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Enviado por   •  9 de Enero de 2014  •  1.691 Palabras (7 Páginas)  •  275 Visitas

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“MK Ultra: La batalla científica para controlar nuestras mentes”

Enviado por Raúl Allain

El lema del programa más perverso de control mental reza: “¿podemos tomar el control de la mente de un individuo y dominar su voluntad?”

Tras la droga, se investigó con la electrónica, las telecomunicaciones y el injerto de un chip.

Violaciones y satanismo son algunas de las vertientes de MK Ultra.

Foto izquierda: Henry Kissinger fue uno de los ideólogos del proyecto Mind Kontrol Ultra (MK Ultra).

A finales del siglo XIX nacen las ciencias de la psicología y la psiquiatría y los medios de comunicación de masas. Las investigaciones en ambas disciplinas irían en paralelo y profundizarían mucho antes de que la radio y la televisión se popularizaran, por un lado, y las terapias psicológicas estuvieran al alcance de todo el mundo, por otro. Nuestro cerebro y los medios de comunicación (radio, TV, teléfono) tienen algo en común: todos funcionan por ondas.

Las investigaciones secretas iniciadas a finales del siglo XIX por los primeros psicólogos y psiquiatras han llegado hace tiempo a conclusiones que desasosegarán a muchos: enfermedades como la esquizofrenia o la paranoia tienen una longitud de onda en hertzios. Es decir, que se pueden programar mediante ondas. Por el otro lado, la curación de nuestros órganos a través de la vibración se conoce como medicina cuántica y se basa en que somos un organismo electromagnético.

Como en muchas otras cosas, los científicos alemanes destacaron en estos campos. Está documentado que gran parte de los experimentos realizados por los científicos nazis tenían por objetivo doblegar la voluntad del individuo… o de una colectividad. No es por casualidad que el régimen nazi fuera el primero en utilizar la radio y el cine como medio de propaganda, es decir, de adoctrinamiento de las masas. Más sorprenderá conocer que el propio Adolf Hitler, miembro de la sociedad de Thule, realizó cursos de formación en Inglaterra sobre técnicas de oratoria en el Instituto Tavistock de Relaciones Sociales. Estas técnicas, hoy usadas por todos los partidos políticos, fueron la base de su éxito.

Nada más terminar la Segunda Guerra Mundial se produjo una feroz lucha entre la URSS y EEUU para fichar a los mejores científicos nazis, los mismos que habían cometido estas barbaridades (y otros, en el campo aeroespacial). Uno de los ojeadores se llamaba Henry Kissinger, y fue uno de los ideólogos del Proyecto Mind Kontrol Ultra (MK Ultra). Su meta, como apareció en un documento del programa MK Ultra, de 1952, suena todavía hoy a ciencia ficción: “podemos tomar control de un individuo, al punto donde éste hará nuestra voluntad, contra la suya propia, y aún contra las propias leyes fundamentales de la naturaleza y la autoconservación”.

De acuerdo a datos oficiales, el Proyecto MK Ultra se extendió entre los años 1952 a 1965, con un presupuesto de mil quinientos millones de pesetas, e involucró a 185 sabios que en estricto secreto llevaron a cabo 149 investigaciones diferentes en 44 universidades e institutos, 15 fundaciones y laboratorios, 12 hospitales y tres penitenciarías. Sacados a la luz en los años setenta en el curso de una investigación del Congreso de los Estados Unidos, la mayor parte de los documentos que prueban la existencia de este programa fueron destruidos por Richard Helms, ex jefe de la CIA, cuando abandonó el cargo, en 1973. Aún así, algunos pudieron ser rescatados por la Comisión presidida por Richard Church. En Internet se pueden encontrar los originales que no fueron destruidos: la comisión Church constató que los voluntarios no habían dado su pleno consentimiento para participar en esos ensayos, aunque exculpó a la CIA de haberlos llevado a cabo. A consecuencia de ello, el presidente Gerald Ford llegó a prohibir expresamente la experimentación con drogas sin el consentimiento expreso del paciente.

Oficialmente, la comisión Church de 1974 acabó con estas prácticas pero todavía en los años noventa, Bill Clinton pidió perdón por su existencia: “miles de experimentos se llevaron a cabo en hospitales, universidades y bases militares en toda nuestra nación, inmorales, no solo para nuestros días sino para los estándares de cuando fueron realizados”. Sin embargo, estos experimentos han continuado con el proyecto DARPA, Defense Advanced Research Projects Agency (Agencia de investigación de proyectos avanzados de defensa). Sus instalaciones están a unos pocos centenares de metros de la Universidad de Virginia donde el coreano Cho mató a decenas de compañeros en 2006 sin motivo alguno. Para muchos, Cho fue un asesino teledirigido.

La experimentación con los medios de comunicación como arma de manipulación de las masas ha ido intrínsecamente unida a las de la psicología. Tanto es así que el Padre de la Manipulación mediática, el creador del término Relaciones Públicas, fue el sobrino de Sigmund Freud, Eduard Bernays. Conociendo sus escritos cuando todavía no se habían publicado en Estados Unidos (él mismo los publicaría) comenzó a asesorar a políticos y empresas en la manipulación de la Opinión Pública. Fue así como ayudó al presidente Woodrow Wilson a convencer a los norteamericanos de que debían entrar en la Primera Guerra Mundial en contra de los alemanes creando noticias falsas de la misma manera que un siglo después se

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