Freud Segun Desde El Punto De Vista Del Yo.
Hellopokat28 de Julio de 2014
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Yo desde el punto de vista de Sigmund Freud.
Ello, yo y superyó son conceptos fundamentales en la teoría del psicoanálisis con la que Sigmund Freud intentó explicar el funcionamiento psíquico humano, postulando la existencia de un aparato psíquico que tiene una estructura particular. Sostuvo que este aparato está dividido, a grandes rasgos, en tres instancias: el ello, el yo y el superyó, que sin embargo comparten funciones y no se encuentran separadas físicamente. A su vez, gran parte de los contenidos y mecanismos psíquicos que operan en cada una de estas entidades son inconscientes. A continuación nos adentramos en las conceptualizaciones del ello, el yo y el superyó.
El Ello: Su contenido es inconsciente y consiste fundamentalmente en la expresión psíquica de las pulsiones y deseo, está en conflicto con el Yo y el Superyó. Es la parte primitiva, desorganizada e innata de la personalidad, cuyo único propósito es reducir la tensión creada por pulsiones primitivas relacionadas con el hambre, lo sexual, la agresión y los impulsos irracionales. Comprende todo lo que se hereda o está presente al nacer, se presenta de forma pura en nuestro inconsciente. Representa nuestros impulsos, necesidades y deseos más elementales. El ello es como una fuente plena de instintos primarios. Es como la “olla a presión”. Según la teoría freudiana, el ello se guía por el principio del placer, que tiene un único propósito es obtener satisfacción inmediata de todos los deseos y necesidades humanos.
El Yo: El yo tiene como fin cumplir de manera realista los deseos y demandas del ello con el mundo exterior, a la vez conciliándose con las exigencias del superyó. El yo evoluciona según la edad y sus distintas exigencias del ello actuando como un intermediario contra el mundo externo. El yo sigue al principio de realidad, satisfaciendo los impulsos del ello de una manera apropiada. Utiliza razonamiento realista característico de los procesos secundarios que se podrían originar. Como ejecutor de la personalidad, el yo tiene que mediar entre las tres fuerzas que le exigen: el mundo de la realidad, el ello y el superyó, el yo tiene que conservar su propia autonomía por el mantenimiento de su organización integrada, es impulsado por el principio de la realidad que trata de satisfacer los impulsos del ello de una manera aceptable. El principio de la realidad compara los costos y los beneficios de una acción y después, decide actuar o abandonar los impulsos respetivos.
El yo es el mediador entre los deseos poco realistas del ello y el mundo externo, el mundo real. El yo también busca el placer tal como el ello lo hace. Pero hay una diferencia. El ello busca el placer y no le importa en absoluto las consecuencias. El yo trata de evitar el dolor y busca el placer de una manera realista.
El Superyó: El Superyó es la parte que contrarresta al ello, representa los pensamientos morales y éticos recibidos de la cultura. Consta de dos subsistemas: la conciencia moral y el ideal del yo. La conciencia moral se refiere a la capacidad para la autoevaluación, la crítica y el reproche. El ideal del yo es una autoimagen ideal que consta de conductas aprobadas y recompensadas.
Aprendemos estas normas y valores, especialmente de nuestros padres, pero también de otras personas que nos rodean como amigos, abuelos y maestros. Freud sugirió que el superyó se desarrolla a la edad de 4 – 5 años, durante la etapa fálica del desarrollo psicosexual.
El superyó controla los impulsos del ello, especialmente los no aceptadas por la sociedad en que vivimos. Por lo general, los instintos sexuales y agresivos no son aceptados por las personas que nos rodean.
El superyó tiene dos partes principales: el ideal del yo y la conciencia moral.
El ideal del yo es el retrato imaginario que muestra cómo debemos ser para respectar las reglas de la sociedad en que vivimos.
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