En Colombia

En Colombia

Aunque Colombia haya adquirido una cierta imagen negativa por los tristemente célebres cárteles de la droga que operan dentro de sus frontera, también es verdad que los aspectos más positivos de este país seducen enormemente a sus visitantes. La bondad, el calor y la hospitalidad de sus gentes, las excelencias de su naturaleza y la riqueza de su cultura: artesanía, música y literatura. No puede olvidarse que su hijo más célebre es el mundialmente conocido Cabriel García Márquez.

Familiarizarse con la historia y la cultura de Colombia antes de viajar a este país es algo muy importante, ya que los colombianos lo aprecian mucho en el visitante y se sienten especialmente orgullosos de sus logros. Sin embargo, deben evitarse temas que susciten ideas negativas o controvertidas: política, religión, terrorismo, drogas y críticas a las corridas de toros.

En este país se debe mirar a la gente a los ojos cuando se conversa. No hacerlo generaría desconfianza. Los saludos son especialmente importantes. De hecho, el saludo colombiano es probablemente el más largo y protocolario de toda América Latina. En todos los casos, y cuanso se aborda a un grupo también, se saluda a cada uno individualmente con un apretón de manos e intercambiando varias preguntas de carácter general que faciliten el conocimiento mutuo y demuestren el interés por la persona. El reconocimiento del estatus es tamién algo obligado. A las personas de alto nivel o con nivel universario se les nombra precedidas de ¨Doctor¨. Si es una mujer, entonces se dirá ¨Doctora¨.

En su cultura de negocio, tenemos algo que hablar. La jerarquía juega un papel esencial en la estructura empresarial. Aunque la última decisión siempre la tomará el responsable de más nivel, suele ser frecuente que se valoren las opiniones de todo el grupo, esto suele implicar lentitud en las negociaciones, además de exigir bastante paciencia de la otra parte. Esa paciencia hay que tenerla también con la frecuente ausencia de puntualidad. Las esperas de 15 o 30 minutos, el aplazamiento al día siguiente, e incluso las cancelaciones de las reuniones ya previstas son muy usuales. Pero, algo muy preciso, “el caer bien” es más importante que la fuerza de los hechos o los beneficios. Hay que hablar de temas generales o personales antes de ir al meollo en los negocios. Los encuentros personales resultan imprescindibles.

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