stone

En éste libro, Irving Stone, nos describe la vida de uno de los más grandes pintores impresionistas, inspiración de muchos otros, un hombre que no sé si desafortunada o afortunadamente se consideró como el genio–loco.

Irving Stone describe a un Vincent Van Gogh como un ser humano sensible y con un gran talento para transmitir por medio del la pintura el mundo que le rodeaba. Era un gran observador y tenía un profundo amor por la naturaleza y decía que su obra maestra seria cuando se pudiese acercar en su pintura lo más posible a esta.

También lo señala como un hombre religioso y creyente y con una gran calidad humana, haciendo referencia cuando Vincent vivió con los mineros ya que pudiendo vivir mejor que ellos, decidió vivir como uno de ellos y está entrega plena y total a los mineros de Borinage no fue más que un intento fallido de integrarse en la sociedad a través de la religión.

A pesar de ser un genio en la pintura, nunca logro ser reconocido y como muchos de los grandes, murió en la pobreza. En sus pinturas, según los estudiosos en la materia, Van Gogh refleja pasión, soledad y depresión, aún cuando sus cuadros están llenos de una explosión de color y detalle. Sin embargo su vida fue muy penetrante pues es muy conocida la anécdota de su oreja, la que corto para dársela a una prostituta de la que creyó estar enamorado. Su final también es conocido por muchos pues decidió quitarse la vida, algunas de sus pinturas muestran el cuarto en el que se encontraba, un hombre solitario pero también gustaba de observar a las personas y vivir agudamente.

Sin lugar a dudas algo lo atormentaba, pero no perdió el sentido de su vida, pintar era su pasión y vivir era la otra, fue un hombre enamorado de la vida y de la pintura y a pesar de su corta existencia sus obras hoy valen millones, pinturas llenas de color, euforia, soledad, confusión, son un retrato de su vida.

En éste libro el autor menciona que fue amigo de grandes pintores, como Gaugin, con quien tenía una gran rivalidad. Desde su soledad Vincent idealiza el amor, el amor que profesa por Eugéne Loyer podría ser considerado, desde el punto de vista romántico, como un amor melancólico, ya que su fracaso no lo cuenta a nadie, ni siquiera a su hermano, a pesar del dolor profundo que le causara y que le produjo una transformación radical en su vida y en su comportamiento.

En cambio, el amor por Kee podría catalogarse de amor-pasión, el amor del todo o nada, por el que no le importa saltar sobre todas las barreras sociales como su parentesco, su reciente viudez y su rechazo.

Sien, la prostituta embarazada y con una hija, su tercer amor, sería la heroína maltratada por la vida a quien él recogería, compartiendo con ella su pobreza, y causando un escándalo social. Tampoco le importa en este caso romper con todas las convenciones sociales y enfrentarse, en su defensa, a Mauve, Tersteeg, su padre y hasta con su hermano Theo, aún con el riesgo de perder la ayuda económica que éste le aportaba y que le era tan necesaria.

Siendo un hombre con una sensibilidad enorme, llega a sentir que el amor y la muerte son dos conceptos que marchan muy unidos. Sus intentos de formar una familia y educar unos hijos vuelven a ser fallidas tentativas de integración a través del amor. Su intensa dedicación a la pintura es el más largo y doloroso esfuerzo de integración a la sociedad a través del trabajo y del arte.

Van Gogh fue un hombre perturbado de la sociedad, sociedad a la que deseo integrarse pero que al mismo tiempo le rehuyó. Su incapacidad de convivencia con otras personas fue notoria, como demuestran los enfrentamientos con sus padres, sus hermanas, Theo, Gauguin, Mauve..., al mismo tiempo que su capacidad de comunicación escrita fue muy fluida, lo que le condujo a una relación por cartas frecuente, aunque distante, de las personas queridas, insuficiente para llenar la necesidad de calor y de contacto humano de todo individuo. Van Gogh no era un solitario que se resignó a su soledad, sino un ser que luchó con todo empeño por salvar las diferencias y se esforzó una y otra vez por construir puentes sobre el abismo existente entre él y la sociedad, una sociedad que rendirá cuentas de su muerte prematura.

El abismo entre Van Gogh y la sociedad, agravado en sus últimos años por su enfermedad, fue cada vez más profundo, pero aún así, mantuvo un hilo de esperanza de integración a través de la correspondencia con sus amigos y, sobretodo, con su hermano. Cuando la relación fraternal se resintió, el ser luchador, cansado de tanta lucha inútil, buscó la liberación en la muerte. Y, al final, fue la muerte el puente definitivo que le abrió las puertas de la sociedad, una sociedad que se sintió y se siente orgullosa del artista, y que le inmortaliza situándole como un ídolo en la cima del arte.

Van Gogh podría pasar por un romántico perfecto, porque es pasión lo que pone en su vida sentimental y es pasión lo que se desborda en su vida artística.

Van Gogh, asqueado de las envidias y mezquindades de los artistas de París, buscó en Arlés, su "Japón", su integración con la naturaleza pura y sencilla, y en la Casa Amarilla, un lugar donde unos artistas utópicos, filántropos, generosos y nobles, intercambien sus experiencias, se ayuden unos a otros, incluso económicamente. Y para ello, él, de carácter introvertido, pero fuerte y terco, eligió como líder de esa comunidad a alguien tan polémico y poco generoso como Paul Gauguin.

También es fácil encontrar en Van Gogh la actitud rebelde del romántico. Es conocido su enfrentamiento a las normas del arte oficial, así como su rebeldía frente a la jerarquía eclesiástica.

El enfrentamiento con su padre puede encuadrarse dentro de una lucha generacional entre la formación tradicional de su padre, más estricta aún por tratarse de un pastor protestante dentro de una localidad católica, y el liberalismo a ultranza del artista.

Tampoco hay que olvidar que el romanticismo fue un movimiento juvenil, la primera insurrección juvenil de Europa, con rasgos comunes con la cultura hippie que surgiría muchos años después, y que afectó, entre otras cosas a la indumentaria. No es de extrañar, pues, que la manera de vestir de Van Gogh llamase la atención de la gente.

Su comportamiento romántico afecta más a su forma de ser y de relacionarse con los demás que a su obra pictórica, ahora bien no parece lógico pensar que

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