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Jorge Luis Borges - Biografía.

RodVerosEnsayo30 de Marzo de 2016

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El Aleph

Jorge Luis Borges

[pic 1]

Rodrigo Riveros

IIIºA

Profesor Iván Molina


Jorge Luis Borges fue un escritor argentino muy particular, ya que, a pesar de ser un rostro muy reconocido del género literario, nunca escribió una novela, se caracterizaba principalmente por dedicarse a los cuentos. Debido a la sabiduría y cultura que poseía, los cuentos que él escribía contenían a la vez críticas, erudición, filosofía, filología y otras áreas que manejaba el escritor, por lo cual es sus obras solía mostrarnos un mundo confuso y misterioso, a veces lógico, a veces extremadamente ilógico, donde el límite entre lo real y lo irreal era muy delgado. No había cuento de Borges al que no se le pueda dar una interpretación, o que no se relacione con alguno de los muchos acontecimientos le ocurrieron durante su vida, ya sea en su faceta política, amorosa, literaria, familiar, etc. En 1949 publica el cuento El Aleph, siendo uno de los más reconocidos, inclusive ganó el Premio Nacional en 1957. En este relato Borges nos muestra la historia de un hombre (llamado Borges al igual que el autor) que todos los treinta de abril visita la casa de su difunta amada Beatriz Viterbo, y luego de una cierta cantidad de visitas, entabla una relación con su primo hermano Carlos Argentino Daneri, quien resulta ser un dedicado escritor (aunque para él era bastante ineficiente). Luego de una serie de sucesos Daneri decide mostrarle a Borges el Aleph, una especie de esfera que se encontraba en su sótano y la define como “el lugar donde están, sin confundirse, todos los puntos del orbe, visto desde todos los ángulos” [1]. Es asi como Borges nos hunde en un mundo completamente fantástico e irreal, o más bien, hiperreal, donde genera en el lector una sensación de incomprensión debido al intento que se hace en el relato para dar una explicación de lo que significa aquel elemento místico, que ni siquiera el personaje lo tiene muy claro.

La vida del escritor Borges influye mucho en la historia de El Aleph, sobre todo el lado amoroso, ya que esta obra está dedicada a su amada Estela Canto, con quien mantuvo una relación por cierto tiempo. Sin embargo, Estela tenía un pensamiento muy liberal respecto al sexo, muy por el contrario de Borges, situación que le costó el fin de la relación ya que en el momento en que el escritor le propuso matrimonio ella le respondió: “Lo haría con mucho gusto, Georgie, pero no olvides que soy una discípula de Bernard Shaw. No podemos casarnos si antes no nos acostamos.”[2] Es así como podemos ver una limitación la cual impedía a “Georgie” estar con la persona que amaba, al igual como se aprecia en la historia del Borges del El Aleph, donde la muerte (que para él era un obstáculo tan potente como su situación con Estela) le impedía estar con su querida Beatriz Viterbo, y luego padeció de una extensa melancolía que alimentaba visitando su casa una vez al año, y por el otro lado, nuestro Borges llegó el nivel de visitar a un psicoanalista para que le ayude a superar dicha barrera. De todos modos, en 1985 Estela subastó el manuscrito original de El Aleph que le había regalado Borges. Otros elementos de la vida de Jorge Luis se ven reflejados en el cuento, como el hecho de que, siempre usó un estilo muy diferente a los demás, escribía obras que sólo él entendía, pareciera como si estuviese abusando de su excesivo conocimiento. Por lo mismo, producto de la envidia o por su excéntrica manera de escribir, muchos sostienen que Borges no fue un escritor del todo y hay quienes revisan y revisan sus escritos para encontrarle defectos y fallas, y al parecer él se daba cuenta de ello… “Comprendí que el trabajo del poeta no estaba en la poesía; estaba en la invención de razones para que la poesía fuera admirable; naturalmente, ese ulterior trabajo modificaba la obra para él (Carlos Daneri), pero no para otros.” [3] En este fragmento de El Aleph uno podría deducir que Borges intenta enviar un mensaje a todos aquellos que critican sus métodos, o más que enviar un mensaje, exponer su visión respecto a la poesía (y por qué no suponer que habla también de sus cuentos). En la Comisión Nacional de Cultura de 1942 se premiaron en primer lugar al libro “Cancha larga” de Eduardo Acevedo Díaz (a quién se le hace referencia en El Aleph), segundo lugar a “Un lancero de Facundo” de César Carrizo y en tercer lugar “El patio de la noche” de Pablo Rojas Paz, mientras tanto, el libro de Borges “El Jardín de senderos que se bifurcan” obtuvo solo un voto. Esta misma situación le sucede al personaje Borges de El Aleph según la “Posdata del primero de marzo de 1943. A los seis meses de la demolición del inmueble de la calle Garay, la Editorial Procusto no se dejó arredrar por la longitud del considerable poema y lanzó al mercado una selección de "trozos argentinos". Huelga repetir lo ocurrido; Carlos Argentino Daneri recibió el Segundo Premio Nacional de Literatura. El primero fue otorgado al doctor Aita; el tercero, al doctor Mario Bonfanti; increíblemente, mi obra Los naipes del tahúr no logró un solo voto. ¡Una vez más, triunfaron la incomprensión y la envidia!”[4] Esta cita es clave, de partida no muestra la misma situación que le ocurrió al Borges real, haciendo referencia también a la incomprensión de sus complejas obras y a la envidia que sienten los demás escritores, de esta manera nos comprueba que el nombre del personaje (y el amor por Beatriz) no es la única característica en común con el Borges verdadero, por lo que el autor efectivamente trataba de retratarse en el protagonista del relato. El fragmento también nos muestra dos nombres: doctor Aita y Mario Bonfotti, ¿Quiénes son? Estos nombres corresponden a personajes ficticios creados por el mismo Borges y su colega Bioy Casares, bajo los seudónimos de H. Bustos Domecq y B. Suárez Lynch, utilizados en uno que otro cuento publicado por los argentinos. Varios otros personajes terciarios de El Aleph poseen nombres de cercanos a Borges, como Álvaro Melián Lafinur el cual es primo del escritor y en el relato corresponde a un famoso literario al que Carlos Daneri desea pedirle que prologara su obra “La Tierra”; Pedro Henríquez Ureña, gran amigo de Borges que en el cuento descubre un manuscrito del capitán Burton (personaje histórico que escribió sobre objetos que reflejan el universo tal como el aleph lo hace); Delia San Marco Porcel hace referencia a Diana Ingenieros, amiga y pretendiente de Borges, aparece irónicamente junto a Beatriz en una foto; Villegas Haedo, mezcla entre un amigo y un seudónimo que usó una vez (nombre y apellido respectivamente), también aparece en una foto con Beatriz. Otro hecho importante en la vida de Borges es cuando se vió obligado a ingresar mundo laboral luego de la muerte de su padre, representando esto en Carlos Argentino Daneri, quién además de ser escritor, trabaja en una biblioteca al sur de la ciudad al igual como lo hizo Jorge. Así es como se pueden ver reflejados en El Aleph muchos momentos y personas que estuvieron presentes en la vida del autor de este cuento, y de seguro que hay muchos otros elementos que no se han descubierto aún.

Otros factores que se ven involucrados por un autor a la hora de escribir su obra es la ideología que envuelve a la persona, ¿Por qué no se habla de Dios en una historia que relata sobre la muerte y el universo, siendo temas recurrentes a la figura omnipotente? Claramente podemos percibir el agnosticismo de Borges en este relato, en ningún momento recurre al nombre de Dios para explicar la muerte de Beatriz o la naturaleza del aleph, siendo un tema en el que un dios encaja perfectamente..

El estilo que ocupaba el argentino para escribir sus cuentos solían ser muy similares entre sí, uno de los temas más frecuentes era la aplicación de metafísica, es decir, situaciones que el ser humano es incapaz de percibir o de entender, como viajes en el tiempo, realidades paralelas, quinta dimensión, etc. Pasearse entre la realidad y la irrealidad era algo que a Borges hacía frecuentemente, con el fin de causar cierta turbación en el lector y que este se vea obligado a recurrir a herramientas externas a la lectura para entender sus historias, ya sea a través de un exhaustivo análisis o mediante una investigación de elementos que puedan influir en la obra. A este género se le conoce como hiperrealismo, mezclado en este caso con la metafísica literaria. “toda […] resurrección exacta de lo real [...] deja de ser real, y se vuelve hiperreal. Por lo tanto nunca posee un valor de reproducción (de la verdad), sino que de simulación. No de una verdad exacta, sino más bien de una verdad desbordada, es decir, que se encuentra del otro lado de la verdad”[5]. En el Aleph se nos presenta explícitamente una fantasía metafísica, luego de que el personaje Borges descubriera un objeto que manifiesta al universo entero, rompiendo con toda la lógica del mundo real y poniendo al ser humano en una situación que va más allá del límite de sus capacidades. Los poemas y relatos del argentino normalmente representaban al ultraísmo, a pesar de que el autor supuestamente había dejado esta corriente de lado, claramente se aprecian ciertas características en la historia por las que podemos suponer su utilización. Partiendo por el hecho de que Borges es el protagonista, podemos resaltar todo el egocentrismo y predominación del “yo” en las obras de dicha corriente, a partir de lo analizado en párrafos anteriores, vale decir que  la obra está compuesta por una serie de elementos que giran en torno a la vida o a gustos personales del autor trasandino, aparte que como algunos dice, Borges escribe la mayoría de sus cuentos bajo su manera de ver el mundo y en base a sus conocimientos, no es de extrañarse que él sea el único que entienda del todo sus creaciones, ya sean cuentos o ya sean poemas. No está demás nombrar otros fundamentos que sirven para respaldar el ultraísmo en El Aleph, como el abundante uso de metáforas, las cuales la gran mayoría (o más bien las más importantes) hacen alusión a distintas obras literarias en las que Borges se basó para escribir El Aleph, o al menos asi lo piensan los que han estudiado este misterioso cuento. Sin embargo, aquí se presenta una interesante paradoja, ya que cuando Carlos Argentino Daneri le muestra sus poemas a Borges (que indudablemente son ultraístas), el personaje expresa su rechazo hacia los versos de este, realizando incluso una dura crítica a Daneri por su manera de escribir y pensar, a través de comentarios como: Nada memorable había en ellas  (versos de Daneri); ni siquiera las juzgué mucho peores que la anterior.”[6], Tan ineptas me parecieron esas ideas (de Daneri)[7] o “Su actividad mental es continua, apasionada, versátil y del todo insignificante. Abunda en inservibles analogías y en ociosos escrúpulos.[8]”. Con lo anterior podemos concluir que efectivamente Borges vuelve a hacer referencia a temas personales, ya que si bien el partió siendo un fanático del ultraísmo, terminó despreciando dicha corriente, publicando incluso motivos por los cuales ya no le interesaba. Es así como Jorge Luis escribe El Aleph con ciertos rasgos ultraístas (con intención de hacerlo o no, nadie sabe) y en el mismo relato, mediante el diálogo entre personajes, realiza una constante crítica desdeñando aquella corriente de la cual fue un gran seguidor alguna vez.

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