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Obra de teatro - El jabón de Vieytes


Enviado por   •  5 de Mayo de 2023  •  Trabajos  •  799 Palabras (4 Páginas)  •  248 Visitas

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EL JABÓN DE VIEYTES

Presentador: Señoras y señores: esta historia transcurre en la tarde del 24 de Mayo de 1810. Estamos en la jabonería del patriota don Hipólito Vieytes, y muchos de nuestros próceres protagonistas de la jornada del 25 se reúnen aquí, pocas horas antes, para conspirar contra el virrey Cisneros y su junta de gobierno compuesta sólo por españoles. Estén muy atentos a estos acontecimientos, tan importantes como secretos.

(Se va por el costado haciendo reverencias pero también escondiéndose, como para evitar que lo descubran; entran en escena Vieytes, el vecino y el empleado).

Vieytes: (En  susurros) – Pasen, que hoy la jabonería sólo está abierta para los conspiradores.

Vecino: - ¡Shhhh…! (Pidiendo silencio con gestos).

(Entran Moreno, Rodríguez Peña y Belgrano. Se acomodan en torno a la mesa).

Vieytes: - Les advierto que el jabón, en estado líquido despide un ácido penetrante, y quien no está acostumbrado a ese aroma estornuda…

Vecino: - ¡Gracias por avisar… chísssss! (Estornuda).

Vieytes: - Usted, Moreno: ¿Cree que el virrey se quedó tranquilo?

Moreno: - Primero, Cisneros ya no es el virrey. Ahora es el presidente de la junta. Detesto que sea el presidente de la junta. Lo detesto. Los soldados están con… ¡atchísssss! (Estornuda y vuelve a hacerlo algunas veces más, mientras habla.) nosotros. La gente que va a la Plaza Mayor, poca o mucha… a… a ¡atchísssss!, también. En España no hay rey. Y el Cabildo nombra… a… ¡atchísssss! Una junta, pero pone al virrey como su presidente. No se puede tener una patria con virrey. Es mejor tene una patria “en patas” que una patria con virrey. Lo tenemos que echar a las pata… a…¡atchísssss!, …das.

Vieytes: - ¿Y usted qué piensa, don Belgrano?

Belgrano: - Mire don Hipólito, el virrey estuvo a punto de ser destituido, pero terminó como presidente de la junta por  culpa de los que aún tienen miedo a la Corona española. Como que me llamo Manuel, vamos a terminar con él. ¡Aaaachísss! (Estornuda).

Moreno: - Eso, tenemos que hacer una junta nueva, con un presidente criollo… chísssssssss (Estornuda).

Rodríguez Peña: - Cisneros sabe que somos nosotros lo que queremos que se vaya. Debe haber mandado a sus soldados a buscarnos para ponernos presos.

Vieytes: - No lo creo.

En ese momento, tocan la puerta una vez. Todos quedan en silencio, inquietos.

Presentador: (Asomándose desde el costado) –Todos los patriotas están expectantes, porque tres golpes a la puerta es la contraseña para participar de las reuniones secretas en la jabonería. (Sale)

Tocan a la puerta dos veces más. Al sonar el tercer toque, todos los reunidos se tranquilizan.

Vecino: -¡Tres toques! Es la contraseña, es un amigo.

Vieytes va a abrir la puerta.

Vieytes: - Pase, pase, don Castelli, que hoy la jabonería está abierta sólo para conspiradores.

Castelli: -¡Shhhh!  (Acercándose a la mesa.) Señores, todos en la ciudad piensan que Cisneros no va a durar como presidente; ni los soldados ni los vecinos lo quieren. Todos reclaman una junta presidida, por fin, por un criollo.

En ese momento, golpean a la puerta una vez; después cuatro veces más.

Rodríguez Peña: - Ése no es un patriota… ¡no sabe la contraseña! (Alarmado, se muerde las uñas de las dos manos).

Todos se miran, inquietos y nerviosos.

Empleado: (Va hacia la puerta. Sale de escena unos segundos y vuelve. Habla en voz normal) – Son dos, don Hipólito, y… (Gritando) ¡Están de uniformes!

Todos los presentes: - ¡Shhhhhhhhhhhhhhh!

Empleado: - ¡Pero vienen de parte de Saavedra!

Vieytes: (Aliviado) –¡Ábrales, entonces! (El empleado sale de escena y vuelve con los dos soldados del Regimiento de Patricios).

Soldado 1: - Disculpen si los asustamos. Saavedra no nos avisó sobre la contraseña; o a lo mejor sí, pero con tanto secretos, quizá nos olvidamos.

Soldado 2: - Nuestro comandante nos nada a decir que  está de acuerdo con pedirle la renuncia a Cisneros, pero también les avisa que el virrey tiene entre ojos a esta jabonería, por ser refugio de conspiradores y espías contra la Corona.

Soldado 1: Enviará un pelotón de soldados para atraparlos. ¡Tienen que huir!

Todos: - ¡No!

Soldados 1 y 2: (Al mismo tiempo) – Están advertidos. (Se van).

Los reunidos vuelven a conversar. Pocos segundos después, se escuchan afuera ruidos de botas, como si varios soldados marcharan por la calle.

Empleado: (Asomado a la ventana) ¡Son muchos soldados realistas, están en la esquina, y armados!

Vieytes: -¡La batea de jabón!

Martín Rodríguez, Castelli y el vecino toman la batea y tiran su contenido por la ventana. Se escuchan varios golpes y gritos: son los resbalones de los soldados.

Belgrano: - ¡Funcionó! Se resbalaron y cayeron. ¡Ahora, vamos a apresarlos!

Belgrano, Moreno y Castelli sacan sus armas y salen.

Castelli: - ¡Arriba las manosss… ¡chíssss! (Estornuda).

Entran los tres patriotas con los soldados del virrey; estos últimos, desarmados y con los brazos en alto. Todos los revolucionarios se abrazan.

Belgrano: - ¡Ya nadie impedirá que echemos al virrey!

Todos: - ¡Viva la revolución!... Aaaaa… ¡Chís! (Todos estornudan y saludan, incluso los detenidos.)

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