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La barrena


Enviado por   •  26 de Junio de 2014  •  Tesis  •  1.957 Palabras (8 Páginas)  •  231 Visitas

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La barrena

El abuelo cuenta su historia a un auditorio de jóvenes. “En esos tiempos existían solo 2 piques: Chambuque y Alberto, muy ricos en carbón. Los de la Playa Negra quisieron quitarnos la explotación del mar que estábamos realizando, quisieron atajarnos corriendo una galería que iba desde el bajo de Playa Blanca en derechura a Santa María cortándonos así el carbón que quedaba al norte bajo el mar, tenían ya armada la cabina del pique en la orilla del mar.

Nuestros jefes nos ordenaron llevar a Alto de Lotilla los mejores de cada sección, yo lleve a 10 barreteros. El ingeniero nos reunió y nos pidió nuestro apoyo. Debíamos abrir un pique y continuar una galería paralela a la playa para cortar en cruz lo que traían los de Playa Negra, pero debíamos llegar antes que ellos al cruce. Todos estuvimos de acuerdo. Se organizaron turnos día y noche, se trabajaba a toda máquina. Luego de dos semanas los ingenieros bajaron y midieron con sus instrumentos para indicar donde debíamos abrir la galería. Seguíamos trabajando, estábamos agotados pero debíamos llegar a la meta antes que los de Playa Negra. Al mes volvieron los ingenieros y ordenaron parar hasta nuevo aviso. Estábamos tan curiosos que decidimos parar la oreja en la pared, oímos unos golpes , era la barrena que venia, los ingenieros se pegaron también al muro y confirmaron nuestros sospechas, marcaron con una cruz el muro y bajaron los carpinteros quienes cerraron una pieza de 10 metros en la galería, colocaron una puerta y esperamos varias horas hasta que bajan un brasero. Cuando por fin la barrena de los de Playa Negra atravesó nuestra galería el capataz se lanzo y doblo como escuadra la barrena que quedo atascada en el orificio del muro. Nos ordenaron salir rápidamente de la habitación y colocaron sobre el brasero un saco de ají cerrando la puerta , corrimos inmediatamente al ascensor, la picazón era insoportable. A los 10 minutos sonó la campana de alarma del enemigo, todos los que salían no podían hablar por la terrible tos que les produjo el ají.

Pasaron los día , semanas, meses pero les fue imposible continuar los trabajos, además el techo de las galerías sin apuntalar se vinieron abajo entrando el mar. Seis meses después la famosa mina de Playa Negra era solo un pozo”.

Era el solo…

Gabriel: niño huérfano de 12 años

Benigna: Ama del niño

Encarnación Retamales: Comadre

Gabriel siempre piensa en sus 2 hermanas, en huir de la casa para reunirse con ellas, pero pensar que no tiene dinero ni libertad, le llena de tristeza el alma. Al ver pasar la murga recuerda lo feliz que eran y se recuesta en el suelo a sollozar.

-Mira tú ¡ya es hora de almorzar y no esta lista la mesa! ¿Qué haces botado en el suelo?

Gabriel poniéndose de pie se limpia las lagrimas y responde

-Tenia pena, ama señora.

-Para eso tengo un santo remedio- sacando de entre sus ropas un pesado chicote que alzo sobre la cabeza, pero se detuvo al escuchar la puerta

-¡Ya me la pagaras!

* * *

En el comedor Gabriel sirve los manjares a Benigna, Encarnación y a su tío solterón. Los tratos son cariñosos para el niño, pero el sabe que después el chicote se los descontara. El tío se retira y el niño levanta la mesa.

-Que le pasa a este niño ¿estará enfermo? – pregunta Encarnación.

-No , es que lo reprendí y esta taimado, realmente me ha hecho salir canas verdes.

-Yo casi me quedo con una de las niñas, es que creo que sus padres los mal criaron, creo que nunca les pegaron.

Doña Benigna cuenta las tragedias que ha debido soportar por su compromiso de criar al niño.

-¡Que paciencia de santa! – exclama Encarnación levantando los brazos al despedirse – voy a rezarle a la Virgen para que los ángeles le alivianen esta cruz ¡Pobrecita mártir!

Benigna en su dormitorio ordena a Gabriel una serie de quehaceres ha realizar mientras ella sale a hacer una menesteres.

Ya solo en la casa , Gabriel se dirige a la habitación del tío a hacer la cama, y se recuesta a llorar cuando el recuerdo de sus padres viene a su memoria. Su rostro va adquiriendo un dolorosa expresión de amargura, recuerda la trágica muerte de su padre, victima de un accidente en el taller y el fallecimiento de la madre por el exceso de trabajo 2 meses después. Entre lagrimas y sollozos murmura:

-¡Papá , papacito, porque te has muerto! Mamá ¡Donde estas!, observa nuevamente el arma suspendida en la pared, pero no se atrevería, 2 veces había colocado el cañón en su sien, pero el ruido de la detonación lo acobardaba. Recuerda los ojos azules que lo miraron desde la ventana, con dulce voz decía:

-¡Pobrecito , tanto que le pegan!

Aquello fue como un rayo de luz. Era una mezcla de goce, vergüenza, al encontrarla en la calle se sonrojaba y avergonzaba de sus pies descalzos y sus ropas sucias.

Vio en ella una compañera que también sufría sus mismos males, no era él solo.

Le gustaba mirarla a través de los cristales pero al fijar sus pupilas azules en su dirección se escondía.

Entre las tablas Gabriel observa a la niña de 14 años vestida en cachemira como una princesa, sin señal de melancolía en el rostro, de improviso aparece un muchacho rubio y la toma de la cintura, ambos ríen alegremente y juegan… de súbito cesan en sus juegos y dice a su hermano en tono de alarma:

-Pedro ¿has oído?

-Si ,parece una puerta que el viento cerro de golpe.

* * *

Benigna llega a la casa, sorprendida y furiosa observa que el fuego no esta hecho, su cuarto desordenado, desesperada busca a Gabriel con el chicote en la mano. Lo encuentra sentado en la habitación del tío, entra veloz y le envía lluvia de chicotazos.

-¡Toma pícaro, flojonazo, bribón¡

Se detuvo, algo liquido le salta a la cara, con la claridad su rostro se llena de espanto y cae resbalándose en algo viscoso.

Gabriel

...

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