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JUVENTUD EN EXTASIS / CARLOS CAUTHEMOC


Enviado por   •  26 de Junio de 2013  •  Informes  •  2.699 Palabras (11 Páginas)  •  490 Visitas

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JUVENTUD EN EXTASIS / CARLOS CAUTHEMOC

—Si deseas entender a las chicas debes partir de lo básico: sus ciclos hormonales las hacen

subir y bajar cada mes por pendientes de diferentes estados de ánimo. Su mecanismo físico

es muy diferente al de los varones. Sienten deseo carnal pero mezclado con emociones. Para

tener un orgasmo necesitan sentirse amadas. comprendidas, valoradas; pensar que lo que

hacen está bien, que no corren peligro alguno, que no están siendo obligadas, que su

compañero de cama es agradable y considerado, que nadie les reprochará su entrega si son

descubiertas, etcétera. Son condiciones psicológicas imprescindibles y casi imposibles de

lograr por adolescentes aventureras. Así que, después de experimentar con el sexo,

comúnmente la autoestima de la joven soltera disminuye, sus valores se van al suelo, su

reputación ante los demás muchachos se echa a perder y cuando todo termina se siente

usada y denigrada.

—En una relación íntima interviene tanto el cuerpo como la mente, pero hay enormes diferencias entre uno y otro sexo. El varón es más práctico, más objetivo, y su orgasmo

tiene origen preponderantemente FÍSICO; puede sentir el mismo placer haciendo el amor

con una jovencita, con una mujer madura, con una amiga, con una desconocida,

manoseándose mientras hojea sus revistas; la única diferencia entre uno y otro evento

estribará en que algunos le producirán mayor excitación, pero al momento de llegar al

climax se convulsionará de igual forma en todos los casos. En cambio, la mujer es más

idealista y sentimental. Su orgasmo tiene origen fundamentalmente PSICOLÓGICO, asi

que accede a las seducciones del hombre no por el placer FÍSICO que ello le reportará sino

por cuestiones MENTALES: enamoramiento, deseo de ser aceptada, vanidad... ¡ qué sé yo!

A ellas les gusta sentirse admiradas, amadas, deseadas; les agrada que perdamos los estribos

por su causa, que las conquistemos y les demostremos cuánto estamos dispuestos a hacer

por poseerlas. Ésa es su retribución. Como ves, también satisfacen un deseo. El placer

femenino está conectado directamente a su psique...

—Y tú, ¿lograste acostarte con Jessica? —me preguntó Alfredo mientras descorchaba la

botella—. Todo el mundo se pregunta si habrás vencido a la puritana.

—Sí... —confesé titubeante—, fue una experiencia muy triste. Puso demasiadas

condiciones, pero cuando aceptó, trató de hacerme sentir responsable de su futuro. Me da un

poco de pena pues creo que en verdad me amaba. ¿Saben lo que me dijo después de

entregarse? Que a todas las muchachas se las presiona intensamen te para que tengan sexo;

que si tratan de ser decentes sus compañeras se burlan y los muchachos las ignoran; que por

eso la mayoría, al sentir ese rechazo, acceden a la vida sensual tan apreciada en el medio

juvenil. Sentí lástima por ella y decidí dejarla. Las mujeres no se dan cuenta de que a esta

edad los jóvenes no buscamos relaciones fijas; buscamos placer, diversión, aprendizaje; y

que cuando sentemos cabeza pensando en una relación formal desecharemos de inmediato a

todas aquéllas con las que nos divertimos para buscar a esa muchacha seria, ignorada en el

ayer, que supo darse a respetar.

—Lo que acabas de decir es muy cierto —comentó José Luis—. Una cosa es tener novia

para divertirte y otra muy diferente es elegir a la madre de tus hijos... Para esto último

siempre querrás a una joven diferente, difícil de conseguir, no como la piedra pateada por

decenas de hombres, sino como el diamante intacto que sólo a ti te fue posible alcanzar.

—¡Eso es definitivo! —contribuyó Alfredo con vehemente entusiasmo—, pero no se lo

digas nunca a una mujer o a un moralista porque te tildarán de "macho". ¡Obviamente si se

desea aprender a manejar son preferibles los carros usados... pero cuando se trata de escoger

el automóvil fijo, para toda la vida, hasta el más idiota preferiría uno nuevo...!

—Aunque hay algunos usados muy bonitos...

Volvimos a reír estrepitosamente. Moví la cabeza alegre pero descontento. Lo que comenzó

como una pregunta de consulta se había convertido en una polémica en la que todos éramos

expertos. —El sexo es algo muy emocionante —dijo José Luis mientras se servía más licor—. Lo

malo es que no es gratis, siempre hay que pagar por él: a veces con dinero y a veces con

halagos o palabras cariñosas.

—Pagar por él... —repitió Alfredo reflexionando muy seriamente—. Qué enorme verdad.

¡Ahora lo entiendo! Las prostitutas son groseras, desconsideradas y cobran en efectivo; en

cambio una compañera de la escuela se arregla con sus mejores ropas, se lava, maquilla,

perfuma y se va a la cama contigo si a cambio le prometes entrega eterna y amor total. Ése

es el pago que debes hacer. Hay que ser muy rápido de mente para manejar bien el asunto

sin

...

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