El “McDonald´s de la Psiquiatría”

DSM – IV

El “McDonald´s de la Psiquiatría”

ANTONIO BENETI

Anteriormente las entidades clínicas eran diagnosticadas de manera minuciosa y criteriosa a partir de toda una referencia a la psicopatología fenomenológica.

Se priorizaba la palabra, se tomaba por cierto que las cosas tendrían que partir de ahí y decirse en ese campo. Estaba en cuestión la historia de cada uno y su palabra.

Se tomaba en cuenta algo más allá de un cuerpo enfermo a ser investigado y tomado como punto de aplicación.

Con los aportes de Pinel la medicina científica se sostiene y avanza. Los principios de su método clínico eran:

-Alternación de momentos hablados con los percibidos en una observación, de forma que la observación atenta se alterna con la interrogación criteriosa (anamnesis).

-Definición de una forma que instituye correlación entre la mirada y el lenguaje.

-El ideal de una descripción depurada, rigurosa y exhaustiva, resultando en precisión del enunciado y regularidad de la denominación (entidades clínicas).

Desde esta perspectiva se funda una clínica con un método clínico bien definido, haciendo posible una clasificación de los disturbios psíquicos en entidades clínicas bien establecidas, denominada clínica psiquiátrica.

Con la creación de los psicofármacos y los avances de la neuroquímica cerebral el discurso de la ciencia estructura y sostiene de forma sólida la psiquiatría de hoy.

Una lista de síntomas y síndromes llamados de estados y/o trastornos agudos o crónicos, de uso universalizado, transforma al paciente en un objeto totalmente calificable y mensurable, apoyo para prótesis químicas correctivas ortopédicas, cuando algún defecto de hace visible a nivel de su apariencia o comportamiento delante de otros.

Desde este discurso, el psiquiatra, excluye totalmente la palabra, el sujeto del inconsciente, la singularidad de cada uno y en consecuencia cualquier tipo de clínica diferencial no cuantitativa.

Lo que se critica, es la posición del psiquiatra delante a la charla del paciente con total exclusión del sujeto del inconsciente. ¿Sería lo mismo que un paciente deprimido fuera medicado por un psiquiatra sin escucha psicoanalítica o por un psiquiatra con escucha psicoanalítica?

Si para el psicoanalista, la depresión no se constituye como una estructura clínica aislada, sino como una posición del sujeto, esto no lo exime de buscar en cada uno de los acontecimientos que determinan este malestar y sufrimiento sea en la estructura neurótica o en la psicótica. Y siempre hallará algo determinante, siempre insertado en la historia del sujeto en su relación con el otro del significante. En el universal de

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