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Como Realizar Un Ensayo


Enviado por   •  21 de Abril de 2013  •  1.996 Palabras (8 Páginas)  •  290 Visitas

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Introducción

Como lo dice su nombre, un ensayo es una tentativa, un intento o, si quieres decirlo así, un experimento que se lleva a cabo con conceptos y razones. Se realiza este experimento porque se quiere abordar un problema para el cual no se cuenta con una solución inmediata y que, por lo tanto, suscita o puede suscitar una controversia. En este sentido, un ensayo puede tener diversas finalidades: resolver el problema, proponer alternativas de solución (cuando aquellas admite) o mostrar que ninguna de ellas es concluyente, precisar la formulación del problema y su tratamiento (cuando adviertes que el problema no está claramente planteado), discutir los puntos de vista que se han planteado a su respecto, o mostrar que es un falso problema (cuando sospechas que lo que lo motiva no es más que una confusión mental).

En un ensayo se suele expresar una perspectiva personal acerca del problema, aunque no como una simple opinión privada, sino con la intención de persuadir a otros de lo que uno piensa y dice. Por eso, es importante tener buenas ideas y buenas razones, y lograr también una buena manera de exponerlas.

En los siguientes puntos te ofrecemos algunas sugerencias que puedan ayudarte en la elaboración de un ensayo, teniendo como base lo que hemos señalado en los dos párrafos anteriores

Primeros pasos

Para escribir un ensayo es importante tener antes algunas cosas claras. Pero no esperes que todo esté claro para ponerte a escribir. Usualmente el ejercicio mismo de la escritura resulta ser notablemente iluminador, y por eso no conviene diferirlo demasiado. De hecho, es bueno que estos "primeros pasos" de que te vamos a hablar ahora los materialices a través de notas, apuntes preparatorios y recopilación de material que creas que te pueda servir.

El planteamiento de un problema se concreta siempre en la formulación de una pregunta. Identificar la pregunta y determinar de qué tipo de pregunta se trata es esencial para saber si el problema está bien planteado y qué tipo de respuesta se espera.

Lo primero es fijarse en el tipo de la pregunta. En ello te ayudan los pronombres y los giros interrogativos:

Así, cuando te preguntan ¿qué es tal cosa? te están pidiendo un conjunto de señales identificadoras de esa cosa, que podrán ser incorporadas ordenadamente en una definición, una descripción, un relato de la generación de la cosa, etc. Cuando te preguntan ¿cómo se hace tal cosa? (trátese de fabricación, acción, conocimiento, comprensión, etc.) te están pidiendo un conjunto de instrucciones para alcanzar el objetivo. Cuando te preguntan ¿por qué esto es (u ocurre) así? te están pidiendo que enuncien las causas o motivos del fenómeno al que se refiere la pregunta. Cuando te preguntan ¿para qué...? te están pidiendo que enuncien los fines o los móviles del fenómeno. Te pueden preguntar también por existencia ¿existe...?, ¿hay...?, etc.), por origen (¿a partir de qué...?, etc.), por posibilidad o capacidad lógica, física o biológica (¿es posible...?, ¿se puede...?, ¿algo tiene la capacidad de...?, etc.), por necesidad lógica, física o biológica (¿es necesario...?), por obligación o por legitimidad moral o jurídica (¿se debe...?, ¿hay que...?, ¿es lícito...?, etc.), por validez (¿es válido...?), por sentido (¿qué sentido tiene...?, ¿en qué sentido uno puede decir...?, ¿cómo se puede entender o pensar...?, etc.). Por cierto, hay varias otras formas posibles de pregunta; éstas te pueden servir como orientación.

Lo segundo es reconocer el tema. Observarás que estamos haciendo una distinción entre tema y problema. El tema es aquello de lo que trata la pregunta, su asunto. El problema es el conflicto de opiniones que se plantea acerca de ese tema. Así, por ejemplo, un tema puede ser la libertad del ser humano, y un problema relativo a él, la pregunta sobre si puede considerarse al ser humano libre en la definición de su conducta, o si ésta está determinada por factores ajenos a la propia voluntad.

Lo tercero es identificar o formular el problema. Sobre un mismo tema suele haber diversos puntos de vista. Discriminar cuáles son esos puntos de vista, ponerlos en relación y en tensión unos con otros, descubrir en qué se oponen o contradicen, es la estrategia para plantear un problema. Éste será el corazón de tu ensayo. Cuando se trate de formular un problema, preocúpate de que éste sea relevante.

Lo cuarto es cerciorarte de que has entendido o formulado bien los términos en que está expresado el tema y formulado el problema. Sírvete para ello de diversos instrumentos: elabora listas de términos afines, discierne sus significaciones, clasifícalos, identifica sus opuestos, consulta diccionarios (generales o especializados), revisa formulaciones con las cuales puedas relacionar la que presidirá tu examen, encuentra o imagina ejemplos del tema planteado, etc. Pero no olvides que ninguno de estos recursos podrá reemplazar tu ejercicio reflexivo, que es precisamente la sustancia de tu ensayo. En todo caso, la claridad de los términos es decisiva para asegurar la coherencia y pertinencia de lo que propongas en tu ensayo.

Elaboración de un plan

El plan del ensayo tiene por objetivo darle una estructura y una secuencia a tus ideas y al proceso reflexivo que desarrollarás en torno al problema.

Obviamente hay muchos planes posibles. No hay un solo tipo de plan adecuado a todos los problemas que puedas plantearte, pero sí existen algunos requisitos que, en general, deben satisfacer todos los planes: la claridad y la precisión conceptual y lingüística, la coherencia argumental, la pertinencia de los ejemplos y de los contraejemplos. Un consejo fundamental que debes tratar de seguir siempre es: una idea por párrafo, un párrafo por idea.

¿Cómo vas a proceder?

Una buena recomendación es que comiences por elaborar un índice para tu ensayo. Distribuye en ese índice las partes estructurales. Lo habitual es que un ensayo considere una introducción (en la cual se plantea el problema, así como su importancia o su interés, y se anticipa resumidamente el punto de vista que adoptarás para su examen), un desarrollo (donde se examina el problema y se expone el modo de su tratamiento que tú consideras verdadero, válido o eficaz, planteando los pro y los contra) y una conclusión (en que se establece lo que tú estimas es la posición correcta que debe asumirse con respecto al asunto examinado). Como el desarrollo es la parte central,

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