La Depresion En Ansianos
alesanchezt1 de Septiembre de 2012
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Depresión de los ancianos que viven en asilos
La vejez es la última etapa de la vida. Al haber llegado a este periodo de la vida muchas personas saben que están cerca de la muerte y no hay vuelta atrás. Sin embargo, la vejez es un fenómeno nuevo en la historia de la humanidad ya que hoy en día se vive mucho más que épocas pasadas. Se considera ya tercera edad a las personas pasada los 65 años debido a que muchas veces pueden retirarse del ámbito laboral a esta edad (Antuña, 2012). A pesar de que la vejez es una etapa de la vida donde las personas empiezan a decaer por varias razones, estas personas pueden seguir adelante con sus vidas y tener una razón o varias para vivir como su trabajo, su familia o sus amigos, es por esta razón que cuando los ancianos son internados en asilos se pueden deprimir considerablemente ya que se siente abandonados por sus seres queridos, también puede ser que no se acostumbren a estar en un lugar distinto o muchas veces estos lugares no son placenteros para ellos debido a como les tratan. Así, usualmente los ancianos se deprimen en estos institutos y pueden llegar a vivir menos que su expectativa de vida (López, 2000).
Los asilos son institutos donde los ancianos son internados y son cuidados por otras personas que están capacitadas para este trabajo, los ancianos ya no son cuidados por su familia. A pesar de que estas casas de cuidado para ancianos pueden tener puntos positivos, también tiene puntos negativos ya que no todas las instituciones poseen servicios médicos, ni toda la atención sanitaria es multidisciplinaria (Canto, 2004). Por lo tanto, depende mucho del lugar y el país a donde pertenezca cada asilo para que sea de buena calidad o mala calidad. Hay que tener en cuenta que los asilos que son de mayor prestigio cuestan mucho más y no todas las personas que quieren mantener a un anciano en un asilo desean siempre pagar grandes cantidades.
Cuando un anciano es internado en un asilo pueden ser infelices y deprimirse. Pueden llegar a pensar que su familia les dejo en este instituto ya que no son una molestia para el resto. Empiezan a tener sentimientos de incapacidad, inutilidad y desaliento. Además, los ancianos pueden llegar a perder el interés total por continuar con sus actividades habituales debido a que fueron abandonados en esos lugares. Al momento en que los viejos se deprimen, sienten constante pena, pueden pasar preocupados y angustiados y padecer un sufrimiento físico o emocional (Canto, 2004).
Usualmente las personas que entran a asilos son los que viven solos y desean interactuar con más gente lo que les puede ayudar. A diferencia de las personas que entran a asilos porque viven con su familia, los que viven solos puede que su actitud y humor mejore ya que van a estar rodeados de gente de su edad que les van a hacer compañía y esto les puede dar fuerzas para continuar con la vida. También las personas que no participan en actividades sociales entran a estos institutos. Estas personas igualmente pueden tener un mejoramiento ya que van a relacionarse con gente de su edad y pueden realizar diferentes actividades para su edad. Los ancianos que no tienen ya una buena salud pueden entrar a estos asilos porque van a ser cuidados por capacitados y además pueden tener una vida más tranquila. Finalmente, están en asilos los ancianos que fueron abandonados por sus familias. En este caso, puede ser grave la depresión ya que muchas personas se sienten abandonados por sus seres queridos y no se sienten apreciados por ellos. La depresión puede agravarse en el momento en que la familia deja de visitarlos y se olvidan de ellos ya que de alguna forma la familia puede ser la razón de vivir para el anciano (Papalia, 2010).
En conclusión, pienso que los ancianos pueden llegar a deprimirse ya que ellos se sienten cómodos en sus hogares y no son ellos los que deciden irse a los asilos, si no su propia familia. Por
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