EMPODERAR

EMPODERAR

El futuro inmediato requiere que los procesos de fabricación se transformen. Las expectativas de los clientes y las opciones de personalización se ampliaran y mejoraran; ciertos componentes de imprimirán en las propias fabricas y los prototipos y pruebas se realizaran en un entorno virtual.

Al aplicar estos métodos, las fábricas del futuro serán hervideros de tecnología. Las tecnologías digitales se aplicaran a lo largo del ciclo de vida completo, desde el uso del software para identificar las necesidades de los clientes y mejorar el proceso se fabricación/producción, hasta la modelización, seguimiento y retirada de cada producto; reduciéndose así los tiempos de instalación de los componentes/productos.

No solo hay que producir un sistema excelente, es necesario que sea útil y simplificado.

En tiempo real hay que cumplir con el tiempo “takt”, es decir, el tiempo de producción necesario para responde a la demanda del cliente y saber lo que está programado para cada día.

Hay que poner en manos de los trabajadores la responsabilidad y los medios para realizar su trabajo de manera eficiente, prestando ayuda cuando surge un problema. A esto se llama Empoderar.

Mediante este sistema se aumenta el rendimiento de la empresa, mejorando la resolución de problemas y la gestión.

La impresión 3D es una tecnología que utiliza una técnica de “leche de polvo”, en la que se depositan materiales finamente pulverizados, capa a capa, hasta construir objetos; se pueden fabricar piezas complejas, ligeras y en muy poco tiempo con lo que conlleva ahorro de costes y altos beneficios.

Satisfacer los requisitos del cliente es esencial y solo se consigue mejorando nuestros hábitos laborales.

Para afrontar los cambios que nos rodean hay que adoptar nuevas tecnologías disruptivas y pasar a una cultura digital, dando más control a los empleados y facilitando la cooperación. Esto significa confiar en que las personas tomen decisiones correctas para toda la colectividad; Asumir el poder implica un fuerte sentido de la responsabilidad.

Hay que reinventar nuestra forma de trabajar, haciendo que los empleados respondan a las nuevas necesidades y competencias, al crecimiento exponencial y a un cambio cultural.

Ante un entorno cambiante nos vemos obligados a ser mas agiles en nuestro trabajo, poniendo el énfasis en el cliente, entregas rápidas y soluciones innovadoras. Solo así las personas se sienten más responsables sabiendo que lo que hacen va al cliente, contribuyendo con su talento individual al éxito colectivo.

El compromiso, la capacidad de trabajar juntos y el sentido de la obligación hacen a la empresa más eficiente y competitiva.

Se está pasando a un estilo de dirección basado en el modelo de “empoderamiento” y de confianza, donde a los empleados se les incluye en la toma de decisiones.

Los equipos empoderados son la expresión de valores tales como trabajo en equipo, integridad y respeto, haciendo a los empleados más creativos, fiables y orientados al cliente.

Ante este nuevo estilo de dirección los equipos de trabajo actúan con autonomía y responsabilidad; cuando se tienen que tomar decisiones se recurre al apoyo y asesoramiento de un panel de expertos, donde los jefes de equipo actúan como facilitadores y orientadores, facilitando los recursos y herramientas necesarias.

Hay que escuchar a los clientes con atención, mostrándoles versiones tempranas de los productos para así averiguar lo que les gusta y lo que no, para realizar rápidamente los ajustes necesarios que generen un gran valor y una gran satisfacción.

Por ello, es necesario cambiar las formas de hacer las cosas; ser más rápidos y flexibles, eliminar las duplicidades, tener confianza y transparencia y aprender de nuestros errores. Los usuarios finales esperan soluciones prácticas integradas y sin contratiempos

Con procesos de compra hechos a medida los proyectos seleccionan y controlan a los proveedores.

Hay que hacer que la empresa sea capaz de funcionar deprisa y lograr objetivos ambiciosos con rapidez, bajo el prisma de la agilidad y la eficiencia basado en la tecnología digital y en los datos.

El mayor éxito es atraer y retener el talento que piensa de forma creativa y actúa con decisión en contextos de incertidumbre.

Tenemos que comunicar claramente lo que representamos ya que juntos se llega más lejos.

Los seis valores a implantar en toda empresa:

1- Trabajar en equipo creando un entorno laboral atractivo e inclusivo que favorezca el bienestar y donde todos los empleados se sientan miembros de la empresa.

2- Orientación al cliente; escuchándole con atención para entender y satisfacer sus necesidades.

3- Fiabilidad como base de nuestras competencias u actitudes a fin de cumplir con calidad plazos y costes.

4- Respeto.

5- Creatividad: aceptar riesgos, cuestionar, aprender y volver a empezar.

6- Integridad para actuar con tolerancia frente a comportamientos poco éticos o improcedentes.

La llave maestra es el efectivo y su flujo vital, al ser el sustento de toda empresa y sin el cual no podemos invertir en futuros productos, ni en digitalización y tampoco en innovación.

Con la tecnología podemos utilizar una plataforma de datos con los que establecer un mantenimiento predictivo, sustituyendo no solo piezas antes de que fallen y contribuir a evitar retrasos sino también en métodos de gestión operativa.

Para tener un futuro brillante y si queremos invertir en digitalización e innovación debemos generar efectivo uniforme y sostenible, para cumplir nuestros compromisos y obligaciones con quienes nos han prestado dinero, ya que desean recibir un rendimiento por su inversión.

Las entregas de productos hay que distribuirlas de forma homogénea y uniforme a lo largo del año y reducir las interrupciones, y así también el perfil del flujo de caja será uniforme, en caso contrario la generación de costes no solo consumen efectivo sino que también suponen un riesgo ya que si aparece un imprevisto importante no dispondremos del suficiente margen de maniobra para

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