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De un horizonte incierto – Emiliano Galende


Enviado por   •  13 de Agosto de 2019  •  Síntesis  •  1.656 Palabras (7 Páginas)  •  451 Visitas

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De un horizonte incierto – Emiliano Galende

Ya no se trata de analizar lo singular de cada uno en la clínica y lo general de la cultura y la sociedad sino que lo que le pasa a uno está relacionado con manifestaciones de la vida social actual. Los sujetos estamos atravesados por lo que pasa en la sociedad, cada sociedad produce un tipo de sujeto; son cosas que nos pasan, que nos involucran como sujetos debido a estar en una sociedad.

Las nuevas situaciones se encarnan en la subjetividad singular de cada uno, producen rasgos nuevos de subjetividad, esto implica cambios en las prácticas de salud mental.

En los años `60 con el advenimiento del psicoanálisis se corre la medicalización y el encierro y se incluye la palabra. Se corre el psiquiátrico y aparecen APS, redes, interdisciplina, la necesidad de acción conjunta entre distintas instituciones.

Durante años la salud y la salud mental estuvo a cargo del Estado Benefactor bajo la consigna de universalidad, igualdad y equidad, donde se amplió los profesionales que podían intervenir en los cuidados de salud mental, se ampliaron las prácticas terapéuticas; todo esto gracias a que el estado asumía su función en la atención pública de la salud, cubriendo los riegos como enfermedad, vejez, desamparo…luego el estado se retira y todo se privatiza, avanzando los seguros privados; la salud pública queda para el marginado, el profesional se enfrenta a la violencia (maltrato, adicción, abuso). Cada uno tiene la salud que puede pagar, la salud entra en los criterios del mercado y lo privado establece los criterios de atención médica: por ejemplo la obra social que no te toma con una enfermedad pre-existente, te dan una cierta cantidad de sesiones, te piden un diagnóstico; la salud se reduce a valores de mercado. Con el retiro del Estado se produce un desmembramiento del sistema de salud; cada institución gestiona su propio funcionamiento. Lo público pierde prestigio y los mismos profesionales se ven obligados a ir al mercado privado.

Surgen los grupos de autoayuda: solo los que padecen una situación igual a la nuestra podrán comprendernos y ayudarnos; se proponen suplir la sociabilidad y comprensión que se supone que no existe en la sociedad actual; una escucha y contención mutua.

La nueva configuración de la salud mental

Los psicoanalistas introducen la crítica a llamar enfermedad mental y lo cambian por padecimiento mental. Se trata de cuestionar la hegemonía de la medicina mental para darle lugar a otras disciplinas y por lo tanto a otras prácticas. Se cambió la predominancia del manicomio por centro de salud mental, hospitales; además se le dio a los “enfermos” un mayor protagonismo en los procesos de reparación. Los cuidados de la salud mental, la prevención y promoción dejo de ser un ámbito exclusivo de los médicos para pasar a postularse su abordaje interdisciplinario, intersectorial, interprofesional e interinstitucional. Bajo el término salud mental no se encontraba solo las “enfermedades” sino un estado deseable de bienestar mental, cuidados e instituciones dedicadas a ellos.

Se comenzó a comprender los sufrimientos mentales del individuo en el conjunto de sus relaciones familiares, grupales y sociales. No era correr lo singular ni poner en lo social la causa del padecimiento; el objeto de la salud mental no es de un modo exclusivo el individuo o los conjuntos sociales, sino las relaciones que permiten pensar conjuntamente al individuo y a su comunidad.

Esta relación de la vida de los individuos y la vida social desde la que se piensa la salud mental ha generado tensión especialmente en ámbitos  en los que se juega lo público y privado: escuela, estado, justicia, salud. Explicación: lo privado como aquellos espacios de privacidad donde está el sujeto, aquello de lo que no se habla en público; donde se genera la tensión entre lo público y privado? Por ejemplo: pensar en sectores pobres donde en una misma habitación están todos, donde no se ha podido constituir el sujeto, cuando ingresa a la escuela (lo público) los docentes se quejan de que el niño no tiene hábitos, no se adapta al grupo  

Hoy hay un nuevo avance del objetivismo médico por vía de psicofármacos y de los seguros de enfermedad que han modificado las condiciones de trabajo de los profesionales y distorsionado sus métodos. Esto también le afecta al individuo que se ve sometido a fuerzas que deciden sobre aspectos de su vida. Una determinada sociedad produce determinada subjetividad.

Antes la exclusión social estaba ligada a las migraciones y a estructuras de clase, actuaba sobre los más desposeídos que quedaban en territorios periféricos. Hoy la exclusión afecta también a las clases acomodadas, los excluidos están en la vida urbana, transitan los mismos espacios pero no sostiene sentimientos ciudadanos; el excluido no es solo el que está en lugar de marginalidad sino también aquellos que perdieron su calidad de vida. Es en estos en donde se producen las nuevas demandas de salud mental.

El excluido habita un espacio anónimo, sus palabras no los reinscriben en los intercambios sociales (pensemos en la indiferencia con que son recibidos sus pedido en la calle); se los ve en el espacio social pero no son mirados ni ellos miran, sabiéndose excluidos de los sistemas sociales. Se naturaliza la presencia del pobre y esa no mirada impacta en la subjetividad del niño. Esto es posible porque los espacio en donde se circula hoy en día son espacios del no lugar: aeropuertos, shoppings, supermercados, lugares donde no hay mirada, no hay diálogo con esas personas con las que me encuentro, estamos sin reconocernos. Se suplantan las interacciones individuales por sistemas electrónicos (ej. cajeros automáticos).  

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