Bollywood

Un vistazo al cine Bollywoodense

La denominación de Bollywood proviene de un juego de palabras entre Bombay (el antiguo nombre de la ciudad Mumbay, en la India) y Hollywood, el centro de la industria cinematográfica de los Estados Unidos.

Una de las razones por las que el cine indio es tan popular es porque sus productores saben manejar códigos comunes a todas las sociedades en vías de desarrollo: historias de emprendedores que migran y triunfan en la gran ciudad, amores imposibles, sacrificios, corrupción, secuestros y aprecio por valores tradicionales como la familia o la amistad. Todo ello en una escenografía llena de mercados, mototaxis y celebraciones callejeras. La estructura es por lo general un melodrama lleno de danzas, musicales y cambios de suerte con historias que se unen a otras historias. El cine de la India tiene muchos espectadores debido a que esas historias son más cercanas a su realidad que aquellas sofisticadas e influenciadas por el psicoanálisis, como las que producen los países desarrollados. Es eso lo que, junto con su enorme mercado interno (más de mil millones de habitantes), le ha permitido a la India construir una poderosa industria y conquistar audiencias en todos los rincones del planeta.

La India es el país que más películas produce al año con un promedio de 1000 películas, dejando atrás por mucho a EUA con 800 y a Nigeria en tercero con 600. ¿Por qué sucede esto?, el hecho de que Bollywood tenga tanto éxito es porque a diferencia de muchos países, las entradas a los cines son muy baratas, por lo que cualquier persona puede darse este lujo. Desafortunadamente como con la gran mayoría del cine internacional en lenguas poco comunes muchas de estas películas no se presentan en las salas de cine de fuera de su país, debido, uno, al costo de ir al cine, por lo que honestamente preferimos pagar por esa película de moda; y dos porque precisamente el idioma resulta (para algunos) molesto o no quieren leer los subtítulos.

Dejando de lado el hecho del costo o el idioma, sin duda el cine Bollywoodense es uno de los más llamativos. Los escenarios y el lado cultural son solo un parte. Te atrapan esos números de baile con cientos de bailarines perfectamente sincronizados acompañados de coloridos vestuarios típicos que sin duda son un deleite para los sentidos. Otro punto a su favor es la estructura de la mayoría de sus cintas, pues los temas que aborda y la trama general se ajusta lo suficiente a la genérica comedia romántica como para que cualquiera de nosotros pueda asimilarla y ciertamente disfrutarla a pesar de tener poco o nulo conocimiento sobre la cultura hindú.

Siguiendo el ejemplo de Hollywood, que tradicionalmente ha sabido combinar producciones superficiales de puro entretenimiento con películas que han puesto en agenda asuntos tan importantes como la pena de muerte o los derechos civiles, las nuevas generaciones de cineastas indios están realizando una serie de filmes que tocan temas tan progresistas para su sociedad como la eliminación de las barreras entre islamistas, cristianos e hindúes, el de muchachos ricos que se enamoran de muchachas pobres o el de personas de la casta más baja representados como héroes.

La mayor conquista de Bollywood, hasta el momento, ha sido encontrar en la pantalla una esperanza de paz para los enfrentamientos que, por cuestiones de religión y fronteras, han tenido Pakistán y la India por más de medio siglo. En el año 2004 el Gobierno de Pakistán, impotente ante la enorme popularidad de las películas y estrellas de cine indias, decidió levantar el veto a esas películas y restablecer algunos vínculos con el país vecino, lo que incluyó el transporte internacional en Cachemira (la región por la cual disputaban).

A PESAR DE LOS RECIENTES EPISODIOS DE VIOLENCIA, EL CASO DE LA INDIA ES UN BUEN EJEMPLO DE CÓMO UNA CINEMATOGRAFÍA, LUEGO DE CONSTRUIR UNA

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