Borderline

INTRODUCCIÓN

El trastorno borderline es una organización del sí mismo como un forma de funcionamiento propio como lo tiene la patología psicopática y neurótica. El estudio de los cuadros fronterizos empezó cuando psicoterapeutas y psicoanalistas se encontraban en su práctica profesional con pacientes que no tenían la capacidad de introspección, de insight, y problemas en su capacidad de analizar, aun cuando tenían áreas funcionales, y aparentemente, una completa prueba de realidad.

Dicho trastorno represento un misterio en tiempos pasados y actualmente sigue encerrando algunos cuantos; por ello en el siguiente escrito se desarrollara el tema “Trastorno fronterizo, borderline o limite de la personalidad”; tratando de dar respuesta a las siguientes preguntas ¿qué es?, ¿cuál es su criterio diagnostico?, ¿Cuáles son sus causas y su tratamiento?

Según Mark y Barlow (2007); el término borderline para referirse al trastorno está ampliamente extendido. Las razones son de índole histórica, debido a la popularización del concepto en psiquiatría por C. H. Hughes y posterior adopción por el psicoanalista Adolph Stern en 1938 para caracterizar afecciones psiquiátricas que superaban la neurosis pero que no alcanzaban la psicosis. Bajo esta concepción se establecía un continuo gradual entre uno y otro extremo, situándose el trastorno en el "límite".

El trastorno fronterizo, borderline o límite de la personalidad, (abreviado como TLP o TBP), es actualmente definido por el DSM-IV (2002) como un trastorno de la personalidad caracterizado principalmente por la desregulación emocional, pensamiento extremadamente polarizado y las relaciones interpersonales caóticas”.

El TLP es un desorden de la personalidad caracterizado por inestabilidad emocional, arranques de ira, desamor, estrés, desconfianza y sufrimiento. Durand y Barlow (2007) señala que es un trastorno común ya que se observa en todas las culturas y entre el 2 y 3% de la población general. Es preciso señalar que el TLP es confundido con otros trastornos, como es el caso del trastorno histriónico y el antisocial; debido a las grandes similitudes que hay entre ellos.

Kernberg (1984) da énfasis en que no se trata de un estado transitorio, “son pacientes que presentan una organización patológica de la personalidad, específica y estable” con fachada neurótica polisintomática, con identidad difusa y que pueden sufrir episodios psicóticos pasajeros en situaciones de gran tensión o bajo efectos de alcohol y/o drogas.

No se trata de algo temporáneo que en cuestión de tiempo puede tener un cambio positivo radical, por lo contrario los rasgos, signos y síntomas pasan a formar parte de la persona que lo padece y la cual puede agravarse en situaciones de tensión o bajo efectos de sustancias adictivas, como lo señaló Kernberg (1984).

Para el diagnóstico del Trastorno limite de la personalidad se han integrado criterios desde diferentes corrientes teóricas y autores; por tal motivo se presentarán los cuadros mas significativos.

De acuerdo con la APA (1995), el CIE-10 y el DSM-IV (2003) los criterios diagnósticos se presentan en la siguiente tabla. Así menciona González (2001)

Criterios diagnósticos del trastorno fronterizo de la personalidad.

Pauta generalizada de inestabilidad en el estado de ánimo, relaciones interpersonales y autoimagen, que se hace presente desde el inicio de la vida adulta y que se presenta en diversos contextos. La pauta se manifiesta por al menos cinco de las siguientes características:

1. esfuerzos frenéticos para evitar un abandono real o imaginado. Nota: No incluir los comportamientos suicidas o de automutilación que se recogen en el Criterio 5; por ejemplo: la separación con la madre, separación con la pareja o amistades.

2. Un patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas, caracterizadas por alternativas extremistas entre la idealización y la desvaluación; por ejemplo: pueden ver los otros como figuras significativas, poderosas y ejemplo o por lo contrario como alguien con poca o nula relevancia social.

3. alteración de la identidad: autoimagen o sentido de sí mismo acusada y persistentemente inestable.

4. Impulsividad al menos en dos áreas que pueden ser potencialmente peligrosas para el individuo; por ejemplo: actividades sexuales, uso de sustancias, robos en tiendas, conducción irresponsable.

5. Inestabilidad afectiva: cambios notables que van desde el estado de ánimo normal a la depresión, irritabilidad, o ansiedad, que por lo general, dura pocas horas; por ejemplo, labilidad emocional, fluctuaciones en el estado de ánimo.

6. Ira inapropiada e intensa o falta de control de este impulso; por ejemplo: manifestaciones frecuentes de violencia e ira, peleas físicas repetidas.

7. Amenazas, gestos o conductas suicidas repetidas, o conductas automutilantes y autodestructivas.

8. Claro y persistente trastorno de la identidad manifestado por incertidumbres respecto al menos dos de las siguientes características: autoimagen, orientación sexual, objetivos a largo término o elección de carrera, tipo de amigos y valores que se desean.

9. Sentimiento crónico de vacío o de aburrimiento.

10. Esfuerzos titánicos para evitar el abandono real o imaginario.

El hecho de que se compartan, entre las diferentes asociaciones, los criterios clínicos para casi todos los trastornos es un hecho que fomenta y fortalece el diagnostico oportuno y acertado.

En el caso del borderline el criterio es el mismo, y se le da mayor énfasis al estado de ánimo y relaciones inestables, generalmente con una pobre imagen de si mismos.

Otro factor importante señalar es la causa o las causas que lo generan, aun cuando estas no están claras, aunque podrían ser de carácter psicológico y biológico.

Originalmente se creía que esto era "fronterizo" con la esquizofrenia, pero ahora parece ser que el trastorno de personalidad borderline tiene mayor relación con una enfermedad depresiva. En

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