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Las Mujeres Y El Vih/sida


Enviado por   •  20 de Febrero de 2013  •  509 Palabras (3 Páginas)  •  416 Visitas

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Ana María Fernández en "La mujer de la ilusión", toma como punto de partida los años 50 para la redefinición de la posición de la mujer como sujeto social, es en cuanto a los países occidentales, primero se instituyen prácticas transformadoras en su vida cotidiana; la irrupción en le mercado laboral, el acceso a la educación, nuevas maneras de vivir su erotismo, después, la práctica política de los movimientos feministas, su lucha sistemática en los planes legal y laboral, por leyes y normas más justas para las mujeres, su denuncia por la discriminación de género, y por último en el área académica.

Los estudios de mujer y posteriormente los estudios de género posibilitaron que se manifestaran los sesgos sexistas en cada una de las ciencias, estas tres dimensiones instituyeron un movimiento que visibilizó la discrimanación de género, por lo tanto se abrió una perspectiva de vida, una redefinación a su papel como esposa y madres.

Se puede pensar después de exponer lo anterior que las mujeres que las mujeres estamos cada vez más cerca de una equidad de género, con igualdad de oportunidades; sin embargo lo que esta sucediendo, al parecer, es que solamente son más sutiles las formas de discriminación hacia las mujeres.

Muchas mujeres reclaman igualdad de derechos en los ámbitos social y privado asumiendo prácticas transgresoras, como dice Ana María Fernández, "los cambios en este momento de transformación se han dado principalmente en tres campos: 1) el tránsito de la heterotomía a la autonomía económica, 2) el tránsito de la heterotomía a la autonomía erótica y 3) un tránsito de la maternidad como eje central de su proyecto de vida a una maternidad acotada".

En nuestra sociedad es sabido que la mujer es la encargada de la salud de la familia, llevar a los niños al médico, cuidar a los ancianos, ver a un familiar enfermo. Por ello no es de extrañarse que cuando el padre, un hijo, o algún otro integrante del grupo familiar extenso es afectado por el SIDA, la responsabilidad de su atención, brindarle afecto y la capacidad de acompañar a morir al enfermo recaiga casi exclusivamente en las mujeres, a las que la sociedad considera naturalmente dotadas para este tipo de tareas.

Estas encomiendas impuestas a la mujer por la sociedad se consideran inevitables. No se pregunta a la mujer si se siente capaz o no de asumir la responsabilidad que implica el cuidado de un familiar enfermo. Es notable que la mayoría del personal de salud que trabaja en contacto directo con enfermos de SIDA son del género femenino.

Si bien las mujeres hemos avanzado adquiriendo nuevos espacios, todavía repetimos las prácticas instituidas a lo largo de nuestra historia, es notable que muchas todavía recurrimos a ellas para ser reconocidas.

Sin emgargo también hay hombres que asumen un rol diferente al que la sociedad les ha asignado. En ésta como

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