Cumbres Barrascosas, Ensayo

Todo comienza con la llegada del Sr. Lookwood, nuestro narrador inicial, quien revive en carne la historia de toda una generación que vieron las paredes de Cumbres Borrascosas a través de unos libros que encuentra en una habitación de dicha mansión, invitado por el Sr. Heathcliff una noche de tormenta. Cuando el padre de la familia Earnshaw trae de un viaje de negocios a un niño abandonado, apodado Heathcliff, empieza la travesía de este trágico trío amoroso. El niño creciendo en las laderas de Yorkshire junto con la descendiente de los Earnshaw, la pequeña Catalina, será pieza clave en el derrumbe de lo establecido.

En la actualidad, el recuerdo, el fantasma de Catalina se muestra al Sr. Lookwood y Heathcliff con lágrimas de dolor grita su nombre al viento y ruega a Dios por su muerte. El interés despierta en el nuevo visitante y pide con ahinco a su ama de llaves, la Sra. Dean, que relate para él la historia. La perspectiva cambia, nuestro narrador es testigo presencial del amor. En el pasado, la amistad de los dos pequeños se intensifica y el odio crece en el corazón de Hindley, hermano de la pequeña, ya que su padre lo olvidó por el nuevo integrante de la mansión. En medio de la diversión y la curiosidad de sus travesuras, Catalina es atacada por los caninos de la Granja de los Tordos, una casa alquilada parte del terreno de Cumbres Borrascosas, lo cual hará que Catalina se quede en dicho recinto por varias semanas, el primer colapso. El tiempo lejos de las “travesuras y maldades” junto a Heathcliff la convierten en toda una señorita de mirada alta y al volver, escondido tras una chimenea el joven escucha un fragmento equivocado e incompleto de la conversación que ella sostenía con la Señora Dean y se hace creer así mismo que ella no lo ama porque no es digno de ella y que jamás será suya por lo que huye lejos estructurando su venganza, avivando la segunda llama que desencadena el desastre.

Siguiendo la misma linea de eventos erróneos, Catalina es desposada por el hijo de los Linton, el nuevo París, Edgard, el hombre ideal pero no amado y Heathcliff, al volver lleno de riquezas de sus años perdido, se casa con Isabel, la hermana de Edgard, sólo para tomar represalia, ella será la que concebirá su hijo, Linton, a quien Heathcliff no aprecia. Catalina, también Catherine en versiones inglesas, sufre tanto debido a indecisiones de su corazón entre su marido y su verdadero amor, que cae enferma hasta el punto en que la muerte viene a por ella, luego de caer en una locura irreparable, tiempo después de haber dado a luz.

“Si hay espíritus que andan errantes por el mundo, ¡Qúedate siempre conmigo, toma cualquier forma, vuélveme loco! Pero, ¡por favor!, no me dejes en este abismo donde no puedo hallarte. ¡Oh Dios mio! ¡Cómo decírtelo! ¡No puedo vivir sin mi vida! ¡No, yo no puedo vivir sin mi alma!”

La generación

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