Connotaciones De Freud Sobre Un Mecanismo

Primer Parcial de Psicología Evolutiva.

Profesor: Andrés Musto

Integrantes:

• Machuca, Salvador.

• Nicodella, Sonny.

• Portal, Hugo.

• Salinas, Anthony.

• Urriza, Javier

1- Para comenzar debemos aclarar que para Freud los olvidos no son casuales, sino que son causales, es decir, no se dan de forma aleatoria o por el azar, se dan por alguna causa que lo provoca, y cuya explicación se puede encontrar con un estudio del inconsciente, ya que este tiene una cierta lógica muy particular y muy diferente con la de la conciencia. Freud dedujo esto a partir de una experiencia sufrida por él mismo, la cual detalló en un breve ensayo llamado “Sobre el mecanismo psíquico de la desmemoria” publicado en 1898:

Freud intentaba recordar el nombre de un pintor de frescos en la catedral de Orvieto, llamados “las cosas últimas” (muerte, enjuiciamiento, el cielo y el infierno). En lugar de recordar Signorelli, nombre de dicho pintor, se le imponían los nombres de Botticelli y Boltraffio constantemente aún sabiendo que estos nombres eran incorrectos. Cuando otra persona le dijo a Freud el olvidado nombre, lo identificó sin dudarlo. Realizando un análisis de los factores que provocaron el desplazamiento de los nombres condujo a Freud a varias conclusiones.

En primer lugar la causa por la cual se produjo el olvido no debe buscarse en una particularidad del nombre, pues tanto el nombre desplazado como los sustitutivos le eran igual de familiar. Por otro lado el nexo dentro del cual sucedió el olvido resulta inocente para el autor, en dicho nexo él viajaba en coche con un extraño hacia una estación de Herzegovina, durante el viaje hablaron de Italia, Freud le preguntó al compañero de viaje si había estado en Orvieto y si había visto los famosos frescos ya mencionados, en ese momento se produce el olvido del autor de dichos frescos.

Otra conclusión obtenida es que el olvido del nombre se explica al recordar el tema que habían tratado unos instantes antes, el cual prod

ujo una perturbación en el tema platicado posteriormente. Antes de preguntarle a su compañero de viaje si había estado en Orvieta, Freud y éste conversaban acerca de los turcos que había en Bosnia y Herzegovina y sus costumbres. Según lo que un colega le había contado, estas personas muestran total confianza con el médico y total resignación en el destino, cuando un enfermo no tiene cura y es difícil de decirles a los familiares, ellos responden: “Herr (señor), no hay nada más que decir. ¡Yo sé que si lo

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