Danton

Danton, filme francés estrenado en 1983, fue el título elegido por Andrzej Wajda – director de la película – para narrar unos acontecimientos acerca de un personaje muy interesante a la vez que controvertido de la Revolución Francesa, un período sin duda muy apasionante y agitado que acabó con la monarquía absoluta de Louis XVI.

Los hechos aparecen situados en la primavera de 1794 en un período convulso marcado principalmente por la confrontación de dos personajes clave para la Revolución Francesa, como son M. Robespierre y G. Danton. A pesar de existir – y observar por parte del espectador – esta confrontación, creo que es necesario remarcar que ambos protagonistas cooperaron anteriormente y algo que los caracteriza es un fuerte carácter, hecho que hace que colisionen por ejemplo en la parte de la cena.

Una escena llamativa que aparece al principio prácticamente, es la de un niño recitando de memoria la Declaración de los Derechos. Y casi simultáneamente (en ese período) también se observa como la gente se posiciona en filas a la espera de un trozo de pan (el hambre y la miseria llegan a París).

Desde mi punto de vista, el análisis que hago al visualizar estas secuencias son la buena imagen proyectada de Danton, considerado por ciertas facciones populares de París como el héroe del 10 de Agosto, y por el contrario, la imagen despótica (autoritaria) de Robespierre, el cual se encuentra únicamente obcecado con el poder político y salvaguardar el bien de la República, a cambio de juicios y guillotinazos despreciando la enorme fuerza que puede ejercer el pueblo.

El enfrentamiento ideológico, constante durante toda la película, sobre el camino de la revolución llevó a Danton a ser condenado (al ser considerado como enemigo de la República) y posteriormente decapitado (en la guillotina).

La idea central, desde mi punto de vista, es la latente oposición en la última etapa vital de Danton a la época de terror instaurada por los jacobinos (Robespierre), lo que hace de él un personaje atractivo para la industria cultural cinematográfica. Como dato, quería decir que la película, como ya he dicho, comienza con la Declaración de los Derechos, y significativamente, acaba con el mismo niño recitando de memoria lo previamente mencionado.

A nivel formal, creo que la película representa muy bien la situación socio-política mezclada con diálogos y monólogos que prácticamente nos recuerdan a obras teatrales haciendo de este combate de ajedrez una película muy recomendable para un público con ansias de conocer más acerca de este período fascinante.

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