“Moneyball: Rompiendo las Reglas”

“Moneyball: Rompiendo las Reglas”

En muchas ocasiones me he preguntado si las situaciones que suceden como ganar la lotería, aprobar un examen, ganar un juego de baseball, son consecuencia de la “suerte” o realmente existe una explicación científica para cada una de ellas, algunas personas optan por la famosa corazonada y después de correr el riesgo terminan perdiendo lo que apostasen.

La película “moneyball” ofrece varias respuestas a la cuestión pues en ella se demuestra que la “fortuna” pocas veces es realmente como tal, ya que podemos pronosticar con cálculos probabilísticos y estadísticos la posibilidad de obtener determinado resultado.

La estadística ofrece un panorama muy amplio en el que incluye las características de determinada tendencia ya que en ella se puede plasmar cualidades, posibilidades, deficiencias, etc., y con ello pronosticar parcialmente el futuro.

Y digo parcialmente el futuro pues si bien hay variables que se pueden prever, también hay variables en las que no tenemos un control absoluto como es el caso de la estabilidad emocional; tal es el caso de Scott Hatteberg, primera base de los A's, que a pesar de ser un jugador de excelentes capacidades denominado como el jugador más completo y con mejor pronóstico  termina sin demostrar sus habilidades en el campo a causa de su inseguridad.

Es por todo ello que aún con un cálculo bastante específico como el de las estadísticas aún existe la posibilidad de que no se obtenga el resultado deseado: “ganar el juego” como en la película, que aún con el equipo armado de tal forma que lograron ganar al hilo 20 juegos seguidos no lograron obtener el campeonato y perdieron en el último juego.

Particularmente me interesa poco el béisbol pero me pregunto por qué en deportes como el fútbol, que mueven exorbitantes cantidades de dinero, no se aplican actualmente sistemas de análisis estadísticos tan avanzados como en el beisbol; tal vez no sean necesarios presupuestos multimillonarios como los presentados por los grandes clubs y necesitemos simplemente, alguna que otra fórmula estadística para que equipos modestos puedan revolucionar el panorama futbolístico.

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