La Ética. Ensayo Sobre la Consciencia del Mal

Alain Badiou: “La Ética. Ensayo Sobre la Consciencia del Mal”

Badiou sostenía que no hay Ética posible sin el sujeto. Por lo tanto se opone a toda aquella ética que no tome en cuenta al sujeto. Dos éticas que trataban de sepultar al sujeto eran la bioética y las éticas nihilistas. La primera era criticada porque considera que antes era algo significativo y hoy en día se tornaron como discurso estéril. A la ética nihilista le cuestiona el hecho de que fomenten una sociedad secada de psicofármacos. La neurociencia y la neurobiología son disciplinas que buscan detectar en el cerebro del sujeto que era lo que hacía que este no tenga ética. Este autor niega estas tres planteando “La ética del Acontecimiento” de Hegel y de Nietzsche, quienes explican dicho concepto. Nietzsche lo relaciona a un acontecimiento de gran magnitud que tiene lugar en el siglo XIX. No se podía percibir, pensar ni dimensionar este hecho, “la muerte de dios”, la caída del cristianismo. En cambio Hegel, lo relaciona con la época técnica, el gran acontecimiento del siglo XX, donde el sujeto quedaba atrapado en el consumo de artefactos técnicos, tecnológicos sin permitirle a este pensar. Badiou cambia este concepto, lo transforma por completo. Para este autor “el acontecimiento” queda regulado a la singularidad de cada uno, y siempre con la verdad. Lo divide en fidelidad y en traición. La primera se refiere a serle fiel a la verdad del acontecimiento y a segunda, se refiere a saber la verdad del acontecimiento pero aun así se elige vivir en un simulacro. El acontecimiento le presenta al sujeto un aspecto positivo para salir de ese encierro, simulacro. Esto logra cambiar la realidad de este pero no la toma por la carga de angustia que conlleva. Para que haya ética el sujeto tiene que lograr tramitar, traducir este acontecimiento. No hay ética porque se produce una negación y traición de la verdad del acontecimiento y vive en un simulacro. Hay posibilidades de que se dé la traición porque tiene que ver con el deseo, con la vida que llevamos y con el sistema. Si se vive en un simulacro se niega el deseo, se niega la verdad, por lo tanto no hay ética.

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