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El almohadon de plumas


Enviado por   •  24 de Agosto de 2015  •  Apuntes  •  668 Palabras (3 Páginas)  •  199 Visitas

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La primera vez que ella pensó haber escuchado una extraña voz que le instigaba contra quien era ya su esposo, tan reciente así, que el solo hecho de mencionar la palabra “marido” le era difícil.

Pensó que era un sueño, uno malo de esos que al día siguiente permanecen inquietantes.

Por desgracia, la idea le inquietaba tanto que despertaba demasiado sus sentidos, acentuando la tibieza de su Jordan, pero ella se esforzaba por minimizar ese aspecto, suponiendo como todas las recién casadas que pronto cambiará y es su deber despertar el ímpetu de Jordan. Ya por la tarde esas ideas casi se desvanecían.     

Llegando a casa a iniciar su nueva vida, había olvidado la inquietante vocecilla y orgullosa despedía a Jordan cuando salía a trabajar. Se esmeraba en prepararle una gran cena, con los platillos que a él más le gustaban, un candelabro de plata que levantaba con orgullo tres delgadas velas nacaradas que ofrecían la atmósfera perfecta, esa que tantas noches había soñado. Luego de prisa iba a su alcoba emocionada a arreglarse, deseaba que Jordan la encontrara deslumbrante… acicalaba largo tiempo su cabello, incrementando el brillo dorado que aminoraba un poco su personalidad tímida y sin darse cuenta parecía darle vida a una casa desabrida, tan blanca y fría como el carácter, la piel y el ánimo de Jordan.

Cuando él llegaba, distraído revolvía la comida que ella con esmero había preparado, aprisa sin dar tiempo al paladar de saborear los guisos que con tanto afán había preparado, sin apreciar, ni agradecer se levantaba de la mesa y la dejaba ahí, como si nunca hubiera estado. Malgastadas las sonrisas más radiantes, desperdiciadas como si las hubieran arrojado al retrete. Alicia se quedaba sola frente a un montón de platos sucios, ya nada parecía ser capaz de despertar el brillo que a ella tantas veces le había cautivado; no eran suficientes los encajes finos de su pijama, ni el perfume, ni siquiera el resplandor dorado que centelleaba en su cabello… cuando llegaba a su cuarto Jordan estaba ya dormido, dando la espalda al espacio que ella ocupaba; solo un suspiro atinaba a desprender, antes de cerrar sus ojos y evadir esa agonía. Cuando aquella voz que escucho hace tres meses, volvió más fuerte y altanera, parecía reclamar su timidez. Ella dormida, fruncía un poco el ceño, mientras su piel perdía un poco su rubor, aunque sentía que no debía escucharla, algo le sugería que la voz decía la verdad… ¡Abandona ya esta existencia Alicia!, no tiene sentido seguir existiendo, esto no es vida, no para ti y mucho menos para mí. Dos ligeros pinchazos sacudían el cráneo de Alicia, pudo despertar, pero prefirió seguir durmiendo; así fue cada noche durante los siguientes cinco días y cada vez su piel era más blanca.

No te llevo para causarte una desgracia, quiero que vengas porque yo realmente te quiero, le decía esa voz que cada día era más clara y más tibia, como la que arroja un recuerdo hermoso, la que tiene vida, la que se origina de un corazón. Cuando decidas alejarte de esa desdicha, abandonaré un ser horrible, que cause asco, tan viscoso y repugnante que aleje las sospechas, lo depositaré entra las plumas blancas de tu almohada… Así todos pensarán que fue un parásito, un monstruo horrible quien te quitó la vida…

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