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Administracion Por Valores


Enviado por   •  8 de Abril de 2013  •  1.613 Palabras (7 Páginas)  •  283 Visitas

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¿ Qué es la “Dirección por Valores”?

Salvador García, profesor de la Universidad de Barcelona (UB)

Hoy día, los actuales contextos de alta complejidad adaptativa, incertidumbre e

hipercompetitividad. los clientes serán cada vez más exigentes no sólo de

calidad sino también de calidez, los jefes deberán evolucionar del “ordeno y

mando” a ser facilitadores de procesos, los empleados tendrán que evolucionar

del acatamiento burocrático a la libertad responsable o “empowerment”, y las

estructuras organizativas deberán evolucionar inexorablemente desde el

modelo militar clásico “en rastrillo” hacia otras formas más orgánicas o

moleculares, tal como se organizan los sistemas vivos en la naturaleza.

El paradigma tecnoestructural todavía predominante en el mundo de la

empresa es excesivamente prosaico, normativo y triste, quedando muy

limitado para otorgar pleno significado emocional y ético a la acción humana de

alto rendimiento, hoy día necesaria en entornos competitivos de alta

complejidad adaptativa.

La Dirección por Valores (DpV) va más allá de la Dirección por Objetivos (DpO)

de los años setenta y la Dirección por Instrucciones (DpI) u “Organización

Científica del Trabajo” de principios de siglo pasado para dar respuesta al

actual reto de moverse de forma eficiente, ética y emocionalmente

desarrollada en un contexto de competitividad creciente, el cual exige altos

niveles de rendimiento, confianza, compromiso y creatividad por parte de todas

las personas que componen la empresa.

La Dirección por Valores es una nueva propuesta de dirección de empresas de

carácter humanista e integrador, que se sustenta en diferentes enfoques y

teorías y que, de hecho, está en sus primeras fases de coherencia de

aplicación. En todo caso, no se trata ni mucho menos de una “moda de

gestión” más o menos efímera y alternativa a otras.

Todas las organizaciones de todos los tiempos se han dirigido o gobernado por

valores: los de cada una de ellas en cada momento de su evolución. La mafia

se dirige por valores. El comunismo-capitalismo Chino se dirige por valores.

Igual que la Iglesia o el ejército. Arthur Andersen y Enron se dirigían por

valores. El Presidente de Estados Unidos de Norteamérica afirma dirigir el país

por valores. Incluso Al Qaeda se dirige por valores. También la organización

del padre Vicente Ferrer se dirige por valores, de carácter bien distinto a los

anteriores.

En ocasiones, estos valores son explícitamente declarados, como es el caso de

la mayoría de empresas de gran tamaño. En otras, la mayoría, flotan en el

ambiente o, técnicamente hablando, en el “clima” de la organización. Y, en

todo caso, no siempre hay una estrecha coherencia entre los valores que se

declaran y los que realmente se observan y respiran en las organizaciones,

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constituyendo entonces su verdadero capital axiológico o patrimonio de valores

culturales acumulado a lo largo del tiempo.

Así por ejemplo, en una típica factoría china de capitalismo emergente las

rutinarias y extenuantes jornadas de trabajo hiperproductivo son estimuladas

mediante valores más o menos explícitos pero perfectamente inculcados de

obediencia, sacrificio, laboriosidad, precisión, paciencia, amor al cliente,

disciplina, orden, unidad o “florecimiento de la nación”. Asociados a ellos, es

más que probable que exista una intensa e importante mezcla de valores y

disvalores entre los nuevos ricos chinos, tales como codicia, demostración de

valía, orgullo patriótico, entusiasmo ante la posibilidad de enriquecimiento

ilimitado, etc.

Valores que difícilmente gobiernan el sistema productivo chino son la

confianza, la libertad de expresión, la alegría, la participación o, “simplemente”,

tener tiempo para vivir. Podríamos decir que se trata de una “dirección por

valores por instrucciones”, claramente basada en el paradigma militar de

control jerárquico descendente que conformó las mentes de cientos de millones

chinos durante las décadas de comunismo férreo y “revolución cultural”.

Insospechadamente, los valores del comunismo de Mao configuraron las

condiciones para la principal amenaza competitiva al capitalismo salvaje

occidental: la dictadura capitalista china.

Desde la perspectiva conscientemente ingenua de la Dirección por Valores

(DpV) es urgente que innovemos un capitalismo sensible, más allá de los

actuales atisbos de capitalismo “sostenible” y, por supuesto, mucho más allá

del capitalismo todavía excesivamente salvaje que prepondera en el planeta

tierra.

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